En Xataka llevamos varias semanas hablando de la ola de despidos que azota al sector tecnológico. En lo que llevamos de 2023, más de 60.000 empleados de la industria han visto la puerta. Hoy mismo, Dell, el gigante de los ordenadores, anunciaba un recorte del 5% de su fuerza laboral, aproximadamente 6.650 trabajadores. Se suma así a otras como Google, que dio salida a 12.000 empleados, Twitter, que mandó a la calle a 83% de su plantilla en España o Spotify que, prescindirá de 600 trabajadores. Se trata de un fenómeno global que afecta a decenas de grandes tecnológicas.
Sin embargo, este goteo de empleados está beneficiando a cierto organismo que lleva años con un problema de contratación. Los despedidos de las Big Tech están encontrando una salida sorprendente: el espionaje.
Reclutando espías. La NSA, Agencia de Seguridad Nacional de Estados Unidos, está llevando a cabo un esfuerzo de contratación sin precedentes este 2023 y para ello está tratando de seducir a los trabajadores despedidos de todas estas empresas que mencionábamos antes. El organismo empezó a comunicarse con ellos de forma privada a través de LinkedIn el otoño pasado cuando se corrió la voz de que las principales tecnológicas como Meta y Amazon estaban dando salida a miles de empleados calificados.
Christine Parker, estratega senior de gestión de talentos de la NSA, explicaba en este artículo de Washington Times que la agencia de espionaje vio lo que se avecinaba y se puso en acción: "Solo hágales saber que estamos aquí y que tenemos un sólido programa de contratación".
En busca de talento. Esta iniciativa de contratación es la más grande de la agencia en los últimos 30 años e implica más de 3.000 vacantes. Ya promocionan muchas de estas en plataformas como Glassdoor o Indeed. ¿Para qué puestos? Las necesidades en realidad son similares a las de otras empresas de tecnología. Más de la mitad de los puestos vacantes son para trabajos de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas. Concretamente se buscan ingenieros informáticos y de datos, ingenieros de software o especialistas en seguridad cibernética.
Tras años de capa caída. "Ciertamente ofrecemos estabilidad, y eso es lo que realmente tiene en mente mucha gente en estos días a raíz de estos despidos", explicaba Molly Moore, subdirectora de actividades de apoyo a la fuerza laboral de la NSA. Sin embargo, no siempre ha sido así. De hecho, hace unos años se hizo evidente que el organismo estaba perdiendo a su mejor talento a un ritmo preocupante a medida que el personal altamente calificado se marchaba para aceptar trabajos mejor pagados y más flexibles en el sector privado.
Desde 2015, la NSA ha perdido cientos de piratas informáticos, ingenieros y científicos de datos, según varios funcionarios que señalaron en este artículo de The Washington Post de 2018 que había una tasa de deserción del 5,6% entre el personal especializado en ciencia, tecnología y matemáticas. Precisamente se marchaban a estas empresas que ahora han llevado a cabo la ola de despidos, un sector privado que luchaba aquellos años por cubrir más de 270.000 puestos en ciberseguridad. Aquel que prometía carreras duraderas y sueldos atractivos. Pero eso se acabó.
La tendencia. Todo se ha vuelto ahora en contra de los empleados, pues decenas de tecnológicas están anunciando despidos masivos en todo el mundo. Entre ellas está Alphabet, la matriz de Google, que pondrá fin a alrededor de 12.000 puestos de trabajo, el 6% de la plantilla. Microsoft ha anunciado el recorte de unos 10.000 empleos y a principios de año Amazon elevó su cifra de despidos a unos 18.000 trabajadores. Twitter despedirá al 87% de su plantilla española y Spotify dará salida a 600 de ellos. El año pasado, Meta anunció un recorte de 11.000 personas. De las cinco grandes, solo Apple ha conseguido zafarse.
Es posible que todos esos empleados acaben encontrando mejor suerte en el sector del espionaje. Tal y como señalaba un alto cargo de la agencia cuando ésta atravesaba su peor momento de contratación: "La NSA siempre se recupera".
Imagen: NSA
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