España no está sola en su apagado de luces públicas para ahorrar energía: lleva años siendo común en Europa

España no está sola en su apagado de luces públicas para ahorrar energía: lleva años siendo común en Europa
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España se apagará por la noche. El Gobierno ha decidido que las luces de los escaparates y los edificios públicos deberán estar apagadas a partir de las 22.00h de la noche con el objetivo de ahorrar energía. Se trata de una medida en el marco de la crisis energética que vive Europa, aunque no está muy claro qué impacto real puede llegar a tener. Repasamos qué otros países han decidido aplicar algo similar y qué sabemos sobre su utilidad.

Luces apagadas a partir de las 22.00 horas. La medida ya está publicada en el BOE y entrará en vigor a partir del 9 de agosto. Según se describe, "el alumbrado de escaparates regulado en el apartado 6 de la Instrucción Técnica Complementaria EA-02 del Reglamento de eficiencia energética en instalaciones de alumbrado exterior, deberá mantenerse apagado desde las 22 horas. Esta disposición también aplicará al alumbrado de edificios públicos que a la referida hora se encuentren desocupados".

Es decir, los comercios deberán apagar sus luces y también las fachas y los monumentos que no estén siendo visitados. La vigencia de esta medida se mantendrá hasta el 1 de noviembre de 2023.

Otras medidas contempladas con el ahorro energético para comercios es que se limitará el aire acondicionado en verano hasta los 27 grados; se obligará a tener las puertas cerradas cuando esté en funcionamiento la climatización y se realizarán revisiones extraordinarias en materia de eficiencia energética.

España no está sola a oscuras. En Alemania ya se recomendaba, ahora también es obligatorio en algunas ciudades. Frente a la crisis con el gas ruso, ciudades como Hannover han anunciado el apagado de las luces en monumentos públicos, además de apagar fuentes e imponer duchar frías en piscinas municipales y pabellones deportivos.

En Berlín, unos 200 monumentos históricos y edificios públicos también se apagarán para intentar ahorrar energía, incluyendo algunos tan reconocidos como la Columna de la Victoria en el parque Tiergarten, el Museo Judío o la Iglesia Memorial en Breitscheidplatz. En total, unos 1.400 proyectores se apagarán.

En Múnich, desde esta semana se apagarán las luces del ayuntamiento en la plaza Marienplatz. El apagado del alumbrado público varía en cada ciudad, pero es algo generalizado en Alemania.

Francia fue pionera. En julio, el gobierno francés de Emmanuel Macron recomendó a las compañías, ciudadanos y administraciones a apagar las luces cuando no se necesiten. Desde entonces, distintos municipios también están apagando las luces de los edificios públicos.

Pero no es algo nuevo, ya que desde 2013 Francia obliga a las tiendas a apagar las luces entre la 1 y las 6 de la madrugada, o enfrentarse a multas desde 750 euros. Cuando se anunció, el objetivo inicial fue intentar ahorrar unas 250.000 toneladas de CO2, el equivalente a lo que consumen unos 750.000 hogares al año.

La aplicación a la práctica fue poco extendida, ya que aplicaba a ciudades con población de menos de 800.000 habitantes. Ahora el gobierno francés ha anunciado que quiere extenderlo a todas las partes del país.

De acciones puntuales a medidas generalizadas. En febrero, ciudades italianas como Roma o Turín apagaron las luces de sus monumentos como protesta, en una acción que recuerda a la de la 'Hora del planeta' de ONG WWF. Según explicaba entonces la Asociación Nacional de Municipios Italianos, el coste del alumbrado costaba a Italia unos 1.600 millones de euros y que este coste iba a incrementarse un 30% debido a los precios de la luz.

Otra alternativa a apagar las luces es la realizada por ciudades como Oslo o Reino Unido, donde progresivamente se ha ido apostando por un alumbrado inteligente que detecta la presencia y se ilumina al 100% cuando hay alguien, de lo contrario se mantiene en un modo ahorro con el 20%.

Buscando alcanzar ese 7% de ahorro. Por el momento no hay datos de la efectividad de estas medidas. En el caso de Berlín, los responsables aseguran que a corto plazo es "determinante para la medición del consumo energético, pero no en términos de pura rentabilidad". Una ciudad de Berlín que consume alrededor de 200.000 kilovatios hora al año. Una vez pase este tiempo veremos en qué queda esta cifra y si la medida ha contribuido a que se reduzca esa cifra.

Las medidas de los distintos países se enmarcan en el objetivo de intentar alcanzar un recorte del 15% en el consumo energético. Es el porcentaje que pide Europa para el gas, pero los países entienden que hay que bajar el consumo energético global. Según datos de la Agencia Internacional de la Energía, si se siguen todas las recomendaciones de la Unión Europea, el hogar típico podría ahorrar unos 500 euros al año, lo que supondría un ahorro general de unos 220 millones de barriles de petróleo al año y unos 17.000 millones de metros cúbicos de gas natural.

España, por su excepcionalidad, tiene marcado el objetivo de energía en el 7-8%, en vez del 15% europeo. La obligatoriedad de apagar el alumbrado público y el de las tiendas por la noche es una de las múltiples medidas para intentar alcanzar esas cifras. Se desconoce hasta qué punto tendrá un peso relevante en esa intención.

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