Movistar, su nueva tele y la pesadilla de los ecosistemas cerrados

Movistar, su nueva tele y la pesadilla de los ecosistemas cerrados

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Movistar, su nueva tele y la pesadilla de los ecosistemas cerrados

Algunos miramos a las grandes de la tecnología y esperamos algo aparentemente imposible: que entiendan el mercado. Que comprendan que hoy en día uno no gana usuario cerrando puertas, sino abriendo ventanas, y que ellos son los primeros con la obligación de innovar, de estar en la cresta de la ola y de demostrar que sus ingentes recursos sirven para algo.

Eso es justo lo que no ha hecho hoy Movistar, que lanza sus Screen Fusión como un canto a los ecosistemas cerrados y como una propuesta que cierra muchas más puertas de las que abre. Sin poder entrar aún en un análisis técnico de sus prestaciones como televisor, lo que sí está claro es lo que ofrece a los clientes, que es muy, muy poco.

La televisión como punta de lanza de la nueva oferta convergente

La apuesta por la televisión es patente en Movistar, que tras adquirir Canal+ ha realizado diversos movimientos estratégicos en este ámbito que ahora se completan con un singular lanzamiento: el de una televisión especialmente preparada para aprovechar al máximo los servicios de Movistar Fusión.

Telef

Las nuevas Screen Fusión son televisores con descodificador integrado que tienen tamaños de 32 (HD Ready, 720p) y 40 pulgadas (Full HD, 1080p) y tendrán distintos precios para los clientes de Movistar Fusión+ Fibra:

  1. Para los nuevos clientes de Movistar Fusión+ Fibra de 300Mb con el paquete Premium o superior de televisión el modelo de 32 pulgadas será sin coste, mientras que el modelo de 40 pulgadas tendrá un coste de 120 euros.

  2. Los actuales clientes de Movistar que soliciten o tengan Fusión+ Fibra 300Mb con el paquete Premium o superior podrán también solicitar Screen Fusión por 50 euros en el caso del modelo de 32'' y 170 euros por el modelo de 40''.

En Movistar destacan que la televisión "no tendrá permanencia ni compromiso para los nuevos ni para los actuales clientes", pero eso es una verdad a medias, como veremos a continuación. La conexión puede realizarse vía WiFi, pero en la parte trasera también encontramos un puerto RJ45 para conexiones Ethernet (no se especifica si Fast Ethernet 10/100 o Gigabit Ethernet).

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Entre las opciones disponibles se destaca también que el desco integrado se comporta como el tradicional de Movistar+, pudiendo grabar programas o acceder a la programación de los últimos siete días. Apenas sí han mencionado detalles técnicos sobre el panel, pero sí sabemos que se hace uso de tecnología LED y que el ángulo de visión es de 178 grados.

Tu tele no es tu tele

A priori este lanzamiento de Movistar parece ser interesante por las ventajas que ofrece a los clientes del servicio con mayor coste de la operadora. Si no tienen televisión pueden contar con una fácilmente, pero siempre y cuando esos clientes se den cuenta de que esa televisión en ningún caso será suya.

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Movistar define a este producto básicamente como "un descodificador con pantalla incorporada", y como explicaban nuestros compañeros de XatakaMóvil, es una televisión que Movistar se limita a prestarte. No es tuya. Si uno es cliente nuevo no paga nada por la de 32'' al suscribirse al paquete adecuado (127 euros mensuales entre fijo, móvil, conexión y televisión de pago), pero si ya eres cliente tendrás que pagar 50 euros adicionales. Ese coste se incrementa para el modelo de 40 pulgadas que es mucho más relevante por el soporte de resoluciones 1080p, pero eso le costará los citados 120 euros a los nuevos clientes y 170 euros a los que ya tenían un paquete compatible.

La televisión nunca se la queda el cliente, y si abandona Movistar o deja de tener contratado ese paquete Premium con toda la oferta de alta gama de Movistar, tendra que devolver el aparato a la operadora. Como explican en la nota de prensa oficial, "como no existe permanencia ni compromiso por parte del cliente, éste podrá darse de baja del servicio y devolver la Televisión sin ningún tipo de penalización".

Si quieres usar la tele para otra cosa, olvídate

En esa definición de Movistar queda clara la concepción de la operadora para este producto, pero es que además la polémica no llega en ese modelo de alquiler sin opción a compra, sino que además hay serias limitaciones en el apartado técnico.

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El televisor cuenta con un puerto HDMI, pero no será posible utilizarlo como salida de vídeo: "solo está disponible para equipos de audio, si enchufas una consola no reconoce la señal de vídeo, solo la del audio. Queremos que la gente la use para conectar el Home Cinema", explicaban los responsables de Movistar.

Esa limitación no parecía plantear un problema para la operadora, cuyos responsables de hecho confirmaban que la orientación del producto no era la de convertirse en la tradicional televisión inteligente en la que uno puede disfrutar de distintos tipos de ofertas de entretenimiento. No: la oferta de Movistar es clara y tiene un único objetivo que los responsables de la empresa destacaban en el anuncio:

A Movistar no le da más plus tener más puertos HDMI. Queremos a más clientes pagando la suscripción Premium

En Movistar conciben esta televisión como una televisión auxiliar o secundaria, y no como el equipo principal que uno disfrutaría tradicionalmente en el salón. Esa orientación es cuanto menos confusa, porque cuando un usuario paga 77 euros al mes por su conexión de Fibra y otros 50 por la oferta Premium de televisión (aunque estos meses promocionales ese coste se reduzca a 9,90 euros) debería poder disfrutarla donde quisiese. Lo que no queda claro en ese anuncio es si cuando un nuevo cliente pide la televisión con desco integrado puede además pedir el desco tradicional para conectarlo a su televisor principal, aunque es de suponer que ese desco siempre forma parte de la oferta para nuevos clientes. Estamos tratando de confirmarlo con Movistar.

Las odiosas comparaciones: cómo plantean esa oferta en Orange

El segmento de las ofertas convergentes vuelve a estar de lo más animado en los últimos tiempos, y lo demuestra el hecho de que hace tan solo dos días Orange lanzaba una oferta aparentemente similar en la que sus responsables combinaban sus planes convergentes con la posibilidad de adquirir un nuevo televisor.

Orange

En Orange, no obstante, concebían esta opción con una filosofía netamente diferente: los usuarios pagarán un extra que partirá de los 4,95 euros al mes (depende del televisor elegido) por ese préstamo del televisor, pero se quedarán con él tras completar el pago, que en cualquier caso será según la promesa de sus responsables hasta un 65% inferior al precio del mercado.

Cierto que no se trata de modelos con descodificador integrado, pero también es cierto que se trata de televisores convencionales y no capados como los Samsung J4500 de 32 pulgadas o los J5600 de 43 pulgadas para clientes de Orange (modelos de LG para los de Jazztel).

Los propios responsables de Orange precisamente realizaban unas declaraciones al conocer la nueva oferta de Movistar. Se trata del mensaje de un competidor y hay que contemplarlo desde esa perspectiva, pero los argumentos son especialmente significativos:

No creemos en las barreras artificiales. Si mejoramos la calidad de nuestra oferta los clientes querrán estar con nosotros". Con estas palabras el presidente de Telefónica España, Luis Miguel Gilpérez, anunció en septiembre de 2013 el comienzo de la venta de móviles desbloqueados, ofreciendo al cliente la opción de adquirir terminales libres para utilizarlos con cualquier operador. La compañía aseguraba entonces "haber escuchado las demandas de los usuarios".

Viajamos ahora en el tiempo hasta otro mes de septiembre, esta vez el de este año 2015. El mismo portavoz anuncia que la operadora va a empezar a “regalar” televisores a sus clientes, que conservarán solo mientras sigan con la compañía, con decodificador integrado para ver solo los contenidos de Movistar TV. Esta iniciativa, que se concretará de cara a la campaña comercial de Navidad, supone el regreso a una estrategia de bloqueo y obsequio de terminales –en este caso televisores- por parte de Telefónica. Retomando las palabras de que Gilpérez pronunció hace dos años, dicha propuesta comercial se podría interpretar como cierta inseguridad de la compañía sobre la calidad de su oferta.

Curiosamente, este anuncio se produjo pocos días después de que el CEO de Telefónica, José María Álvarez Pallete, alertara sobre el peligro de que se vaya hacia una "internet feudal" en la que los clientes sean "cautivos" de las grandes plataformas como Android o iPhone, que no permiten portar la vida digital. Sobre el peligro de que los clientes sean “cautivos” de un televisor no comentó nada.

Difícil no sacar conclusiones similares a la vista de la oferta lanzada por Movistar con su Screen Fusión y la filosofía con la que pondrá en marcha la implantación de este nuevo producto que forma parte de su oferta convergente.

Cansados de ecosistemas cerrados y jardines amurallados

Crear ecosistemas cerrados no es algo nuevo para los gigantes de la industria tecnológica, como tampoco lo es para otras muchas empresas en muchos otros ámbitos. En lo que nos toca, la tecnología, ha quedado demostrado que solo unas pocas empresas pueden defender ese modelo en el cual los usuarios están circunscritos y limitados a las soluciones de una empresa.

Lentejas

Es el célebre plato de lentejas.** O te las comes, o las dejas**. Pero ese plato tiene que dar mucho de sí para que los usuarios se lo tomen. El referente tecnológico actual es probablemente Apple, que desde hace años defiende el control y el ecosistema cerrado como la base de un éxito que efectivamente tiene argumentos a favor (el mito del "it just works"), pero que tiene otros muchos en contra.

Sea como fuere, otras muchas empresas han intentado seguir ese modelo (Microsoft con Windows), lo intentan ahora (de nuevo Microsoft, pero también Google o Amazon), y lo intentarán en el futuro con los mismos argumentos que esgrimen tanto Apple como el resto de las empresas. Son jardines amurallados, a priori fantásticos para el usuario, que no se tiene que preocupar por nada, y a posteriori -para el que quiere reflexionar sobre ello- una amenaza para nuestra libertad de elección, para la competitividad e incluso para la innovación.

Telefónica/Movistar no ayuda con ese esquema. La operadora referente en nuestro país esgrime con Screen Fusión un manido concepto de una empresa que parece seguir con la cabeza en un pasado en el que su dominio le permitía hacer y deshacer a su gusto.

Esa (lógica) obsesión por la captación de clientes está haciendo que la empresa se olvide de fidelizar a los actuales: no solo les penaliza ahora por haber confiado en la empresa durante meses (o años) y les hace pagar por un televisor que precisamente debería salir más barato. También hace lo mismo al implantar otras soluciones como su nuevo router todo en uno, del que ya hablábamos en junio y que de nuevo penaliza a los clientes de toda la vida: se lo instalarán gratis a los nuevos clientes, pero los de toda la vida no saben si podrán acceder algún día a él, y en caso de hacerlo tendrán que pagar un plus.

Los tiempos han cambiado, las alternativas han aparecido, y lo de cerrar puertas a los usuarios y limitar las opciones disfrazándolas de una apuesta por la simplicidad o el (discutible) ahorro es una demostración de que en Movistar no están mirando precisamente al futuro.

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