Hemos vuelto a los tiempos de la policía del balcón y a la del “con la que está cayendo”. Año y medio después del inicio de la pandemia España entera ha encontrado un nuevo saco de boxeo que golpear para descargar la frustración acumulada por meses de limitaciones sociales. A consecuencia del macrobrote de contagios de Mallorca entre el 12 y el 18 de junio por el que ya se superan los 1.100 casos confirmados, 249 estudiantes de viajes de fin de curso han sido puestos estos días en confinamiento forzoso y bajo custodia policial en el hotel Palma Bellver, de cuatro estrellas, por orden de la dirección general de Salud Pública del Gobierno de Baleares.
Tienen entre 17 y 18 años, provienen de colegios concertados estilo salesianos y 64 de ellos han dado positivo y 185 negativo.
La última noticia que tenemos es que la Fiscalía de Baleares se ha mostrado en contra del aislamiento forzoso dictado por el Govern al considerar que no se motivó lo suficiente porque se ignoró, al hacerlo, si tuvieron contacto real con los positivos o no, y se obvió poner en cuarentena a otros sospechosos de haber estado también contagiados, como por ejemplo los empleados de los hoteles o a los clientes no adolescentes. Entre mañana y el jueves sabremos más, con la posibilidad de que salgan de su encierro.
Lo que están haciendo mientras esperan algunos de estos chicos en este tiempo es denunciar públicamente su situación, que consideraban injusta. Una indignación que muchos ciudadanos han visto a su vez como una ofensa incívica, quejas que se iban volviendo más inaceptables a medida que se veían los comportamientos de esta tribu en este inusual contexto pseudoparadisíaco. Y claro, se les han echado encima.
De un lado, el descaro de no contribuir con una pequeña molestia personal después de haber entrado en la boca del lobo por voluntad propia y haberte expuesto a un virus, lo tengas o no, que puede matar a otras personas. Del otro, la chapuza en el súbito procedimiento de los responsables políticos en una actuación que, tal y como están denunciando los padres, podría haber sido incluso ilegal.
#SecuestroGobiernoBalear
La joven Marina Baena, que ya ha sido entrevistada por La Sexta y tiene en su Instagram alguna que otra foto y vídeo en las que se lo estaba pasando bien antes del confinamiento forzoso, describe aquí la injusticia que está viviendo.
#SecuestroGobiernoBalear pic.twitter.com/aCJDDSMHxW
— marina (@marinaabbr) June 26, 2021
Me trajeron engañada y a la fuerza
Aquí Nuria confirma que tampoco se lo está pasando bien.
Aquí nos van a contagiar
Estas tres alumnas del colegio de San Fernando dicen no estar bien porque las han movido a un hotel covid antes de saber el resultado de las PCR que les han realizado.
PARTE 1 @lolacayetanoo @blancaamendeezc @isacepedano #secuestrogobiernobalear #mallorca #COVID19 #tufindecurso pic.twitter.com/RkwZjqNj45
— Lucía Noya🤍 (@lucianoyaa) June 27, 2021
Guantánamo
Mucho han circulado también algunas citas de los afectados lamentando los medios en los que se encuentran. La comida es “peor que la de los presos” y “es un infierno”. Por su parte otros huéspedes dicen que los chavales se dedican a “corretear por los pasillos, hacer fiestas y bromas telefónicas”. Algunos habrían conseguido meter alcohol en las habitaciones porque desde un bar colindante se les pasaba alcohol con cubos atados a sábanas desde las terrazas.
Les estoy cogiendo un asco a estos niñatos de Mallorca... pic.twitter.com/8a0Z8jqmWw
— juanitabanana (@oostituu) June 28, 2021
Bellver Lives Matter
Los estudiantes aislados en el hotel puente del Govern gritan a algunos ciudadanos instigadores “Queremos salir, libertad, libertad” pic.twitter.com/oChodD6bsx
— Xisco Umbert (@xiscoumbert) June 28, 2021
¿Dónde está el Estado?
Esto es lo que les han dado de desayunar a los alumnos de San Fernando aislados en un hotel medicalizado en Mallorca en su viaje de fin de curso. En la gestión de una crisis se ve el nivel de cada uno. pic.twitter.com/hNNi7nNWgQ
— Pedro Espinosa (@pedrofespinosa) June 28, 2021
Imperdonable que a alumnos de San Fernando se les dé para desayunar dos sobaos, un batido de chocolate y una naranja (los chicos están recibiendo, se supone, cuatro comidas al día).
Hábeas Corpus
Vuelve uno de los grandes éxitos del año pasado. La prevención sanitaria, al parecer, era para el juez más importante en este contexto que la libertad individual.
A la fuga
Tres de los jóvenes confinados en Mallorca lograron escapar del hotel y abandonaron la isla a través del aeropuerto de Son Sant Joan. Iban a ser 21, pero la policía interceptó al resto antes de que lo consiguieran. Ahora se encuentran en búsqueda y podrían ser sancionados.
🔴 Tres jóvenes confinados en Mallorca logran escapar a la península y ahora están en búsqueda: iban a ser 21https://t.co/R8x7IRhMRu
— EL ESPAÑOL (@elespanolcom) June 29, 2021
Próximamente en Netflix
Además de los esperables ataques que están recibiendo los adolescentes en redes sociales, muchos están aprovechando el rico material literario para exigir la adaptación cinematográfica de esta historia, que, en verdad, tiene un precedente: muchas de las novelas del escritor de ciencia ficción J. G. Ballard.
Encuentro inspirador que unos estudiantes hayan decidido irse a Baleares para representar una obra teatral inspirada en J.G. Ballard como función de fin de curso.
— Noel Ceballos (@noelceballos_) June 28, 2021
Ballard tenía un cuento sobre eso: veraneantes que se niegan a volver a su país y crean una cultura playera beligerante. La idea de encerrar a los turistas hasta que consuman hasta la extenuación da una vuelta a esa premisa y el sueño húmedo de una nación de hoteleros. https://t.co/0PfvfDsKy6
— Palomitasenlosojos (@palomitasojos) June 29, 2021
no me importaría que se gastase un trocico de nuestros impuestos en poner cámaras en el hotel de mallorca y que el público pudiesemos votar cual de los participantes queremos sacrificar al dios del balconing o a qué habitación dejar caer un mapache del techo
— gárgola digital (@gargoladigital) June 29, 2021