Jurassic World se ha convertido en el estreno más taquillero de todos los tiempos: más de 500 millones de dólares. Y es, en parte, gracias a China. El gigante asiático se ha convertido en el objetivo preferente de Hollywood y su potencial para recaudar dinero ha hecho que el taquillazo estadounidense mire cada día más a Asia.
Una transformación que se entiende mejor si echamos un vistazo a varios de los taquillazos recientes: China es capaz de salvar Pacific Rim y convertirla en saga, aupar a Jurassic World a un récord que no ha conseguido en Estados Unidos. O que películas como Furious 7 y la última entrega de Transformers recauden más fuera que dentro de sus países de origen. Pero, ¿cómo hemos llegado hasta aquí?
El poder del dragón
El despegue de la economía china ha tenido su reflejo en el consumo de ocio: China ya es el segundo mercado más taquillero del mundo. Durante 2012, como apuntaba Hollywood Reporter, se construían 10 nuevas salas de cine al día para un público potencial de más de 1.000 millones de espectadores. Una fiebre por ir al cine que está teniendo varias consecuencias. La primera es que todo apunta a que en cinco años la taquilla total de China superará a la estadounidense.
El resultado es que ambos países están colaborando como nunca habíamos visto. El estudio Dreamworks de Steven Spielberg ya ha establecido una filial en China, cuyo primer resultado es Kung Fu Panda 3, una coproducción chinoestadounidense elegida por los magníficos resultados de taquilla de la anterior entrega en la región asiática. Su primer tráiler se ha presentado directamente en chino:
Vivan los robots gigantes
Hollywood se dio cuenta de que las cosas estaban cambiando con Pacific Rim. La película de robots contra monstruos gigantes se estrelló en Estados Unidos (sí, estamos en una época en la que hacer más de 100 millones de dólares en taquilla es un fracaso). Pero la inclusión de un robot chino y la localización de su mejor batalla en Hong Kong no fueron casualidades, sino elementos pensados para que la película superase también los 100 millones de dólares en China.
A partir de ahí hemos visto estrategias parecidas. Transformers: la Era de la Extinción encierra dos películas en una: la primera mitad, que transcurre en Estados Unidos, y la segunda, enfocada en China, con la presencia de estrellas del cine asiático y el ejército chino ocupando parte del papel tradicionalmente reservado a los yanquis.
La jugada le salió redonda a Michael Bay: más de 300 millones recaudados en China, donde se convirtió en la primera película en alcanzar esa cifra, proclamarse allí la más taquillera de todos los tiempos (desbancando a Avatar, de James Cameron) y superar también la taquilla doméstica norteamericana.
El truco de la coproducción
Incluir esas escenas tiene un motivo: China maneja un sistema de estrenos proteccionista, y sólo permite 34 estrenos extranjeros al año... Salvo si son coproducciones. Es el caso de Iron Man 3, que contó con una escena exclusiva rodada en China -con la presencia del actor Wang Xueqi- para poder presentarse como tal. Una escena que los espectadores occidentales no recuerdan porque era exclusiva del montaje asiático.
Hay excepciones, claro: Furious 7 destrozó el récord chino de Transformers: 324 millones de dólares en sólo dos semanas, 390 millones a día de hoy. Por supuesto, bastante más que en Estados Unidos. Pero con trampa, porque un director de ascendencia china, un casting multiétnico y una intensa gira promocional obraron el milagro: ha superado a la secuela de Los Vengadores y se ha colocado como la cuarta película más taquillera de todos los tiempos a nivel mundial.
Así que Need for Speed, la peli de coches rápidos y furiosos basados en los videojuegos de EA, se ha fijado en ambas tácticas para su secuela. La película original sólo recaudó 200 millones de dólares (65 millones en China) y se ha puesto manos a la obra: la secuela será una coproducción y se rodará en su mayor parte en China.
Cuando en 2020 la taquilla china supere a la norteamericana -que cada vez tiene menos peso en los supertaquillazos milmillonarios-, la práctica se convertirá en casi obligatoria. ¿Estamos ante el principio de un Hollywood multicultural?