Cuando pensamos en un referente petrolero, tres nombres que vienen a la cabeza son Venezuela, Arabia Saudí y Texas. Los campos tejanos con sus típicos pozos que hemos visto en decenas de obras de ficción y los magnates estereotípicos del cine y la televisión tienen buena parte de la culpa, pero no andan desencaminados. Texas es un enorme pozo de petróleo que cubre casi la mitad de la demanda del país.
Sin embargo, estos últimos años su industria energética ha pegado un volantazo: han abrazado las renovables en general y la energía solar en particular. Tanto que han adelantado por la derecha a un estado de California que, hasta hace no mucho, sacaba pecho de su industria fotovoltaica.
Vientos de cambio. Texas era un estado fundamentalmente agrario hasta el 10 de enero de 1901. Ese día, en Spindletop, se perforó una zona que originó un chorro de petróleo que se elevó unos 30 metros. Desde ese día, la extracción del petróleo empezó a desplazar a la agricultura como el motor de la economía del estado y el sector de la energía empezó a ser protagonista. El carbón no se quedaba atrás y, a la vez que llenaban el resto de Estados Unidos de petróleo, ellos producían energía gracias al carbón y otros combustibles fósiles, como el gas.
Tanto es el poder energético de Texas que tienen su propia red eléctrica y un mercado desregulado, por lo que la población puede elegir libremente a qué empresa quiere comprar energía. Y hace unos años, empezó la revolución verde. El estado tiene unas condiciones eólicas y solares envidiables, tanto que se empezaron a construir parques eólicos que pronto empezaron a producir muchísima energía. Además de molinos, también se empezaron a instalar placas solares a gran escala.
Miremos al Sol. En 2022, Texas generó el 26% de toda la electricidad de origen eólico de Estados Unidos. No fue el primer hito, ya que en 2014 esta energía superó a la generada por las centrales nucleares y en 2020 superó a la generada por el carbón. Sin embargo, faltaba conquistar el Sol. Según estudios gubernamentales, Texas se encontraba entre los estados líderes en potencial de generación de energía solar, pero diferentes leyes y la reticencia de líderes y población conservadora mantuvieron el estado a la sombra.
California se ha erigido estos años como el gran productor de energía solar del país, tanto que incluso tienen problemas por la cantidad de placas instaladas, pero esto ha dado un vuelco los últimos dos años. En 2019, Texas tenía una producción de 2 GW procedentes de plantas solares frente a los 13 GW de California, pero ahora la situación es completamente distinta.
Mirando a California por el retrovisor. El pasado 14 de mayo, Texas llegó al pico de producción de 19,1 GW. Es más, brevemente, que el producido ese mismo día por California, pero la importancia de esto no es tanto este logro, sino la tendencia. A partir de 2020, Texas empezó a producir cada vez más energía gracias a las plantas fotovoltaicas, algo que coincidió con la caída en la producción de energía mediante el carbón.
Y, aunque California estos últimos seis años ha aumentado su producción, ese aumento ha sido muy gradual, mientras que el de Texas ha sido explosivo, con un fuerte incremento este 2024. El estado sigue dependiendo del gas, pero lo que se está viendo es que esa transición a las energías limpias está cautivando los conservadores. Y un motivo de peso es el económico, ya que aunque las zonas rurales conservadoras no están muy a favor de este tipo de energía, supondrán el destino del 60% de los impuestos que se paguen por la producción de las renovables.
Un extraño ejemplo nacional. Como suele decirse, poderoso caballero es Don Dinero, pero a la cuestión económica se suma lo que comentábamos antes: las facilidades que hay en el estado para que las empresas de energía produzcan y vendan su producto. Además, algo a destacar es que esa facilidad para que una empresa se conecte a la red y empiece a suministrar electricidad permite que los proyectos de nueva generación de energía tarden la mitad de tiempo en estar funcionando que lo que se demoran en otros estados.
De hecho, la Comisión Federal Reguladora de Energía de Estados Unidos está viendo con buenos ojos el modelo tejano y es algo que se podría aplicar en otras zonas del país. Y no es de extrañar que les haya llamado la atención, ya que sólo en los dos últimos años, Texas agregó 14,2 GW, más que cualquier otro operador de red.
Imágenes | Eric Kounce TexasRaiser, ENERGY.GOV
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