Fui a comprar muebles y acabé con los nuevos sensores de IKEA. La domótica de mi casa ahora está a otro nivel

Fui a comprar muebles y acabé con los nuevos sensores de IKEA. La domótica de mi casa ahora está a otro nivel

La firma nórdica no solo vende muebles y complementos: tiene un completo ecosistema de hogar inteligente bueno, bonito y barato

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Puede que su virtud para encontrar necesidades y sacar un producto para saciarlas o la estética nórdica tengan parte de culpa, pero el auténtico éxito de IKEA está en vender muebles apañados a precios más o menos bajos. Lo asequible es un buen gancho y hace tiempo que lo replicaron en domótica: empezaron con bombillas baratas y ya cuentan con todo un ecosistema con artilugios tan originales como su lámpara altavoz.

Recientemente IKEA ha lanzado Parasoll y Vallhorn, dos sensores de puertas/ventanas y de movimiento respectivamente. Ambos cuestan menos de 10 euros y no requieren de elementos extra para que funcionen. Los hemos probado y esta ha sido nuestra experiencia.

Nota: para el análisis hemos usado una bombilla conectada TRÅDFRI E27 de 806 lúmenes y el hub Dirigera (con redes Wi-Fi en bandas de 2,4 y 5 GHz, soporte para Zigbee o Thread y previsión de compatibilidad con Matter) para una prueba más completa de su funcionamiento.

Diseño minimalista y funcional

Img 5168 Sensor Vallhorn y hub Dirigera

IKEA ha hecho del minimalismo una de sus señas de identidad y eso se aprecia desde el principio

IKEA ha hecho del minimalismo una de sus señas de identidad y eso se aprecia desde el principio: cajas pequeñas, explicaciones dibujadas en un esbozo y un folleto en muchos idiomas y casi 100 páginas de información general donde lo que más interesa es el QR de la portada. Al leerlo, nos lleva la web del producto dentro de la de IKEA, donde están tanto las instrucciones de montaje como los manuales. Nuevamente vamos a encontrar información parca, pero fácil de entender y va al grano.

Antes de nada, las presentaciones:

  • Parasoll es un sensor de puertas y ventanas que viene con las dos piezas con forma más o menos de pila (pero sin ella, necesitarás una AAA).  La carcasa de ambos elementos está hecha de ABS, un plástico blanco que se siente agradable y robusto. En la parte trasera cuenta con una banda adhesiva doble, que será la que tengamos que pegar en el marco y hoja de una puerta o ventana. Pero antes, hay que retirar dos piezas de la parte de atrás para colocar la pila.
  • Vallhorn es un sensor de movimiento y tiene forma de interruptor de pared con culo. Como en el caso anterior, está hecho del mismo plástico mate de estética minimalista y moderna y también tiene bordes redondeados. En la parte trasera hay un embellecedor para fijarlo a la pared (aunque yo lo he dejado apoyado valiéndome de su generosa trasera) que, al retirar, podremos incrustar las dos pilas AAA necesarias. Una diferencia importante respecto a su predecesor: además de ser más grande, puede usarse tanto en interiores como en exteriores.
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Puesta en marcha

Al quitar la tapa trasera de ambos sensores vamos a encontrarnos un elemento clave para su puesta en marcha: el botón de sincronización, que tiene un dibujo con dos anillas entrelazadas. Aquí hay dos opciones uso: o establecemos una conexión simple con un dispositivo inteligente como una bombilla o lo vinculamos al hub para llevar la domótica a otro nivel.

O establecemos una conexión simple con un dispositivo inteligente o lo vinculamos al hub para llevar la domótica a otro nivel

Conectándolos a Dirigera accederemos una experiencia más completa, como sincronización con más dispositivos, rutinas o monitorización a través de la aplicación Ikea Smart Home (disponible gratis en Google Play Store y en App Store). Tanto en un modo como en otro apenas he necesitado pocos segundos y no me ha dado ningún problema. Y un añadido más: también podemos emparejar estos sensores mediante Zigbee con un Echo compatible para integrarlos en el ecosistema de Amazon Alexa.

Nota: ojo porque en App Store hay dos aplicaciones disponibles, la antigua 'Home Smart 1' y la nueva. La veterana funciona con dispositivos TRÅDFRI, mientras que la renovada sirve para TRÅDFRI y el hub Dirigera.

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Para ese emparejamiento simple y básico, solo tendremos que tener la bombilla en el casquillo correspondiente y que esté encendida y después acercar el sensor a menos de cinco centímetros. Después pulsaremos el botón de sincronización durante al menos 10 segundos, momento en el que el sensor parpadeará con una luz roja (en Vallhorn es el casquete que sobresale en el frontal, en Parasoll es una línea fina LED también en el frontal) y la bombilla parpadeará dos veces. Este tipo de conexión no solo sirve para un producto smart, sino que podremos emparejar hasta 10, repitiendo el procedimiento uno a uno.

En el caso del sensor Vallhorn, en la parte trasera además cuenta con dos botones para ese emparejamiento básico directo: el primero permite configurar el movimiento entre el modo nocturno y diurno y el segundo elegir el tiempo de apagado entre uno o cinco minutos.

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Como en mis pruebas lo he usado con emparejamiento directo y con el hub, he tenido que aplicar el restablecimiento de fábrica, lo que consiste en ambos sensores en tocar el botón de sincronización cuatro veces en cinco segundos.

Funcionamiento e ideas de uso

En este análisis he intentado sacarle partido en posibles escenarios en mi casa para evaluar su comportamiento, teniendo en cuenta las habitaciones, casquillos y lámparas que tengo, así como mis necesidades, pero también conforme experimentaba han surgido otras ideas.

Un dato importante para elegir el lugar dónde colocar Valhorn: su alcance es de hasta 10 metros en las condiciones más favorables (sin paredes u otros obstáculos) y reacciona al movimiento dentro de un radio de cinco metros con un ángulo de 120º. Asimismo advierte IKEA que es un dispositivo sensible a los cambios, por lo que en la documentación hay algunos ejemplos gráficos sobre dónde sí y dónde no colocarlo para evitar falsos positivos.

Considerando las características de mi casa, he encontrado un uso ideal para el Vallhorn con la bombilla "inteligente" conectados entre sí: tengo el sensor en una esquina de mi mesa de trabajo apuntándome a mi mano derecha (delante tiene medio teclado y el ratón) y la Trådfri enroscada en mi flexo. Antes de su instalación, cuando me levantaba de mi puesto a cualquier tarea, como puede ser algo puntual como el timbre o ir al baño a algo más largo como adelantar la comida o tender, solía dejar la luz encendida porque se me olvidaba.

Ahora tengo el Vallhorn configurado un minuto y en modo diurno, es decir, que se apague si no nota actividad en ese lapso de tiempo y que con la detección de movimiento encienda la luz (o las luces, si tuviera más) en cualquier entorno, lo que IKEA llama 'Modo diurno' (con el modo nocturno las encendería solo en la oscuridad).

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Inicialmente usé el 'Modo nocturno' pensando en optimizar el encendido, pero no quedé satisfecha ya que lo que el sensor entiende como poca luz en ocasiones sí que en realidad es iluminación suficiente  para leer, escribir y en definitiva, trabajar con buenas condiciones de iluminación. Así que lo cambié al 'Modo diurno' y así cuando es completamente de día y la iluminación es buena, simplemente pongo el sensor de espaldas. El resultado es una maravilla para no despilfarrar electricidad y además bien colocado, detecta mi mano en movimiento al escribir, por lo que rara es la vez que se me apaga (solo me ha pasado de forma puntual, al estar completamente quieta leyendo o hablando por teléfono).

Tenemos un hall bastante oscuro con un aplique (que no era compatible con el E27 de la bombilla usada en el análisis) y una lámpara, así que también lo hemos usado colocando el sensor en la mesita de las llaves apuntando a la puerta y enroscando la bombilla en la lámpara, así al acercarnos a la zona para salir o recién llegadas a casa, la zona se ilumina.

Estos son solo un par de casos prácticos para aprovechar lo que tengo en casa, pero hay situaciones todavía mejores, como por ejemplo colocarlo en un pasillo sin ventanas y que tenga poca iluminación natural, un garaje, un sótano, un armario o un vestidor. En definitiva, un lugar oscuro donde queremos tener luz desde el primer momento, olvidarnos del interruptor y a la vez no malgastar electricidad.

¿Y con Dirigera? Pues se abre el abanico de opciones, permitiendo disponer de márgenes de tiempo de dos, tres, cinco y diez minutos y tres modos de actividad, siempre activo, según amanecer o atardecer o también la posibilidad de establecer un horario. Así, podría ponerla por ejemplo para que de 8 a 11 de la mañana tenga una iluminación más fría. Otra opción: emparejarla con un ecosistema de terceros como Amazon Alexa, Google Home o Apple HomeKit para que por ejemplo configurar una rutina para que la primera vez que paso por el hall de mi casa, Alexa me diga el tiempo que hará hoy.

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La configuración de Parasoll de forma directa con un producto inteligente es idéntica y como está conformado con dos piezas, cuando las bandas magnéticas de ambas están próximas (menos de cinco centímetros), el sensor lo interpreta como cerrado. Cuando se alejan entiende que se ha abierto la puerta o la ventana. Este sensor resulta especialmente interesante para lugares que permanecen en la oscuridad hasta que abrimos y mantenemos la puerta abierta, como podría ser una nevera (hace exactamente lo mismo), un armario o un vestidor. Así, con la puerta abierta se encendería la bombilla y con la puerta cerrada, estaría apagada.

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Situado en la Conectado a Dirigera he encontrado una función secundaria interesante: configurando la rutina pertinente, podremos recibir un aviso cada vez que se abra o se cierra la puerta, un chivato de nuestras rutinas de entradas/salidas que también podría servirnos ante potenciales intrusos. Pero también es posible que un altavoz inteligente emita un sonido y por supuesto, que se encienda una luz.

De hecho, para ampliar el experimento, también he configurado la bombilla de la lámpara de la entrada para que se encienda al abrir la puerta (no es el escenario ideal de uso porque para salir no es necesario, pero para entrar en casa sí que viene bien). Tanto el chivato de abrir y cerrar puertas como la lámpara sincronizada han cumplido con su misión en todas las ocasiones, por lo que su funcionamiento es robusto y fiable.

El diseño de la aplicación es de los más intuitivos, claros y amigables que he probado

Para mis pruebas con apenas cuatro elementos de IKEA (dos de ellos, sensores), el emparejamiento básico puede ser suficiente, pero si queremos visualizar y controlar el estado de los sensores, deseamos crear un ambiente o rutina combinando varios dispositivos actuando de forma concreta o vamos a conectar más de 10 productos smart o queremos que se entienda con los ecosistemas de Apple, Amazon Alexa o Google entonces merece la pena usar el hub. O como mencionaba más arriba, evitarnos ese hub con Zigbee y usar un Echo con este protocolo.

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La aplicación unifica la experiencia de control, manejo y permite la creación de automatizaciones simplemente al ir integrando los productos y distribuyéndolos en las habitaciones. El diseño de la aplicación es de los más intuitivos, claros y amigables que he probado dentro del segmento, con iconos intuitivos, colores, fuentes claras y palabras clave. Además su funcionamiento es ágil y robusto.

IKEA Vallhorn y Parasoll, la opinión de Xataka

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Un problemilla de empezar a comprar en IKEA es que termina convirtiéndose en un vicio: entrar por una Billy y acabas saliendo con un wok, un cable de carga y una orquídea, sé de lo que hablo. La disposición del local, la puesta en escena de sus productos y sus carteles están diseñados para tal fin. La cuestión es que generalmente la firma nórdica ofrece una solución conveniente, efectiva y de diseño a módico precio, así que si tienes buena experiencia (es mi caso), sueles repetir porque sabes que vas a encontrar de todo.

La experiencia con ambos sensores ha cumplido con creces lo prometido

Hablo de mobiliario, decoración, cocina... y ahora también de domótica. Hasta el momento no había tenido la oportunidad de probar sus dispositivos conectados y me han parecido buenos, bonitos y baratos. Me explico: aunque no es el objetivo del análisis, la calidad de la luz y el funcionamiento de la bombilla me ha parecido adecuado. Pero es que la experiencia con ambos sensores ha cumplido con creces lo prometido: se emparejan fácil, no me han dado problemas de conectividad entre sí y han funcionado de acuerdo con sus parámetros consigna a detectar. Y todo a menos de 10 euros: el Parasoll cuesta 9,99 euros y también el Vallhorn sale por 9,99 euros.

De hecho, mi análisis me ha sabido a poco, quedándome con ganas de tener más gadgets compatibles para configurar ambientes más completos. Y eso es una buena señal: uno de los grandes problemas de la domótica barata es que normalmente es de marca poco conocida y lo que ahora funciona bien, en poco tiempo puede dar problemas en cuanto a actualizaciones y aplicación, pero IKEA está apostando fuerte por el hogar inteligente y eso se nota tanto en la cantidad y calidad de su catálogo como en su aplicación. Por supuesto, también es buena noticia para la marca sueca, porque ahora ya no solo saldré con una planta, sino también con algún que otro gadget de este estilo.

VALLHORN Sensor movim inalámbr, inteligente/blanco

PARASOLL Sensor puerta/ventana, inteligente/blanco

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En Xataka | Monta tu hogar inteligente con IKEA: guía de compra del ecosistema "TRÅDFRI" con dispositivos y compatibilidades

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