"Visibilización" es una de las palabras favoritas de Amarna Miller, actriz porno, escritora, empresaria, artista... Un torrente de actividad y pensamiento de 24 años que ha trascendido la ventana de navegación en incógnito a la que suele relegarse el porno para convertirse en una de las presencias más bienvenidas de Internet, donde habla sin tapujos de sexualidad, feminismo, arte y educación sexual.
Con motivo de la edición de su primer libro, Manual de Psiconáutica -un compendio artístico de fotografía, collage y texto-, quedamos a tomar un café con ella (pidió un colacao) en Malasaña... Y hablar de Internet, sexo y cómo derribar tapujos y barreras delante y detrás de las cámaras: visibilizando otra forma de concebir la sexualidad.
Manual de Psiconáutica
¿De dónde sale la idea del libro?
Es una revisión a mi yo más interno, mis laberintos, mis topografías… Una forma de desnudar mi alma. Al final no es un libro que tenga un argumento ni que vaya sobre nada, es una recopilación de mis poesías, mis fotografías desde hace unos 4-5 años. La edición está pensada en plan libro joyita: poesía, prosa poética, fotografías y poesía visual.
¿Cuánto tiempo te llevó terminarlo?
No lo tenía en mente como en formato libro, es un juego, algo que llevo haciendo cinco o seis años. Empecé a tomar fotografía analógica dentro de la carrera cuando empecé a estudiar fotografía y descubrí la maravilla del instante: es más intenso, más puro, más de verdad.
También recopilaba recortes de periódicos y revistas, las frases que me parecían más interesantes o me evocaban algo. Se me ocurrió unir ambas cosas buscando una simbiosis entre recortes e imágenes. O una repulsión, que la gente se plantee por qué están unidas esa imagen y ese texto. Mi editor me contactó para proponerme una recopilación de textos de mi blog y yo le propuse este proyecto. Y el resultado es Manual de Psiconáutica, donde un hilo recorre las páginas uniendo imágenes y conceptos como si fuese el de Ariadna en el laberinto del Minotauro. Porque este libro es mi laberinto a desentrañar, mi parte más interna.
Con prólogo de Nacho Vigalondo y epílogo de Luna Miguel...
Sí, y no pueden ser más diferentes: una sensibilidad especial y un trasfondo gamberro. Con el texto de Luna me puse a llorar de lo bello que era, mientras Nacho escribió un prólogo genial hablando de estereotipos, de prejuicios, de qué te esperas de mí.
...Que son representantes de un nuevo tipo de creadores muy ligados a Internet.
Internet da la posibilidad de visibilizar ciertas cosas que de otra manera no serían posibles, así que sí. Por una parte está bien porque permite salir a la luz. Por otro es un tanto agobiante porque el bombardeo que tenemos día a día de imágenes, textos, artículos, noticias... es abrumador. Discernir lo interesante es complicado.
Internet y la intimidad
Entre el libro, Internet, tu trabajo delante de las cámaras... Parece que te muestras enteras. ¿Existe la intimidad en nuestro tiempo?
Sí, completamente, siempre he dicho que como mucho he mostrado un 2% de lo que tengo. Creo que todos somos personas muy complejas, que hay mucho por deshojar y desvelar, y eso que personalmente mi carrera está muy enfocada a mostrarme.
La división de personaje a persona la tienes clara. Y personaje no sólo en tu trabajo, también me refiero a cómo nos mostramos todos en Internet, a cómo creamos una versión idealizada de nosotros en las redes.
No existe una personaje. No me lo planteo así, muchos usuarios sí pueden tener una versión idealizada de “oh, Amarna” que luego en persona es “oh, eres más bajita”. Sí, ocurre [risas]. Pero yo personalmente no distingo entre Marina y Amarna, aunque la única frontera que pongo es la de la intimidad. Básicamente porque implica a personas que no han decidido hacer su imagen pública, por ejemplo mi novio o mis padres o mis amigos. Si yo he elegido ser personaje público es mi elección, pero no voy a exponer a una serie de personas que no han decidido salir a la luz. Pero la persona que veis ahí dentro, la persona que veis delante de las cámaras, la que está aquí ahora: son la misma.
Si yo he elegido ser personaje público es mi elección, pero no voy a exponer a una serie de personas que no han decidido salir a la luz
Me hace gracia lo de las múltiples Amarnas porque la cantidad de actividad que tienes es abrumadora. No sé cómo lo haces. Por ejemplo, ¿en cuántos sitios escribes ahora mismo?
Escribo en el blog, en Playground, en Vice, en Primera línea, Orgasmatrix y muy de vez en cuando en El Periódico de Cataluña. Es un caos, pero soy una adicta al trabajo. Me encanta lo que hago. Disfruto estando en el porno, disfruto escribiendo, así que para mí es un hobby. Que, a veces es malo, porque necesitas descansar y parar y no hacer nada, pero me cuesta mucho. Tengo demasiadas cosas que quiero hacer, y menos mal que tengo una aplicación de horarios y gestión de tiempo maravillosa en el iPhone.
¿Incluso para tu tiempo privado? Dime cuál es, necesito una con urgencia.
Se llama 30:30. Cada mañana apunto las cosas que tengo que hacer y me asigno un tiempo para hacerlas: trabajar, contestar correos, comer. Doy al play y voy pasando. ¡Como si fuese una freelance!
[Cruda realidad al llegar a casa: es sólo para iOS]
Porno con cabeza
En todo lo que haces hay una serie de ideas didácticas, pedagógicas. En el porno había de siempre una serie de barreras. Pero ahora, aprovechando que quieren saber más o se interesan más, tú aprovechas para descubrir una serie de conceptos.
Exacto. Una de las cosas que me gustan más de una imagen pública es que puedo sacar a la luz temas que a lo mejor no están dentro del saber común, y que además me ayudan a romper estereotipos y prejuicios. Porque en el imaginario colectivo las actrices porno somos como personas estúpidas. Cuando vives de tu imagen parece que tienes que demostrar que tienes cerebro.
Así que mi idea, entre otras muchas dentro de los escritos que hago, es el romper un poco estos tabúes. Puedes ser una chica, una mujer con estudios, culta, interesante, con cabeza, que simplemente disfruta de su sexo y de su cuerpo. Que no le importa mostrarlo delante de las cámaras. Y el hecho de que esté mostrando mi cuerpo no me hace tener menos cerebro. En eso estoy.
Esto hace unas décadas era casi impensable. De pioneras en ese sentido se me ocurre que pudo estar Annie Sprinkle y poquitas más.
Y sobre todo en América, en la zona de San Francisco que siempre tira más a la escena queer, LGBT, feminista. En habla hispana no he encontrado a mucha gente que haga un alegato a favor de las libertades personales y del “estoy en el porno porque quiero, porque me apetece, porque disfruto con el sexo”.
Odio esta pregunta pero, ¿encuentras más rechazo entre hombres o mujeres?
En mi experiencia las chicas suelen tener la cabeza más abierta. A lo mejor porque se sienten más identificadas o porque el chico tiene más prejuicios me siento más objetificada por el público masculino que por el femenino. Las chicas que me escriben tienen un componente más emocional o de hablar cosas en plan “me quiero meter en el porno y no sé qué hacer con…” o “no sé cómo decírselo a mi novio”. Los chicos suelen ser más “me gustan tus escenas. Tienes las tetas muy grandes”.
Que tampoco me parece mal, pero sí que veo una diferencia de género interesante. La mayoría del público femenino me sigue por el blog y la mayoría del público femenino me sigue por el porno, más o menos.
Eres un poco la Stoya de habla hispana.
Creo que aquí resalto más por una cuestión muy cultural. Me escribe gente diciendo que ahora que leen mi blog no pueden ver mis escenas: "ahora que sé que tienes cabeza, se me hace raro verte en pantalla". Algo así
¿No pueden aceptar que haya una sexualidad detrás de todo eso?
Me parece curioso. Sí, sí. Parte del erotismo, del morbo de estar viéndome en pantalla es pensar que soy... no tonta, pero que no haya nada más detrás. Pero en el momento que descubres que hay un cerebro, es como “vaya, ya no me pone”.
“Ya no te puedo objetificar tanto”
Tienes que sexualizarte en un nivel en el que ya no tienes que tener personalidad. Muchos fans se hacen la idea de que eres una especie de mujer insaciable hambrienta de sexo, absolutamente dispuesta a todo. Y cuando ven tu personalidad real... Yo no no soy una persona que quiera sexo a todas horas. No soy alguien dispuesta a ligar con una persona que no conozco de nada. Y cuando ven que eres una chica normal, con una personalidad normal, es como que pierde el morbo. No, van buscando esa hembra muy sexualizada y cuando no la encuentran es ese “vaya, pues ya no”.
Esto me hace gracia, porque no esperamos eso de los actores de Hollywood. Nadie espera que Harrison Ford sea Indiana Jones 24/7. ¿Crees que esto se puede resolver de alguna manera o educar de alguna forma?
Visibilizándolo. Sé que soy pesada con la palabra, pero es que es cierto. Hay un gran problema y es que existen pocas actrices porno -pocas trabajadoras sexuales, pero voy a meterme en mi campo- que realmente tengan una imagen pública y hablen. Hablen de lo que está pasando, de cómo se sienten, de qué es lo que pasa dentro de la industria, del aspecto emocional: ¿tengo una pareja? ¿Cómo lo lleva mi pareja? ¿Cómo puedo tener relaciones emocionales siendo trabajadora sexual?
Como hay poca gente hablando sobre ello, se vuelve más invisible, la gente no lo entiende no llega hasta ese punto. Así que la solución es darlo a conocer al máximo público posible. Oye, somos personas, estamos aquí, no somos sólamente un cuerpo. Y el estereotipo que tú tienes en la cabeza de “la chica que vive de su cuerpo es porque no puede vivir de su cerebro” es falso. Vaya, conozco trabajadoras sexuales que tienen la cabeza mejor amueblada que mucha gente de otras profesiones. ASí que…
Cuando empezó a visibilizarse fue un poco con los blogs de las Suicide Girls, que sirvió más o menos de principio. También metieron firmas potentes de escritores para darle la capa que pudo tener Playboy en su momento, por ejemplo. Pero sumando a las chicas.
Las Suicide Girls creo que abrieron terreno, que pudieron hacer que el terreno de la cultura y el del erotismo intereseccionasen de una forma muy elegante al principio, pero se les fue de las manos. Ahora mismo, no me gusta cómo lo llevan.
Me gustan las fotos, las chicas son muy guapas, pero me parece que se están aprovechando como un nicho de mercado cogiendo un montón de sesiones gratis y colgándolas en la web. No estoy de acuerdo con cómo están llevando la web.
Sí que me parece que en su momento consiguieron algo. Y hablabas de Playboy. Playboy era un buen ejemplo de cómo la sensualidad y el erotismo se fusiona con el mundo de la cultura, la política, la economía...
¿En el porno crees que se ha ido produciendo este cambio.
Desde luego. Ha habido un cambio en la visión y la realización de porno. Uno, por la aparición de Internet, que era lo que comentábamos antes. Tienes un mundo de distribución tan amplio y de funcionamiento tan fácil que es muchísimo más sencillo acceder.
Dos, la aparición de las handycams, las DSLR con las que grabar a una calidad muy muy decente desde tu propia casa. Ya no necesitas un caro equipo profesional, así que cualquier persona puede. Es como la democratización de la producción pornográfica. ¡Dios mío, qué horror: estoy citando a Susan Sontag…
...Hablando de Walter Benjamin! [risas]
Una sexualidad distinta
Entonces, sí que ha habido un cambio, cada vez más amplio. Pero hacen falta muchos pasos por dar: hacen falta más visiones dentro de la pornografía, más porno hecho por y para gente trans, bisexual, pansexuales, todo el LGTB, etcétera. Aunque cada vez odio más la crítica fácil de “el porno es muy machista”.
Porque es verdad que hay porno machista, pero hay otra facción enorme que no lo es. No pienso que deba dejar de producirse el porno por y para hombres, que ahora mismo es muy mayoritario dentro de la industria, sino que lo que hace falta es incluir otras nuevas visiones. Ya está.
Pero, ¿crees que esas visiones se pueden incluir dentro del porno tradicional? O variarlo un poco, como está haciendo Sexart, por ejemplo.
¡Claro! Yo trabajo muchísimo con sexart, por ejemplo. Tienen una visión muy cinematográfica, un sexo muy chulo y verosímil Y aunque hay parte de sus consumidores que son varones, su concepto, su contenido no está enfocado para hombres: está enfocado para personas, y eso es maravilloso.
¿Los hombres se inician en el porno en la adolescencia...?
Las chicas también.
Pero, la imagen de sexualidad que da todo este porno gonzo y hardcore que también ha traído consigo Internet... Es más bestia. ¿Crees que hay alguna manera de equilibrarlo?
Lo único que encuentran los chavales cuando buscan referentes sexuales externos es la pornografía, porque no hay una educación sexual, nadie que les diga qué hacer con su sexualidad.
La imagen que ha creado el porno de la sexualidad es mala, es muy mala. Pero la culpa no es del porno, sino de que no hay nada más. Cuando eres pequeño y te llevan a ver la peli de Spider-Man, fuera del cine te enseñan que no te puedes tirar por la ventana con una cuerda.
Igual que enseñamos que lo que se ve en el cine normal no hay que intentarlo en la vida real, hay que enseñarles educación sexual. Que lo que se ve en el porno no es real, es una fantasía, que puede ser más o menos verosímil pero que no está siendo una representación veraz de la realidad ni de lo que tú tienes que hacer.
En el momento en el que los chavales no tienen educación sexual y buscan un referente externo, básicamente lo único que encuentran es la pornografía. Y cogen unas imágenes, unas prácticas, que luego no son las que hay que aplicar en la realidad. El problema no es del porno, es de la educación. Hace falta más educación, no modificar la pornografía.
El acceso a la mujer a la pornografía estaba más limitado culturalmente. Se les asignaban unos roles en los que estaba mal que viesen porno.
Creo que cada vez está cambiando más. En gente más mayor sí que veía ese tabú, que ver porno era algo de lo que sentirse avergonzado. Pero en chicas de mi generación, nacidas en los 90, sí que veo una liberación sexual tan grande como amplia. Hay más chicas hablando de su propio sexo sin tapujos, más liberadas en cuanto a su cuerpo, su sexualidad y en cuanto a la forma de entender las relaciones personales. Yo creo que está cambiando.
¿Crees que ha tenido influencia Internet también ahí, que todo el mundo ahora puede encontrar a alguien con quien hablar de estas cosas?
Creo que ha tenido que ver, desde luego. Internet te facilita el poder encontrar grupos afines en gustos, aficiones o maneras de entender la vida y la sexualidad. Pero también creo que ha empezado a haber modelos, referentes, figuras a seguir, algo que yo echaba en falta.
El hecho de que haya chicas que sean figuras públicas, que no tengan miedo a destapar su sexualidad o mostrar algo ajeno a los conceptos establecidos. Algo muy tonto: una imagen que tengo grabada de pequeña es a Julia Roberts levantando la mano con la axila llena de pelos en algún tipo de presentación [en 1999]. Esa imagen se me quedó grabada en la mente, pensé “olé esta mujer”.
O las t.A.T.u. Para una niña era fenómeno ver a dos chicas besándose en un videoclip: te da la idea de que es normal, que no hay nada que ocultar, aunque sea una ficción. Desde los mismos medios se nos bombardea para estar más abiertos, aunque sigue habiendo muchísimo cliché., Un aperturismo mental un tanto hipócrita, pero existente.
¿Crees que esta liberación sexual se traduce en la cultura pop actual? Está Miley Cyrus, por ejemplo. Que es una diva pop comercial, pero reivindica figuras del feminismo y trata de visibilizar actitudes y ayudar con problemas de la comunidad LGBT.
¡Jajaja! Me gusta lo que representa, más bien "lo que ha construido el equipo que hay detrás de Miley Cyrus". Es más joven que yo y muestra una imagen sexualizada. Que es normal, todos estamos sexualizados a esa edad no pasa nada, pero le dicen “puta, llevas todo al aire, las tetas fuera”. ¿Y? ¿Qué importa? Eso no quita que sea una chica diciendo cosas interesantes en las entrevistas.
¿Y en España? ¿Cómo crees que se pueden cambiar las cosas?
Que más gente se dé cuenta de esto. Que más gente entienda que el sexo no es algo de lo que sentirse avergonzado. Que al fin y al cabo, si estamos aquí es porque todo el mundo ha follado en algún momento. Entender que no es malo, que si una persona disfruta teniendo sexo delante de las cámaras o físicamente es genial, maravilloso. No es algo malo.
Es un residuo de una educación que nos siguen imponiendo, en pleno 2015: “tienes que sentirte mal si follas con mucha gente”. En mi blog me decían el otro día que “estoy perdiendo mi dignidad como persona”. O las preguntas que le hacían a mi chico en el ask.fm: “¿No te da asco tocarla después de que se haya follado a tanta gente?”. ¡¿Qué?!
Es como, espera, vamos por ahí: por qué debería darme asco, qué hay de malo. Están poniendo el sexo como algo horrible, al nivel de “no deberías follarte a alguien que ha matado a 50.000 personas”. El sexo es algo bonito y guay, ¿por qué hay que tomarlo como algo negativo, meter miedo con él, o relegarlo a la procreación?
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Foto: Andre T.