Argelia es la solución a la crisis del gas, aunque España se esfuerce en complicarlo con su giro respecto al Sáhara

Argelia es la solución a la crisis del gas, aunque España se esfuerce en complicarlo con su giro respecto al Sáhara
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Si el gas ya estaba en el centro de la atención, el reciente giro del gobierno de España respecto al Sáhara Occidental ha sacudido todavía más un mercado completamente tensionado. Argelia era y sigue siendo un socio estrátegico para España a nivel energético. Qué puede ocurrir con el gas procedente de Argelia y hasta qué punto España tiene alternativas son algunas de las cuestiones que ahora han adquirido una renovada importancia.

Argelia es a España con el gas, lo que Rusia es a Alemania. La dependencia de España con el gas argelino es enorme. Históricamente ha sido el principal proveedor de gas en España, habiendo llegado a suministrar hasta el 60% del gas. Al contrario que el norte de Europa, cuyo gas proviene principalmente de Rusia, en España gran parte del gas viene de Argelia, donde se producen unos 100 bcm de gas al año y es la gran referencia del norte de África.

En 2021, más del 45% del gas de España era de Argelia, pero la situación cambió con el corte del gasoducto Magreb-Europa (GME) en octubre del año pasado “en reacción a los actos hostiles de Marruecos”. Ese gasoducto llevaba funcionando desde 1996 con una capacidad de unos 13,5 bcm al año. Algo menos (10 bcm) tiene el Medgaz, el gasoducto que todavía sigue manteniendo España con Argelia.

El Gobierno defiende que el gas argelino seguirá llegando. Pese al cambio de posición histórico, desde el Gobierno aseguran que el gas seguirá llegando. Jose Manual Albares, ministro de Exteriores, explica que "Argelia es un socio estratégico, prioritario, fiable para España, también como suministrador de gas". Por parte de la vicepresidenta Nadia Calviño se ha definido a Argelia como un "socio muy importante" que seguirá aportando estabilidad en el gas.

Cortar el suministro de gas supondría también un durísimo golpe para Argelia. El mercado del gas actualmente se encuentra en una situación de crisis, pero también se están pagando precios muy elevados en comparación con años anteriores. Los enlaces para la energía tienen mucho de geopolítica y de manera equivalente a la dificultad de España para encontrar otros proveedores de gas, Argelia tiene difícil incrementar sus envíos a otros países en el corto plazo. Con Italia, sus gasoductos ya trabajan cerca del máximo de capacidad.

El gasoducto Medgaz cuenta con participación de Naturgy. Inaugurado en 2011, el Mezgaz pertenece a la sociedad argelino-italiana Sonatrach-Eni en un 51% y Naturgy con el 49% restante, a través de un SPV en el que participa BlackRock. De hecho, la relación de Sonatrach y Naturgy es muy cercana, como se deriva del hecho que el 4,1% del capital de Naturgy esté en manos de la energética argelina. Es por ello que se confía en que Sonatrach siga siendo un socio fiable.

Otro asunto es el precio. Muchos coinciden en que el suministro estará garantizado en mayor o menor medida, pero donde hay más dudas es en las tarifas. A raíz del cambio de posición español, desde Argelia apuntan que subirán precios como mínimo hasta 2024. No es la primera vez que quieren ir en esta dirección, pero la postura del Gobierno les ha dado alas para incrementar notablemente sus tarifas.

Por el contrario, desde el gobierno italiano han realizado declaraciones en favor del pueblo saharaui que han sido vistas con muy buenos ojos. Italia es el principal comprador del gas argelino, por delante de España. Y justo estos meses se encuentran realizando las negociaciones para el precio del gas del siguiente trienio. Unas negociaciones que no solo afectan al precio. Empresas como Naturgy, Repsol, Cepsa, Técnicas Reunidas, Sacyr o Acciona se encuentran negociando inversiones multimillonarias en Argelia y la posición del Gobierno podría afectar a este proceso.

El nuevo aliado estratégico para el gas es Estados Unidos. Según las cifras de 2021 de la Corporación de Reservas Estratégicas de Productos Petrolíferos (Cores), el 37% del gas argelino llegaba a través del Medgaz a Almería, mientras que el 5,5% lo hacía en buques metaneros, en forma de GNL.

Este gas natural licuado es el principal ganador de esta coyuntura. Según los datos de Enagás, en los últimos meses el principal proveedor de gas no ha sido Argelia, sino Estados Unidos. Con 12.472 GWh en febrero, Estados Unidos se ocupa del 32,9% de nuestro gas, por el 23,2% de Argelia o el 21,1% de Nigeria. Un panorama muy distinto al de 2021, donde Argelia fue el principal proveedor con un 43%, EEUU tenía un 14%, Nigeria un 11% y Rusia un 9%.

A la espera de un nuevo gasoducto para llevar el gas a Europa. España mira a África, pero con la mente puesta en el norte de Europa. Gracias a la enorme capacidad de almacenamiento y regasificación de España, nuestro país puede acabar convirtiéndose en el granero de gas de Europa. Sin embargo, tiene un problema: no hay suficiente capacidad de interconexiones para enviar el gas. Hace falta un nuevo gasoducto con Francia o algún país vecino para enviar este gas. Uno de los proyectos era el MidCat, pero se detuvo por falta de rentabilidad.

Estas semanas se están debatiendo en Europa las alternativas para hacer frente a la crisis energética y una de las opciones que se plantean desde la óptica española es una financiación para la construcción de un nuevo gasoducto. Francia no parece estar muy interesada, pero Italia puede jugar un papel importante. Una Italia que recordemos es el principal comprador de Argelia y ha adoptado una estrategia diferente.

Europa vive pendiente de los movimientos de Rusia y Argelia puede posicionarse como una de las principales alternativas. España ha querido posicionarse cerca de Marruecos, pero es muy consciente de que el gas argelino sigue jugando un papel clave. Quizás no directamente para España, pero sí para apoyar al mercado energético europeo.

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