Las energías renovables no sólo han llegado para quedarse, sino que se han convertido en uno de los medios más importantes para lograr los objetivos de descarbonización que países y empresas tienen marcados para 2030 y 2050. La energía eólica y solar (sobre todo con el auge de los paneles debido a que China derribó el precio), se han convertido en los paladines de las renovables, pero no hay que obviar iniciativas como la del corredor del hidrógeno verde.
Dentro de ese auge de las renovables, la energía offshore se postula como una de las fuentes más potentes, y en un fantástico mapa podemos ver cuáles son los planes de instalación de algo muy concreto: los parques eólicos marinos.
Las ventajas del mar. Dentro de las renovables, la ubicación es clave, y ahí el mar está demostrando ser un territorio ideal para cierto tipo de renovables. La energía offshore es la que se genera en el mar. Principalmente, se trata de parques eólicos marinos, pero puede haber otro tipo de instalaciones. ¿Por qué eólicos? Porque están lejos de poblaciones (no afectan tanto al paisaje ni el ruido molesta a los vecinos) y porque la fuerza del viento es más fuerte y consistente que en tierra. ¿Inconvenientes? También los hay, pero el principal es que es mucho más caro que realizar la instalación en tierra.
El estado de la offshore en Europa. Países como China -sobre todo- o Estados Unidos, están desplegando muchísimas instalaciones de energía eólica terrestre y marina. Algunas son realmente monstruosas. Es lógico si tenemos los kilómetros de costa que tienen ambos países, pero no sólo depende del territorio, sino de la inversión. La Comisión Europea, en su Comunicación COM/2023/668, detectó que existe la necesidad de acelerar la inversión en energía eólica marina, así como en otras energías oceánicas (por ejemplo, placas solares flotantes o la producción de hidrógeno en alta mar).
Actualmente, la capacidad total instalada de energía eólica marina en la Unión Europea se sitúa en los 16,3 GW y se espera que las nuevas instalaciones aumenten unos 12 GW de forma anual para cumplir los objetivos de descarbonizaciónde 2030. Por comparar, en 2022 había 1,2 GW de energía eólica offshore instalados en Europa, diez veces menos.
Proyectos. Dentro de esa potencia eólica marina instalada, los mayores proyectos se encuentran en las zonas nórdicas. Países Bajos, Alemania, Dinamarca o Bélgica son los países que llevan la voz cantante debido a las condiciones del mar del Norte y del Báltico. Son zonas que tienen constantes y fuertes rachas de viento, pero no son vientos turbulentos, por lo que se muestran como territorios óptimos para su instalación.
Y hay muchos, muchísimos parques propuestos. Una gran forma de visualizar los parques eólicos marinos proyectados en los mares europeos es el mapa elaborado por El Orden Mundial que dejamos justo sobre estas líneas. En él, podemos ver lo que comentábamos: el grueso de los mismos está en el norte, con parques planeados con un mínimo de 5.000 MW y muchos con 2.000 MW. También se muestran los 26 parques en construcción.
El caso de España. En España podemos ver que hay varios proyectos planeados con una potencia de entre 2 MW y 2.000 MW en la costa gallega, en la catalana, en la zona sur del país y en las Islas Canarias.
El país es una de las potencias en energía eólica (de las renovables, en general) pero gracias a la base instalada en tierra, no en territorio marino y los motivos que se esgrimen para no impulsar este tipo de parques es que el suelo marino español puede alcanzar los 1.000 metros de profundidad -demasiado- y la inversión económica sería estratosférica. En la costa portuguesa sí hay proyectos más grandes planeados. Iberdrola, por ejemplo, comenta que estos parques eólicos se ubican en aguas de hasta 60 metros de calado.
Hay que seguir trabajando. Más allá del caso específico de España con la eólica offshore, la Comisión Europea ha identificado seis áreas en las que se debe trabajar para acelerar el despliegue de la capacidad offshore. Son los siguientes:
- Fortalecimiento de la infraestructura de la red y la cooperación regional.
- Aceleración de permisos para desplegar infraestructura.
- Garantizar la correcta planificación espacial marítima.
- Investigar modos de fortalecer la resiliencia de la infraestructura marina.
- Apoyar la investigación y la innovación para apoyar la energía renovable marina.
- Desarrollar cadenas de suministro más óptimas.
Mapa | El Orden Mundial; Imagen | DSullivan 2
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