Si hay un símil bueno para la competición entre empresas de distintos países en la búsqueda del mejor chip es la carrera espacial: una competición sana, científica, con gran rivalidad pero en la que al final todos los países del mundo se benefician, tanto los que van ganando como los que no.
Desde la invención del primer circuito integrado la carrera por lograr el mejor chip, el mejor procesador (más pequeño, con mejores prestaciones, con menor consumo) es constante. Y los países han visto cómo esta búsqueda, realizada por empresas privadas, ha sido fundamental para el crecimiento de sus economías.
El microchip, una breve historia de 60 años
A pesar de que los diodos y transistores datan de finales del siglo XIX y principios del siglo XX, eran grandes y aparatosos, basados en tubos de vacío. Es por eso que los primeros ordenadores modernos ocupaban habitaciones enteras y sólo se los podían permitir los Gobiernos y las grandes corporaciones.
Con la llegada del transistor a final de los años 40, invento gracias al cual EEUU logró otro premio Nobel, la reducción de los ordenadores fue evidente. Pero no fue hasta la invención del circuito integrado en 1958 (otra vez en EEUU y también resultó en premio Nobel) cuando los "cerebros" de los ordenadores realmente pudieron empezar a reducir su tamaño.
Los primeros circuitos integrados permitían tener en un único chip de 1 a 10 transistores y el avance era tan grande que pronto empezaron a surgir empresas capaces de crear chips con cada vez más transistores que hicieran labores más complejas.
El ritmo de integración fue vertiginoso. Si a principio de los años 60 un chip tenía 10 transistores, a finales de la década tenía 500. En los 70 se llegó a 20.000 y en los años 80 se superó el millón. La integración siguió y hoy en día en el microprocesador de un PC hay más de 1.000 millones.
En la era del PC, EEUU destacó
En la carrera de integrar cada vez más transistores y hacer el mejor chip, EEUU lideró el mundo. Cuando surgieron los PC EEUU mantuvo su liderazgo logrando integrar en un único chip procesadores cada vez más potentes que hicieron despegar el mundo digital.
El milagro de la productividad creciente del mundo tiene mucho que ver con la automatización de tareas que antes llevaban mucho tiempo
La revolución tecnológica que trajo esta búsqueda del mejor chip fue asombrosa. El milagro de la productividad creciente del mundo tiene mucho que ver con la automatización de tareas que antes llevaban mucho tiempo. Y todo gracias a cada vez mejores circuitos integrados.
Sin embargo, hace casi una década vivimos una segunda revolución. Los PCs dejaron de recibir tanta atención: la gente quería llevar ordenadores en sus bolsillos. Los mejores chips, o los que más evolucionan, están en nuestros teléfonos móviles.
Los smartphones traen un nuevo orden
Aunque EEUU sigue siendo una potencia mundial en la creación de chips más avanzados, en el terreno de los smartphones hay más países que están compitiendo. Y es que ahora no se trata únicamente de integrar el mejor procesador en un chip. Ahora los smartphones tienen un centro neurálgico que hace más cosas: el SoC (system on chip).
Ventas globales de semiconductores de 1988 a 2014 (en miles de millón de dólar). Fuente: Statista.
El SoC sigue teniendo el cerebro del terminal, la CPU. Pero también integra la memoria, la tarjeta gráfica y las comunicaciones (Wifi, Bluetooth, GPS, 3G, LTE...). Además tiene que ser muy eficiente energéticamente, pues las baterías tienen un tamaño limitado.
En 2012 el mercado de los SoC de teléfono móvil superó al marcado de las CPUs para PCs y posiblemente en 2015 supere al del conjunto de resto de sectores
Desde 2012 se puede decir que el mercado de los SoC de teléfono móvil supera al marcado de las CPUs para PCs y posiblemente este año el mercado de los SoC supere al del conjunto de resto de sectores.
El mercado de los chips para teléfonos móviles no sólo es el más grande que hay sino que además crece a un buen ritmo (alrededor del 6% anual) mientras que otros sectores como el de PC disminuyen año a año. Es cierto que hay sectores donde el crecimiento es más intenso pero su volumen es mucho menor. Por tanto, si queremos ver dónde está poniendo la industria todo su esfuerzo para crear el mejor chip lo tenemos claro: en los SoC para teléfonos móviles inteligentes.
En esta carrera las empresas clásicas de procesadores de PC han quedado algo fuera de juego y hay nuevos actores de importancia a nivel mundial. EEUU tiene algunos, que además se están integrando, pero hay otros países que también lideran esta revolución.
La industria de los 65.000 millones de euros
El mercado de chips para teléfonos móviles supone aproximadamente 65.000 millones de euros, unos 6.000 millones más que los chips para PC. Y además hay otra tendencia muy interesante: la forma de diseñar y fabricar está cambiando.
El mercado de chips para teléfonos móviles supone aproximadamente 65.000 millones de euros, unos 6.000 millones más que los chips para PC
En el mercado de los chips hay dos formas de hacer las cosas. Una empresa puede controlar complemente todo el proceso (diseño, fabricación y venta) o dedicarse únicamente al diseño y venta y contratar la fabricación a una empresa especializada.
En el pasado, cuando el chip más potente iba dedicado al PC normalmente las empresas líderes tenían controlado todo el proceso. Esto hacía que tuvieran que dedicar importantes inversiones a sus plantas de producción. Sin embargo, en la era del teléfono móvil, las empresas punteras se centran en diseño y venta, con lo que se libera mucho capital para las tareas de mejora de los diseños. Esto permite ciclos de innovación más acelerados.
La industria de los chips ha cambiado mucho en los últimos años. Donde antes destacaba EEUU, e incluso Japón, en la búsqueda del mejor chip, ahora son otros países de Asia quienes lideran la carrera.
EEUU, Corea del Sur, Japón y Taiwán lideran la carrera por el mejor chip
Los cuatro países del mundo que lideran la fabricación de chips (tanto en su modalidad de diseño y fabricación como de sólo diseño, excluyendo por tanto las fábricas sin diseño) son EEUU, Corea del Sur, Japón y Taiwán.
Destacan positivamente Taiwán y Corea del Sur, que crecen frente a los países "clásicos" de chips. Y queda bastante mal, por cierto, Europa, que nunca ha sido un gran mercado y además pierde peso en los últimos años, pues sus principales empresas del sector han sido adquiridas por compañías estadounidense.
Taiwán como caso excepcional
El 8% de la economía de Taiwán depende de los semiconductores. El 50% de los beneficios empresariales de Taiwán vienen de MediaTek
En Taiwán casi el 8% de su economía depende de los semiconductores, de los chips. Es cierto que tienen la mayor fábrica sin diseño de semiconductores del mundo y otra más, ambas en el top 20 mundial. Pero también tienen una empresa muy potente de diseño y venta de SoC, MediaTek, que actualmente es la décima del mundo del sector (subiendo dos puestos) y con crecimientos anuales del 12%. Esta empresa es responsable, entre otras cosas, de la democratización de smartphones para todos los públicos, pues gracias a su modelo de negocio y colaboración cualquiera con capital suficiente puede crear una marca de teléfonos inteligentes.
El 50% de los beneficios empresariales de Taiwán vienen precisamente de MediaTek. Es un claro ejemplo de cómo la búsqueda del mejor chip puede crear riqueza en un país.
Y no hay que olvidar que el margen de crecimiento de las empresas de Taiwán es muy grande, pues aún existen restricciones de venta a China continental, aunque podrían desaparecer en los próximos años por la presión de la industria.
Ningún país quiere quedarse atrás
Cuota del mercado de semiconductores a nivel global de 2003, a 2010. Fuente: Statista.
En esta búsqueda del mejor chip, del más eficiente, del que poblará nuestros bolsillos en la próxima generación de teléfonos inteligentes, ningún país quiere quedarse atrás.
Primero, tener un sector tan puntero es una garantía de éxito para la población, ya sea por los impuestos recaudados, por los puestos de trabajo creados o por la sostenibilidad de la economía.
Segundo, es un sector en crecimiento. Hemos visto que hace diez años los chips más potentes quedaban relegados a los PCs, y el resto de electrodomésticos que usábamos tenían chips mucho más sencillos. En cambio ahora nos acercamos a la era del Internet de las cosas, donde cualquier objeto podría tener un SoC potente para interactuar a través de Internet y hacernos la vida más fácil (y productiva).
Inversiones de capital en la industria global de semiconductores de 2010 a 2019 (en miles de millón de dólar). Fuente: Statista.
¿Quién querría quedarse fuera de esta búsqueda del chip más potente? Nadie. Y lo mejor es que, al igual que ocurría con la carrera espacial, en esta búsqueda los avances nos afectarán positivamente a toda la humanidad.
Imagen | Tambako the Jaguar
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