"Soy paralítico, pero acabo de andar más de 100 metros": la estimulación eléctrica empieza a dar frutos en lesiones medulares

"Soy paralítico, pero acabo de andar más de 100 metros": la estimulación eléctrica empieza a dar frutos en lesiones medulares
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102 metros, 331 pasos, 16 minutos de paseo. Si hace unos años alguien le hubiera dicho a Jered Chinnock que volvería a andar, no se lo hubiera creído. Paralizado de cintura para abajo desde un aparatoso accidente mientras conducía una moto de nieve en 2013, Chinnock lo acaba de conseguir.

Dos nuevos estudios proponen que la estimulación eléctrica de la médula espinal en las víctimas de accidentes puede permitirles caminar de nuevo. Acaban así muchos años de investigación para demostrar que esto era posible y empieza un no menos largo camino para convertir esta promesa en una realidad terapéutica.

Un tratamiento que no entendemos del todo bien

Las lesiones de la médula espinal suelen causar "cambios permanentes en la fortaleza, la sensibilidad y otras funciones corporales" debajo del sitio de la lesión. Desde hace años, los médicos han estado experimentando con la posibilidad de que ‘puentear’ ese daño gracias a implantes de estimulación eléctrica pueda restaurar esas funciones de las personas.

Ayer, la clínica Mayo presentó el caso de Jered Chinnock, el cual gracias a la estimulación eléctrica epidural y a la rehabilitación** pudo recuperar una actividad motora bastante robusta y coordinada**. El New England Journal of Medicine traía otros cuatro casos muy prometedores.

El funcionamiento del tratamiento tiene aún mucho de misterio. Hemos de tener en cuenta de que se trata de una estimulación desvinculada de las señales que envía el cerebro. Pero eso basta para completar las señales nerviosas faltantes y ayudan al robustecer las redes espinales sensomotoras. Al menos, en muchos de los casos.

El siguiente paso es restaurar la conexión entre el cerebro y el cuerpo a través de una compleja red de implantes. Estos interfaces ya han sido probados con éxitos en monos y los primeros ensayos con humanos se encuentran en fase de preparación. Está claro que aún queda mucho por investigar, pero estas noticias no pueden ser más positivas.

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