La gran verdad no contada de 'Blade Runner': el título no lo creó ni Ridley Scott ni Philip K. Dick

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El inicio de la historia es conocida por todo el mundo: 'Blade Runner', el clásico absoluto de la ciencia ficción dirigido por Ridley Scott en 1982 se basa en una novela de 1968 del maestro del futurismo paranoico, Philip K. Dick, '¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?'. Se parecen lo justito: la ambientación futurista, la idea de los replicantes y cierto juego con las identidades artificiales, que cada obra lleva en una dirección.

Lo que no es tan conocido es que el título de la película, ese 'Blade Runner' que transmite unos sensacionales aires de futurismo pulp, no es obra de Scott ni de Dick, sino de otro escritor, y uno que (solo aparentemente) no tiene nada que ver con la obra original. Se trata de William S. Burroughs, el radical renovador del lenguaje, figura básica de la generación beat y autor de obras tan trascendentales y experimentales como 'El almuerzo desnudo' o 'Yonqui'.

Aunque lo ha hecho siempre a su manera, Burroughs nunca estuvo del todo alejado del género en su estado más puro (de hecho, comparte con Dick su identidad como célebre politoxicómano). En 1979 publicó una novela corta titulada 'Blade Runner (a movie)', y que también es una obra derivada: es una supuesta adaptación al cine de otra novela, 'The Bladerunner', de Alan E. Nourse.

En ella, Nourse lleva al lector a un futuro cercano en el que los habitantes de la Tierra no pueden recibir tratamiento médico a menos que sean esterilizados para evitar que infecciones, enfermedades y dolencias se propaguen. Esto hace que surja un mercado negro de servicios médicos, y quienes los suministran son los llamados "bladerunners", como el protagonista. Lo que escribió Burroughs fue esencialmente una precuela, explicando cómo la sociedad había llegado a aquel punto de la esterilización obligatoria.

Básicamente, Burroughs puso en marcha sus obsesiones, y escribió en su falsa adaptación sobre cómo los ricos se beneficiaban de las carencias del resto de la sociedad, y convirtió las aventuras futuristas del original en una potente diatriba anticapitalista. Por supuesto, era consciente de que esa película nunca vería la luz. Ridley Scott usó el título para la película después de pedirle permiso legal a Burroughs y Nourse... y de que su coguionista Hampton Fancher lo robara de los libros sin avisarle. Pero cuando confesó ya era tarde: Ridley Scott se había enamorado de ese título que no se sabía de dónde salía.

Cabecera: Warner

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