En defensa de las series de capítulos semanales

En defensa de las series de capítulos semanales
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Aunque ninguna serie me ha hecho reír tanto como 'The Office' o como 'Seinfeld', cuando alguien me pregunta por mi serie favorita no dudo en responder con la que es para mí la gran serie de culto, la obra maestra de Lindelof, 'The Leftovers'. Cada una de sus tres temporadas se prolongó durante una estación distinta: verano de 2014, otoño de 2015 y primavera de 2017.

Dos meses por temporada en los que le daba vueltas durante toda la semana a la trama, a sus detalles sutiles, a sus momentos en que cogía nuestro corazón y hacía lo que le daba la gana con él como si fuese el titiritero de nuestras emociones.

Un día me dio por pensar qué hubiese ocurrido si una serie como 'The Leftovers' hubiese sido emitida por Netflix, con su modelo de binge-watching en el que publica todos los episodios de cada temporada de golpe para poder consumirlos en un maratón. Definitivamente, el impacto no hubiese sido el mismo. Las series como 'The Leftovers' necesitan reposo, perspectiva, tiempo para digerir cada episodio antes de ver el siguiente.

Emociones encajadas

Bob Odenkirk en
Bob Odenkirk en 'Better Call Saul'.

Por supuesto, no todas las series pueden ni deben ser 'The Leftovers', ya consigan su propósito de serie que trasciende o se queden por el camino. Siempre hay espacio para series que simplemente nos entretengan, nos hagan olvidar un rato los problemas y nos saquen alguna que otra risa. Ahí no hay problema con el binge-watching. Pero sería una lástima que la madurez del vídeo en streaming trajese la normalización de este modelo para todos los géneros y plataformas.

Afortunadamente, sigue habiendo una resistencia al formato de moda. Los irreductibles a los que el compañero John Tones hizo un repaso.

Binge-watching

Estrenos escalonados

Netflix

HBO

Disney+

Prime Video

A veces

Apple TV+

Filmin

A veces

Starz

Movistar+

En cada formato de estrenos hay un carácter implícito: Netflix y Prime Video, también por su catálogo, transmiten la sensación de abarcar a cuantos más demográficos mejor, tratar de contentarlos a todos y convertirse en productoras o distribuidoras masivas que no paran de girar el rodillo de estrenar novedades para esa diversidad de público. HBO y Apple TV+ comparten un espíritu algo más selecto, quizás más elitista, que escalona sus estrenos y trata de darles un aura algo más especial.

Sin tiempo para la perspectiva y la reflexión, el impacto que nos puede ocasionar cada episodio se reduce demasiado

De la misma forma que hay comida que compramos para engullir sin pretensiones y hay restaurantes que visitamos para captar matices y recibir una historia contada en forma de platos; a nadie mata empalarse una pizza viendo una sitcom de vez en cuando, pero el hecho de poder tomarlas no debería hacernos olvidar la necesidad de pausa, cadencia y mesura que requieren estos últimos para cumplir su propósito. Lo mismo que con las series y los lanzamientos escalonados. Tiempo para el reposo, tiempo para cavilar.

Video killed the radio star hablaba de cómo las nuevas generaciones dejan obsoletas a las anteriores (en música, en tecnología y en la vida), y ese riesgo corremos si nos obsesionamos con la libertad de poder consumir series como queramos ahora que el entorno online nos lo permite.

Por supuesto que podemos dejar los estrenos completos para un episodio semanal por nuestra cuenta, por supuesto que se puede aludir a la libertad de elección; pero las series podrían ser recordadas de forma distinta si se deja la decisión de meditar cada episodio antes de ver el siguiente en manos de los espectadores.

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