Este clásico de la ciencia ficción apocalíptica es hoy más visionario que nunca y puedes recuperarlo en streaming

La película que creó a un mito de la ciencia ficción de serie B, Snake Plissken sigue siendo una propuesta fresquísima

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Pocas películas de los años ochenta despiden un espíritu tan rebelde y contestatario como '1997: Rescate en Nueva York', la película con la que, justo antes de 'La cosa', John Carpenter se comenzó a perfilar como uno de los nombres imprescindibles del fantástico de los ochenta (y por tanto, del de todos los tiempos). Se ha puesto buen 2024 para revisarla pese a que su título revele que su fecha de caducidad original pasó hace tiempo, y puedes hacerlo en Filmin y Movistar Plus+.

En esta película, Carpenter planteó una delirante aventura retrofuturista en la que presentó a uno de sus héroes pulp más memorables, junto a Jack Burton, R.J. MacReady, John Trent o Jack Crow. Snake Plissken es un mercenario que, en el "futuro de 1997" se ve obligado a aceptar una misión de la que pende el futuro de la humanidad: debe rescatar al Presidente de los Estados Unidos de la prisión que es la isla de Manhattan, después de que un terrorista derribara el avión del Presidente.

Pese al punto de partida, nada más lejos de las intenciones de Carpenter que hacer una película de acción al uso. '1997: Rescate en Nueva York' rebosa una brutal ironía que conduce a uno de los finales más célebres y amargos de la historia del género. Y Plissken no es un héroe al uso: no se dirige a rescatar al presidente por altruísmo, sino porque el gobierno de los Estados Unidos le ha inyectado bombas microcoscópicas en el torrente sanguíneo, y así la misión se convierte en una frenética cuenta atrás para todos los implicados.

Una aventura que va mucho, mucho más allá de su exiguo presupuesto gracias, entre otras cosas, a un reparto de iconos de la serie B encabezado, cómo no, por el actor fetiche de Carpenter, Kurt Russell. A él se suman titanes indiscutibles como Donald Pleasence, Isaac Hayes, Lee Van Cleef, Harry Dean Stanton, Adrienne Barbeau o Ernest Borgnine. Todo diversión en una película negrísima, trepidante, ácrata, antiautoritaria y hecha del material de las mismísimas leyendas.

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