España no es para universitarios: el 37% de sus titulados trabaja en puestos no cualificados

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Durante los primeros años de la crisis, España invirtió el título de la celebrada película de los hermanos Coen: no era país para jóvenes. Su tasa de paro juvenil se disparó 38 puntos porcentuales entre finales de 2008 y el ecuador de 2013. Por aquel entonces, tener menos de 25 años y aspirar a un trabajo remunerado pasaba por una utopía. El 55% de ellos, una cifra estratosférica sin parangón en el resto de la Unión Europea, estaba desempleado. No encontraba trabajo, por más que lo intentara. Seis años después la situación ha mejorado, pero no tanto como los jóvenes, en particular los universitarios, podrían desear.

El estudio. Hoy sí hay trabajo, pero de cuestionable calidad. El último Informe CYD elaborado por la Fundación Conocimiento y Desarrollo lo ilustra con cifras: de entre todos los graduados universitarios que trabajan a día de hoy, el 37% lo hace en puestos poco cualificados. Posiciones en las que sus conocimientos y su formación no es requerida, y que acostumbran a estar por debajo de los salarios ofrecidos en su ámbito académico. No hay país europeo que supere la estadística. Ni siquiera cataclismos económicos como Chipre (35,6%) o Grecia (33,9%). España tiene más trabajadores sobrecualificados que nadie.

Las diferencias. Lo condensa este estupendo gráfico de Cinco Días: mientras el 50% de los graduados italianos y el 47% de los alemanes ostenta cargos técnicos y profesionales, el porcentaje se reduce al 40% para los españoles (siete puntos por debajo de la media UE). Los universitarios españoles acceden a menos cargos directores (5,9%) que los franceses (13%), y también a menos posiciones técnicas de apoyo (15,9% frente a la media del 19,2%). ¿Dónde la superan? En administrativos (13,6% frente al 8%), en trabajos artesanos y manufactureros (5,6% frente al 2,7%) y en servicios de restauración y otros (11,6% frente al 7,9%).

Trabajos loables, pero peor pagados y a los que se puede acceder sin formación universitaria.

Problema. Ni que decir tiene que se trata de una anomalía, y de una problemática. España está desaprovechando su capital humano. Tiene una respetable masa de trabajadores formados en áreas técnicas o humanísticas, pero su mercado laboral es demasiado precario como para absorberla. Para sus universitarios también es un drama: las posiciones cualificadas elevan el salario hasta un 32%, y suelen superar el umbral de los 21.500€ durante los primeros años posteriores a la universidad. En un contexto de congelación salarial generalizada, es un salto importante. 

¿Por qué? La pregunta del millón: ¿se debe a un exceso de graduados universitarios o a una carestía de trabajo cualificado? Los propios datos de CYD apuntan a lo segundo. Pese al mito, el 37% de los españoles entre 25 y 64 años tiene algún tipo de estudio superior, algo por encima de la media comunitaria pero en la 12ª posición más alta del continente (lejos de Finlandia o Irlanda, rondando el 45%). A día de hoy, los egresados representan el 6,9% de toda la población entre 20 y 29 años, una cifra en la línea con el resto de países (los mayores de 30 años sólo representan el 25% del total universitario).

En este sentido, la situación de España no tiene nada de excepcional y es muy similar a la de Francia o Países Bajos.

Tipo de titulados. He aquí parte del problema: España tiene sustancialmente menos titulados en áreas STEM (un amplio campo que engloba las ciencias naturales, matemáticas, estadística, tecnologías de la información e ingenierías) que otros países. Mientras sólo representan el 21,9% de su total, en Alemania superan el 35%. España tiene 15 titulados STEM por cada 1.000 jóvenes entre 20 y 29 años, por debajo de la tasa europea (17 por 1.000, Alemania está en los 20 por 1.000). Suelen ser las posiciones mejor pagadas y más solicitadas, dado que se emplean en industrias hoy con un altísimo valor añadido.

Dinámica. Todo ello en un contexto laboral aún negativo. No es que se encuentren pocos trabajos cualificados, es que se encuentran pocos trabajos. La tasa de paro entre los graduados universitarios de España se dispara al 8,4%, sólo superada por Grecia. Ningún otro país se acerca. La de Francia se fija en el 5%, la de Portugal en el 4,7%, la de Finlandia en el 4,2% y la de Alemania en el 1,9%. Es una dinámica que afecta a todos los estratos profesionales por debajo de los 30 años: la tasa de paro juvenil sigue ubicada por encima del 30%, mientras que la general ha descendido al 14%.

Al máster. Quizá por ello el número de graduados que producen las universidades españolas ha descendido anualmente. El año pasado fueron 191.000, un 3,4% menos respecto a 2017, en una dinámica arrastrada a lo largo de toda la década. Por contra, cada vez más jóvenes cursan un máster (112.000 en 2018, un 12% al alza). La tendencia es clara. El grado es insuficiente para encontrar trabajo si no se acompaña de un máster. Las universidades privadas son las grandes beneficiadas: ya tienen más alumnos apuntados a sus másteres que a sus grados.

De fondo, subyace un problema de tejido económico. Sólo Madrid ofrece una bolsa de empleo cualificado similar al de cualquier región de Alemania o de las más punteras de Francia. De ahí la concentración y la emigración. Y lo relativo de la recuperación.

Imagen: GTRES

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