En el momento en el que apareció electo el nuevo Presidente de los Estados Unidos, las redes se llenaron de mensajes, fotos y videos de momentos de lo más increíbles vividos en suelo norteamericano.
En las primeras 72 horas distintos torrentes de emoción detonaron en algunos votantes. Para unos, era la debacle de occidente. Para otros, la victoria más gratificante. Para los peores, una excusa para dar rienda suelta a los mensajes de odio que habían silenciado durante años al creer que la sociedad no estaba de su parte, que eran una excepción, y ahora se sentían acreditados por los resultados en las urnas.
here's a collection of racist, hateful things people of color are facing now that trump is our president-electhttps://t.co/JqLAdINNtJ
— antonio (@antoniodelotero) November 19, 2016
Y aunque esas fueron las horas de mayor tensión, en lo que llevamos de mes se han recogido otro buen puñado de situaciones violentas que van desde el acoso sexual hasta el crimen o delito racial. Este lunes, la empresa keniata Ushahidi ha anunciado que lleva recogidos más de 300 incidentes por todo EE.UU.
A los de la compañía les llegaron 800 denuncias particulares vía texto, email o Twitter, y de ellas se han podido corroborar menos de la mitad gracias al trabajo de investigadores de Harvard y el MIT así como el activista Shaun King. Eso quiere decir que, aunque tienen un apoyo de peso detrás, no son incidentes recogidos por fuentes policiales.
Al igual que la compañía Ushahidi lleva rastreando desde 2008 diversos conflictos violentos en su país o como hizo en Egipto durante la Primavera Árabe, sus empleados han desplegado los datos de geolocalización e informes sobre mapas interactivos en los que se puede ver con buen detalle qué ha ocurrido en alguno de estos puntos calientes.
Tampoco es la única compañía que ha probado a desplegar esta información, y otros medios como ProPublica y Southern Poverty Law Center (SPLC) han publicado trabajos muy parecidos, pero las cifras de Ushahidi son las más cercanas a contar con una confirmación de los delitos con suficiente prestigio.
Gente con la cara pintada de negro y gritos de "vuelve a tu país": el racismo en datos
En USA Post Election Monitor, el nombre del mapa que nos ocupa, están categorizados los conflictos según el ámbito del ataque o disputa. La mayoría de incidentes registrados son leves, amenazas y discursos de odio, pero también encontramos protestas, acoso y violencia con agresión. Según sus investigaciones, la mayoría de incidentes provienen de zonas de gran densidad de población, como Nueva York, Los Ángeles o Chicago, lo cual es lógico. Después de las grandes urbes, Florida, Carolina del Norte, Texas y algunas áreas de la rust belt es donde se concentran la mayor cantidad de ataques.
Dentro del menú de cada incidente las fichas del mapa permiten conocer las comunidades asaltadas (inmigrante, afroamericanos, musulmanes son palabras que se repiten), género y etnia del agresor (también su afiliación política, en algunos casos), la presencia de testigos y algún link periodístico con información sobre el asalto.
Conectar el triunfo de Trump y la violencia, una tarea complicada
Cabe señalar que, aunque desde Ushahidi han trabajado para mostrar una correlación entre los resultados electorales y las agresiones vividas, en algunos de los ejemplos el vínculo no está tan claro. Es decir, no sabemos si la pintada vandálica contra los gays o ese asalto al coche de una mujer transexual hubiese ocurrido de la misma manera si el 9 de noviembre hubiese ganado Hillary Clinton.
Sí, tiene gracia que digamos esto en el mismo día en el que hemos visto a unos seguidores de Trump hacer el saludo nazi, pero la verdad es que las agresiones racistas y sexistas no son nuevas en Estados Unidos, y estaría bien que Ushahidi continuase con su investigación para poder ver si ha habido un aumento constatable de los delitos y crímenes de este tipo. Quien sí ha hecho eso, por ejemplo, ha sido la policía británica, que ha sabido conectar de forma clara la intensificación de la violencia racial con los resultados del Brexit.
Como publicó el Consejo Policial en julio pasado, los crímenes de odio por motivos raciales habían crecido un 42% en Inglaterra y Gales. Sólo el 25 de junio los organismos oficiales habían registrado 289 ataques. En el mismo día. Aunque la agresividad bajó en las semanas posteriores, sólo entre el 16 y el 30 de junio la policía dice estar al tanto de 3.076 incidentes, que contrastan fuertemente con los 915 que se sufrieron en el mismo período de 2015.