Del modding a la potencia más brutal tuneada de serie: ¿has recorrido el camino del auténtico PC gamer Master Race?

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La búsqueda de la máxima potencia y el case modding son conceptos que guardan en común mucho más de lo que parece a simple vista. Después de todo, aunque técnicas como el overclocking son estrictamente prácticas y el tuneado de torres (e incluso portátiles) es algo más bien estético, la modificación de ordenadores tal y como la conocemos hunde sus raíces en los inicios de la informática doméstica, cuando muchos usuarios se vieron obligados a alterar sus cajas para extraer el máximo rendimiento.

Hoy en día podemos decir que ese tuning viene de serie. Equipos como el Predator Orion 5000 de Acer así lo evidencian al integrar elementos puramente visuales, como iluminación RGB, junto a otros de apariencia estética pero con un propósito eminentemente práctico, como toberas de extracción de calor y ventanas laterales que brindan protección contra interferencias electromagnéticas.

Acer Predator Orion 5000: ordenador gaming de sobremesa con Windows 10, Intel Core i7 (6 núcleos) a 3,70 GHz, 16 GB DDR4 SDRAM, NVIDIA GeForce RTX 2070 8 GB, 512 GB SSD, 1-2 TB HDD

Pero antes de hablar del presente, echemos la vista atrás... Unos treinta años, más o menos.

La era MS-DOS: el modding que no era modding

Ordenador

Si nos atenemos a la historia, no parece adecuado hablar de una "era dorada del PC". Principalmente porque no ha habido una, sino varias. Desde la explosión de la informática personal de la mano de esas primeras torres compatibles con IBM, el ordenador ha gozado siempre de muchos de los juegos más espectaculares, complejos y avanzados de cada momento. Y además, lo ha hecho de forma casi constante durante las últimas tres décadas.

Podríamos decir que todo comenzó durante la era MS-DOS. Mientras los jugadores de consola disfrutaban de gráficos con 25 colores simultáneos en entornos puramente 2D, los propietarios de un 486 ya estaba derribando naves y escoltando cruceros en 'Star Wars: X-Wing' y 'TIE Fighter' con modelos poligonales de elevada fidelidad e incluso avances tan alocados como sombreado Gouraud. Eran los inicios de eso que ahora conocemos jocosamente como Master Race.

Fueron tiempos de gloria sin fin. Mientras Lucas Arts arrasaba con 'Star Wars' y las aventuras de Indiana Jones, con 'The Fate of Atlantis' marcando un antes y un después en el género, Roberta Williams y compañía asombraban con las animaciones mediante rotoscoping de 'King's Quest 6: Heir Today, Gone Tomorrow'. Hasta los rijosos juegos de la serie 'Larry' tenían unos gráficos más que respetables.

Entre tanto, títulos como 'Dune 2' ayudaban a reinventar el género de estrategia y, de entre la inagotable montaña de entretenidos jueguitos shareware, nació un monstruo llamado 'Doom'. Si ya entonces el PC se perfilaba como la plataforma ideal para disfrutar de los títulos más punteros, id Software hizo historia con su festival de violencia demoniaca en primera persona. Consolas como la Super NES e incluso la Saturn tratarían de ponerse a la altura, pero incluso sus meritorios ports dejaban claro el dominio del PC.

Por supuesto, elaborar videojuegos de complejidad inalcanzable por las consolas de entonces no era algo sencillo. 'Monkey Island 2' llegó a distribuirse en once (¡11!) disquetes de 3,5 pulgadas, y no era algo tan extraño. Al mismo tiempo, muchos programas utilizaban formatos de disco anteriores que hacían necesario el uso de lectores de 5,25 pulgadas, y el espacio en los discos duros era tan limitado que muchas personas empezaron a comprar torres más y más grandes.

Estas cajas comenzaban a ser a su vez más personales, reflejando los gustos de cada usuario. El auge de las primerísimas parties, germen embrionario del modding, hizo que cada vez más peceros intercambiaran archivos instalando unidades de disco duro extraíbles en sus bahías de 5,25 pulgadas. Los más pro hasta montaban controladoras SCSI de alta velocidad. Hacer "dir" en uno de estos sistemas y ver avanzar la lista de carpetas a la velocidad del rayo era una experiencia religiosa.

De la noche a la mañana, el case modding había nacido de la simple necesidad. Hoy en día aspectos como el almacenamiento han dejado de ser críticos. La nube ha eliminado de un plumazo la necesidad de usar soportes físicos, y una SSD PCIe para el sistema operativo unida a un disco duro de 1 TB para los juegos más grandes es todo lo que necesitan equipos como el Predator Orion 9000 para almacenar catálogos completos con los juegos más grandes del momento.

Llega el MPC-2... y con él la supremacía técnológica

Dicho todo esto, había algunos aspectos en los que las consolas despuntaban por encima del PC durante el tramo final de la era MS-DOS. El sonido, por ejemplo. Para mejorar estas carencias y crear un estándar de rendimiento en una industria que ya estaba marcada por el "amplíalo tú mismo", Microsoft introdujo la norma Multimedia PC o MPC.

La más conocida en España (y posiblemente el resto del mundo) fue la MPC Level 2 o MPC-2 de 1993, que dictaba el uso de un procesador 486SX o superior, 4 MB de RAM, una tarjeta VGA con color de 16 bits, otra de sonido con calidad CD y un lector CD-ROM con un tiempo de búsqueda de 400 ms y que exigiera menos del 40% de los recursos de CPU durante una lectura a 1x. Un hardware que durante largos años daría vida a algunos de los clásicos más grandes de todos los tiempos.

Esta configuración base sirvió para estandarizar en cierta medida los requisitos mínimos de auténticos iconos como 'Sam & Max Hit the Road', 'X-Wing vs Tie Fighter', 'NBA Live', 'Need for Speed' y 'Command & Conquer', por mencionar algunos. No cabe duda de que fue un momento glorioso para cualquier adolescente aficionado a los videojuegos.

Todos estos juegos ya empezaron a venir opcionalmente o de forma exclusiva en CD, haciendo necesaria una bahía de 5,25 pulgadas adicional. Al mismo tiempo, las instalaciones eran cada vez más pesadas. Ya no era raro que un ordenador tuviera dos unidades internas y dos o tres bahías ocupadas por medios magnéticos y ópticos. Las torres crecían, crecían y no dejaban de crecer. Seguían siendo enormes cajas beige, pero ahora con botones "Turbo", indicadores de dudosa utilidad y, en algunos casos realmente avanzados, conectores de audio frontales para los auriculares.

La aceleración 3D cambio las reglas para siempre

Con todo, las consolas pujaban con fuerza. Máquinas como PlayStation, Saturn y Nintendo 64 empezaban a mover unas 3D complicadas para los procesadores x86 de la época. De nuevo, el PC supo recuperar el ritmo de la mano de firmas como 3Dfx, que propusieron tarjetas gráficas aceleradoras de altísimas prestaciones. 'Quake' y 'Tomb Raider' se convirtieron en los nuevos benchmarks; juegos que no habían sido desarrollados para funcionar con este hardware se veían infinitamente mejor que en su estado natural. Y, de paso, dejaban a cualquier otra versión a la altura del betún.

Lo interesante del asunto es que todavía no eran GPUs al uso, puesto que tarjetas como esas primeras VooDoo y Nvidia TNT Riva solo "ayudaban". Pero su capacidad para mostrar iluminación a color en tiempo real, suavizar texturas y mover modelos de altísima complejidad convirtieron al PC en una nueva referencia tecnológica. En paralelo, empezaba a tonarse en un símbolo de estatus. Si tenías dos VooDoo 2 en SLI no te bastaba con decirlo en una party; debías mostrarlo al mundo.

Party Modding

Más y más aficionados comenzaron a modificar sus máquinas no ya para sacar necesariamente más rendimiento, sino para proclamarlo. Para sacar pecho. Para decir "este es el PC con el que me voy a fundir a todos en Q2DM1, y ahora quítame la railgun si te atreves". Neones y tubos CFL empezaban a brillar mucho antes que los LED RGB de equipos como el Predator Orion 5000, mientras que los más atrevidos se atrevían ya a recortar sus torres con una Dremel para que se viera bien el interior.

Al mismo tiempo, este ímpetu por alcanzar el mayor número de FPS posible empezó a tornarse en una competición. El overclocking estalló en torno a 1998, cuando muchos usuarios descubrieron a través de una aún joven Internet las instrucciones necesarias para vitaminar sus procesadores. De repente un triste Celeron podía correr un 20% más deprisa sin despeinarse, mientras que algunos manitas temerarios experimentaban con piezas de auténtica fontanería para crear sistemas de refrigeración líquida.

Case Mod

Más allá de la estética, las necesidades de enfriamiento impuestas por el overclocking y unos componentes cada vez más potentes estaban dando pie a todo un movimiento... ¿estético? ¿artístico? De repente el modding ya no era algo estrictamente técnico, sino la convergencia entre pasión por la tecnología, la eterna búsqueda de una mayor eficiencia y la obvia necesidad de presumir ante el resto del mundo. De lucirse. Había nacido una nueva tendencia.

Ordenadores gaming: cuando el modding viene de serie

Actualmente no hay la menor duda de que la PC Master Race es algo más que una broma entre aficionados. La presente generación de consolas deriva en gran medida de componentes informáticos comunes, hasta el punto de que las entrañas de un Acer Predator actual bien podrían estar diciéndonos la clase de hardware que veremos en la próxima generación de consolas.

Los procesadores RISC han dejado paso a los x86, y tecnologías como el Ray Tracing ya son de uso común en PC. Lo mismo sucede con las de almacenamiento, como las unidades SSD, o incluso con los sistemas de extracción de calor, que han sido perfeccionados en equipos de sobremesa, pero también en portátiles de alto rendimiento como el Predator Triton 500.

Acer Predator Triton 500: ordenador portátil gaming con Windows 10, Intel Core (6 núcleos) a 2,60 GHz, pantalla de 15,6" Full HD, gráfica NVIDIA GeForce RTX, 16 GB DDR4 SDRAM, almacenamiento desde 512 GB SSD

Acer, a través de su gama Predator, ofrece prestaciones de modding avanzadas directamente de serie. De hecho, aunque algunos puedan pensar que su estética llamativa invita a dejarlos como están, la marca incluso promueve competiciones de modding para sus portátiles, y ahí tenemos el ejemplo del Mod Master Challenge, que nos dejó cinco Helios 500 para el recuerdo y que sin duda servirán de inspiración para una nueva generación de jugadores. Inconformistas que no solo ansían las más altas prestaciones, sino también una máquina que se sienta hecha a medida.

Imágenes | Acer, Blake Patterson, Mikael92320, bntmzk

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