Panasonic SDT750, análisis de una cámara de vídeo total con extra de 3D

Panasonic SDT750, análisis de una cámara de vídeo total con extra de 3D
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Ahora que le hemos perdido el miedo al mundo 3D y ya hay fabricantes que apuestan por este tipo de contenido en sus cámaras de fotos, Panasonic confirma su apuesta por las videocámaras 3D domésticas. La SDT750 que hemos probado en Xataka es la primera que ha llegado al mercado. Y el resultado es tan bueno que nos ha sorprendido.

Hemos de confesar que esperábamos algo más anecdótico de la Panasonic SDT750 pero la primera cámara 3D seria que llega al gran público cumple con creces. Por un lado es una (si no la mejor) cámara doméstica de alta definición en modo 2D, pero también dobla funcionalidad como una coqueta creadora de historias tridimensionales con algunos peros, aunque para ser una novedad del mercado, cumple con nota.

Panasonic SDT750, videocámara 3D para todos

Aunque con esta Panasonic SDT750 que hemos probado en Xataka hay que pensar en modo 3D, no debemos imaginarnos esta videocámara como una intrusa. Su base es bien conocida y además está contrastada la calidad. De hecho, el factor tridimensional se consigue con una accesorio que se superpone y no es algo que la propia videocámara lleve integrado.

Esta disposición tiene su ventaja y también sus inconvenientes. La ventaja es que prácticamente nos llevamos dos cámaras en una. La base de la SDT750 es de garantía, pues la serie de la que deriva ha demostrado ser casi perfecta en cuanto a calidad de imagen. Como inconvenientes encontramos la pérdida de ergonomía (bastante grande) al tener que incorporar el accesorio, el cual debe además calibrarse en cada montaje.

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Como hemos indicado, la calidad de imagen de la videocámara Panasonic SDT750 en modo 2D no admite discusión alguna. Sus tres sensores de buen tamaño generan un flujo de datos sobresaliente y que da como resultado imágenes con tremenda calidad incluso en condiciones de luz complicadas (graba con luz de solo 1.6 lx). La nitidez, saturación o tonalidad de las mismas son increíbles. Además, todo queda aglutinado en un tamaño muy compacto, con un angular interesante de 35 mm, controles manuales, zapatas para accesorios, un zoom de 12 aumentos bien colocado y anillo de enfoque manual. Además, el objetivo es un Leica Dicomar con luminosidad f1.5 que se nota mucho cuando la luz escasea. El procesador de imagen Crystal Engine PRO y el estabilizador Hybrid O.I.S hacen el resto.

Todos esos valores se mantienen pues (con algunas precisiones que veremos más adelante) al colocarle el módulo 3D. Destacamos también de esta videocámara de Panasonic su pantalla de 3 pulgadas y la salida HDMI, con el que podemos volcar inmediatamente el vídeo en alta definición 1080p a una pantalla grande donde disfrutar de la calidad como unos enanos.

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Videocámara 3D, extra con buenos resultados

Como os hemos adelantado, el inconveniente de no ser esta Panasonic SDT750 una cámara 3D de una sola construcción perjudica básicamente en dos aspectos: la ergonomía y tener que colocar y quitar el “objetivo 3D” de forma manual. El objetivo que coloca esta videocámara en el universo tridimensional abulta casi tanto como la propia videocámara, y le añade un extra de longitud que hace que la ergonomía bastante resuelta del modo básico se resienta mucho. Deberemos practicar bastante antes si no queremos parecer aficionados de tres al cuarto cuando le ponemos la lente 3D. Además, el peso extra se distribuye de forma no compensada y cuesta acostumbrarse.

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El añadirle un elemento extra también tiene el inconveniente de que hay que calibrar el objetivo cada vez que lo montamos. Es un proceso sencillo y está guiado en todo momento por la videocámara, pero que provoca un tiempo de preparación antes de cada vídeo en 3D tras pasar por el 2D, lo que limita su uso rápido. No nos parece un inconveniente a destacar pues si queremos obtener un buen resultado en tres dimensiones debemos planificar y tomarnos cada escena con calma.

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Respecto a la calidad de imagen en 3D que obtenemos, cada lente se encarga de grabar vídeo a 960 × 1080 píxeles (sistema side by side), y el resultado es bastante aceptable, sin llegar por supuesto al nivel del vídeo sin lente. Sobre el efecto 3D que se consigue, hemos quedado bastante satisfechos, pues si cuidamos aspectos como la distancia mínima para grabar, no abusar de primeros planos o ser bruscos con el movimiento de la cámara y las escenas, podemos deleitar a nuestras visitas con aventuras en las que el efecto 3D se nota y está bastante conseguido. Nos ha gustado mucho el resultado de nuestras pruebas. Eso sí, necesitarás un televisor 3D, no vale la pantalla de la videocámara.

También hay que tener en cuenta que cuando estamos grabando en modo 3D hay bastantes limitaciones y la Panasonic SDT750 se convierte en una videocámara de apuntar y disparar solamente. Más negativo nos parece que no exista la posibilidad de usar la videocámara y la lente 3D para realizar fotografías en tres dimensiones. Panasonic ha perdido ahí una oportunidad de posicionarse bien frente a las compactas fotográficas. Comprar la SDT750 es una inversión importante y ese hubiera sido todo un detalle por parte de los japoneses.

La opinión de Xataka

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Con las compactas avanzadas y las réflex metiéndose desde hace años en el mundo del vídeo serio, y las videocámaras de bolsillo y teléfonos móviles rivalizando en el modo “aquí te pillo, aquí te grabo“, las videocámaras serias van quedando como elementos bastante específicos. Y eso que en calidad y posibilidades hay un trecho todavía con sus supuestos rivales.

El modo 3D que introduce esta Panasonic SDT750 es un buen animador del mercado y un extra que el consumidor debe recibir con buenos ojos. Si la base de la videocámara es además una serie que consigue resultados espectaculares y dispone de un buen tamaño y ergonomía, además de controles y posibilidades de ampliación con accesorios, todo son alegrías.

1.500 euros (si atendemos al precio oficial de la web de Panasonic, aunque podemos encontrar ofertas por unos 1.100-1.300 euros por Internet) separan al consumidor de esta videocámara, pero saber que se lleva lo mejor del mercado doméstico en calidad bidimensional y además un extra jugoso que funciona, nos parece una buena combinación. Falta ahora saber si el consumidor encuentra este modo 3D como un aliciente suficiente, aunque solo sea para dotar de contenido a su abandonado televisor 3D del salón.

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