En marzo publiqué un artículo en Xataka titulado "Probando Arc: un navegador diferente con utilidades espectaculares, pero que se pasa de hipster". En él reconocía algunas bondades de Arc, pero también lo criticaba por ser demasiado rupturista y por alejarse de las convenciones tradicionales de los navegadores.
Hoy vengo a retractarme con la mano en el pecho y a pedir perdón públicamente, porque tras usarlo durante unos meses como mi único navegador, me ha conquistado por completo y se ha convertido en mi navegador predeterminado, tanto en Mac como en iPhone (también está disponible para Windows).
Queridos cambios
¿Qué me ha hecho cambiar de opinión? Principalmente, darme cuenta de que Arc no solo es un navegador con un diseño diferente, sino una reimaginación completa de cómo debería ser la experiencia de navegar por Internet en 2024.
Su interfaz minimalista, centrada en una barra lateral, se hace extraña al principio, pero luego cautiva. Ese enfoque, que prescinde total o parcialmente (es opcional) de la barra superior con la barra de direcciones, permite aprovechar mejor el espacio de la pantalla.
Esa barra lateral es muy versátil: cobija los favoritos, las pestañas abiertas, los "espacios" y algo más. Hasta añade una barra de reproducción multimedia si estamos haciendo sonar algo en Spotify web o en YouTube Music, por ejemplo.
Sin embargo, la gestión de las pestañas es lo que realmente me convenció. Hace una gestión inteligente. Entiende que abrimos más de las que podemos manejar y nos ayuda a mantenerlas organizadas. Su sistema de "espacios" permite agruparlas, junto a los favoritos, según el proyecto o el entorno en el que nos queremos mover. Trabajo, Personal, Newsletter, Plan de Vacaciones... Y podemos cambiar de uno a otro con un simple gesto.
Arc también archiva automáticamente las pestañas que no hemos usado en cierto tiempo para evitar que se acumulen, aunque podemos desactivar esa opción... o arrastrar la pestaña a los favoritos para fijarla ahí por un tiempo. En el iPhone sí veo más conveniente el archivo automático de pestañas inactivas.
Y la característica que más impacto tiene en mi día a día: la vista dividida. Poder tener dos (o tres, o cuatro) pestañas en una misma ventana es tremendamente útil. Para poder añadir datos a Datawrapper sin tener que ir pasando de una web a otra, para escribir un artículo viendo las declaraciones del CEO de turno, para mantener la documentación a la vista...
Las funciones de IA integradas, bautizadas como Max, aunque todavía algo discretas, también están bien. Puedes hacer una pregunta a la página que estás viendo, una forma de localizar información en una web demasiado larga o en un PDF. Y la forma en que Arc sugiere nombres para las pestañas, las carpetas o las descargas demuestra que es una integración útil de verdad.
La velocidad y su rendimiento también me han impresionado. Tras Arc hay Chromium, ese era mi temor. No ha habido problema alguno en mi día a día con un MacBook Pro de 2021. Es fluido y ágil en cualquier tarea. Y Chromium, ya que lo menciono, es lo que asegura compatibilidad con cualquier web y el acceso a la mejor biblioteca de extensiones.
Si añadimos Google Calendar a los favoritos podremos ver un aviso cuando está a punto de empezar una reunión por videollamada, y unirnos con un solo click gracias al botón flotante que despliega Arc. Son esos pequeños detalles que enamoran.
Al igual que la posibilidad de pulsar comando + T para abrir una pestaña y teclear directamente la web a la que queremos ir o la búsqueda que queremos hacer en Google... o si pulsamos la flecha hacia abajo, consultar eso mismo pero en ChatGPT. Detalles.
No es perfecto: echo de menos el lector o el traductor que integra Safari. Se soluciona con extensiones, claro, pero no es lo mismo. En Safari este aspecto era bastante mejor. Además, la sincronización entre dispositivos tampoco es la mejor, aunque ha mejorado en los últimos meses.
Son pequeños inconvenientes que palidecen en comparación con todas las ventajas que me aporta Arc. Ha cambiado por completo mi forma de trabajar y navegar. Con Arc me siento más organizado y productivo, menos abrumado.
Me retracto de mis críticas y mi escepticismo inicial. Arc no se pasa de hipster, simplemente es un navegador que se ha atrevido a repensar por completo cómo debería ser la experiencia de navegar por Internet en la era moderna. Es innovador, eficiente y sorprendentemente intuitivo una vez te acostumbras a él. La curva de aprendizaje existe, pero es agradecida.
Si eres como yo y pasas la mayor parte del día frente a un navegador, te animo a darle una oportunidad a Arc. Al principio se hará extraño y diferente, pero dándole tiempo se destapa como una joya.
Imagen destacada | Arc
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