800 kilómetros caminando hacia atrás: la denuncia de un activista contra la deforestación en Indonesia

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Indonesia ha perdido más de 24 millones de hectáreas en las últimas tres décadas y ante la falta de soluciones, un ciudadano de Java ha emprendido rumbo hasta la sede del gobierno en Jakarta. El activista busca concienciar al gobierno y al resto de la población recorriendo 30 kilómetros por día, a pie y marcha atrás.

800 kilómetros. Esta es la distancia que pretende recorrer Medi Bastoni, un hombre de 43 años natural de Java (Indonesia) durante un mes. Según cuenta The Guardian en este artículo, el pasado jueves 18 de julio salió de Dono, un pueblo de Java Oriental, con la idea de llegar a Jakarta el próximo 17 de agosto (día de la independencia de Indonesia) y reunirse allí con el presidente Joko Widodo. 

Objetivo. Bastoni quiere ir a la sede del gobierno en Jakarta para reivindicar la importancia de los bosques indonesios. La deforestación es uno de los grandes problemas que sufre el país y este gesto del activista tiene como única finalidad concienciar a la población y al gobierno de la situación. De hecho, su idea es pedirle una semilla al presidente del gobierno para plantar un árbol con su nombre en las laderas del monte Willis, una zona volcánica al este de Java.

¿Por qué marcha atrás? La elección de caminar de espaldas pretende explicar de forma simbólica sus propias intenciones. Según ha contado Bastoni a la prensa local, se trata de una metáfora que representa la necesidad de "echar la vista atrás" y tomar ejemplo de los antepasados que lucharon por Indonesia. Si en su momento pelearon por ser independientes de Holanda, ahora es momento de mostrar compromiso con el entorno natural de la isla.

Así y con la idea de pisar Jakarta en el día de la independencia de la isla, el activista recorrerá 30 km diarios ataviado con la bandera de Indonesia y un cartel sobre la cabeza que dice "Tanda Bakti Anak Negri" una frase en indonesio que significa "en homenaje a la patria". 

24 millones de hectáreas destruidas. Esta es la cifra que hace referencia a los bosques talados desde 1990 hasta 2015 según el último estudio realizado por Greenpeace. Lejos de frenarse esta tendencia, la BBC refleja como en 2018 Indonesia era el tercer país con más suelo deforestado del mundo: 339.888 hectáreas para ser exactos. La destrucción de los humedales y los incendios habituales no hacen más que acentuar un problema que, a pesar de tener una solución clara, no se aplica.

Más allá del aceite de palma. Malasia e Indonesia son los destinos favoritos por las empresas que comercializan aceite de palma, pero éstas no son las únicas responsables de la pérdida masiva de bosques. La industria alimentaria y las empresas cosméticas también están involucradas de forma indirecta en este tipo de atentados ambientales. Empresas como L´Oreal, Mondelez, Nestlé o PepsiCo han estado comprando aceite de palma que proviene de la tala ilegal o está implicado en la destrucción del ecosistema del tigre de Sumatra (especie en peligro de extinción).

Los datos anteriores revelados por Greenpeace tan solo subrayan algunas de las consecuencias derivadas de la deforestación promovida por el aceite de palma, pero en realidad el contenido del mensaje es el mismo que trata de enviar Medi Bastoni caminando 800 km marcha atrás.

Imagen:  Iswanto Arif/Unplash

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