La época en la que tener el dinero en el banco era la mejor solución para obtener algún rédito ha quedado atrás. El dinero ha pasado de moverse lentamente, a ritmos que permitían un seguimiento incluso anual, a hacerlo a tal velocidad que puede cambiar de valor casi instantáneamente según marquen los mercados de inversión donde se deposita para dinamizarlo.
Hubo un tiempo en el que el ahorro bastaba para que nuestro dinero creciera y considerábamos la figura del inversor como el gurú de las rentas más altas. Pero todo eso cambió con la explosión de la economía digital.
La digitalización del dinero o cómo llevar la inversión a las masas
Si hay un efecto colateral asociado a todo aquello que se digitaliza, ese es su democratización. Se ha digitalizado la música, el vídeo, la televisión, las comunicaciones móviles y, también, las finanzas.
Primero el dinero, con la generalización del uso de las tarjetas de crédito, el ecommerce y la gestión de nuestras finanzas a través de apps o plataformas web. Ahora, las inversiones se han movido al mundo de lo digital gracias, especialmente y de forma más llamativa en los últimos años, al advenimiento de las criptomonedas y a plataformas como Bitpanda que surgieron en 2014 como entornos para el intercambio de esos activos digitales.
Por mucho que las criptomonedas puedan tener un uso directo como moneda “de curso legal” para comprar o vender bienes de consumo o servicios, son más una modalidad de inversión que una moneda propiamente dicha. El valor en euros o dólares de una criptomoneda es lo que les confiere su razón de ser en última instancia, ya sea Bitcoin, Ethereum o Dogecoin, por poner tres ejemplos muy conocidos de entre los miles de criptodivisas que existen en la actualidad.
Este movimiento hacia las finanzas digitales se sustenta en tecnologías que no necesariamente son nuevas, sino que han alcanzado un grado de madurez suficiente como para llevarlas al gran público de un modo “democratizado”. La nube, sin ir más lejos, es la gran “hacedora” de la democratización de las finanzas, maximizando la agilidad en las operaciones, así como la seguridad de las transacciones y los datos.
Los avances en la tecnología blockchain que está detrás de las criptomonedas se han sucedido de un modo vertiginoso. Hasta el punto de conformar en el blockchain de Ethereum una plataforma completa y versátil que no solo tiene su aplicación en el campo de las criptodivisas, sino que se extiende al de los smart contracts.
Gracias a estos smart contracts es posible llevar la descentralización de la seguridad y la autenticidad, junto a la trazabilidad de las operaciones a escenarios como el del arte. Los NFTs o Non Fungible Tokens empiezan a ser usados por los creadores a modo de certificados de autenticidad para sus obras. Un ejemplo local lo tenemos en Miguel Caravaca con sus Criptopelas. Esta garantía de autenticidad se lleva también al campo de la inversión en arte. Un coleccionista, de hecho, ha vendido un videoclip de 10 segundos de duración por 6,6 millones de dólares tras comprarlo en octubre de 2020 por 67.000 dólares.
Invertir en los tiempos de las finanzas digitales: todo a la vista
Hasta que surgió el Bitcoin allá por 2009, el objetivo de las modalidades de inversión era obtener una rentabilidad por nuestro dinero mayor que la ofrecida por las entidades financieras. Eran modalidades básicamente analógicas, sustentadas por bienes tangibles. Con la irrupción de las criptodivisas, debutaron los bienes intangibles, que trajeron consigo un elevado grado de incertidumbre, al tiempo que acercaron al gran público la posibilidad de dedicar pequeñas (o grandes) cantidades de dinero a la inversión.
No es que no hubiera incertidumbre con otras alternativas, pero con las finanzas digitales todo sucede a un ritmo mucho más rápido y con márgenes de ganancias y pérdidas también mayores. Además, las modalidades de inversión digital se han diversificado gracias a proveedores de activos digitales como Bitpanda, que han ampliado su repertorio de un modo notable.
Si en 2014 su propuesta de servicios giraba en torno al comercio con Bitcoins, para extenderlo después a más criptodivisas como el Ethereum conjuntamente con las ofertas de wallets electrónicos, después añadiría opciones para negociar con metales (oro, plata, paladio y platino), acciones, ETFs, criptoíndices o NTF.
Del “todo o nada” a las microinversiones
Uno de los problemas de las inversiones “tradicionales” es el de tener que dedicar una cantidad de dinero elevada para conseguir una buena rentabilidad. Bitpanda, a través de sus productos financieros, permite granularizar la inversión de forma que no sea necesario dedicar grandes cantidades para empezar en este mundillo.
Esto lo consigue gracias a su robustez como entidad, con licencias y certificaciones que le facultan para operar dentro de los más estrictos límites de legalidad impuestos por las entidades financieras nacionales (en Austria, país en el que nació Bitpanda) y europeas en materia de controles y garantías fiscales, como es el registro como Virtual Assets Service Provider (VASP), la licencia PSD2 y la licencia MiFID II) o el cumplimiento de la directiva europea AML5 para evitar blanqueo de dinero.
Además, cuenta con más de 3 millones de usuarios satisfechos en Trustpilot, una de las plataformas de recomendación y reseñas públicas de usuarios y consumidores más importante de cara a evaluar la calidad de un servicio o producto.
Bajo este paraguas de seguridad legal, Bitpanda ofrece modalidades de inversión tanto en criptomonedas individuales, con más de 60 opciones, como en criptoíndices. Los criptoíndices aglutinan conjuntos de las 5, 10 0 25 criptodivisas de mayor capitalización y liquidez del mes, una selección que la compañía hace automáticamente y recalcula mensualmente. De esta manera, la inversión se reparte entre las diferentes criptodivisas de las que se componen estos criptoíndices.
Asimismo, Bitpanda brinda la opción de comprar acciones dentro de un repertorio de valores que va ampliándose paulatinamente, pero sin que sea preciso adquirir acciones completas. La fórmula de inversión en acciones fraccionadas es una vía para adentrarse en el mundo de los valores de bolsa sin tener que hacer grandes desembolsos.
Es más, es posible invertir a partir de un euro tras darse de alta en la plataforma de Bitpanda, obtener la verificación correspondiente de nuestra identidad y definir métodos de autenticación robustos y seguros. Por supuesto, sea un euro o sean mil, el riesgo está ahí, tanto como la oportunidad. Hay que diferenciar entre la especulación, el azar y la inversión incluso aunque nuestra implicación económica sea de tan solo un euro.
Bitpanda lo llama “inversión de calidad”, para dejar bien claro dónde acaba la inversión y empiezan el azar y la especulación. Este concepto o filosofía no es tan sencillo de aplicar cuando hablamos de las criptodivisas, donde la dinámica de funcionamiento no responde todavía a patrones claros. Cualquier noticia que favorezca o perjudique a las criptodivisas provoca fluctuaciones muy importantes tanto al alza como a la baja.
Aumentan las oportunidades, pero también los riesgos. Invertir grandes sumas en criptodivisas o criptoíndices está sujeto a variables que no están tan consolidadas como en los mercados de valores.
Acciones y ETFs, la bolsa en tus manos
Frente a la volatilidad y rápidos cambios de las criptodivisas y criptoíndices, las acciones y ETFs (fondos cotizados en bolsa o Exchange Trade Funds) responden a dinámicas mejor conocidas, como son las de los mercados de valores.
Existe riesgo, por supuesto, pero los cambios de los mercados responden a factores vinculados en muchos casos al comportamiento de las empresas, con el permiso de circunstancias exógenas, claro está. La fintech austríaca permite invertir fraccionadamente en acciones de un conjunto de empresas curado por la propia Bitpanda, así como en ETFs donde se trabaja con conglomerados de empresas en vez de entidades individuales.
En los ETFs, Bitpanda ha creado propuestas en las que se agrupan valores de compañías de diferentes países y sectores, como el de los mercados emergentes o la tecnología o de geografías como Alemania, Estados Unidos o el Reino Unido. Al invertir en ETFs, la rentabilidad o las pérdidas se calculan a partir de la valoración combinada de todos los valores, lo cual posibilita amortiguar las ganancias y las pérdidas de una firma concreta en un momento dado.
Invertir: la nueva forma de relacionarnos con nuestro dinero
Como decimos, el carácter digital de Bitpanda permite democratizar la inversión como actividad que ahora está al alcance de todo el mundo, desde los más jóvenes que sienten curiosidad por lo que pueden llegar a hacer con su dinero más allá de gastarlo o ahorrarlo hasta quienes buscan estrategias innovadoras y ágiles de dinamizar sus recursos financieros.
Hay que ser extremadamente cautelosos con esta forma de relacionarnos con el dinero. Pero, en un tiempo en el que el ahorro no aporta rentabilidad, cada vez es más atractiva la idea de explorar –de manera respetuosa e informada– el mundo de la inversión desde una plataforma como Bitpanda. En ella, todo está a la vista, sin letra pequeña, sin comisiones, con garantías acerca de la seguridad de nuestros fondos y con una propuesta de servicios y productos bien curada y en constante crecimiento.
Además, Bitpanda proporciona recursos educativos extensos y para todos los niveles, lo cual es un ejercicio de transparencia notable, sobre todo, en un momento en el que es más necesario que nunca tomar decisiones informadas sobre nuestro dinero.
Bitpanda: inversiones 24x7 y desde el móvil
Todo este repertorio de posibilidades y modalidades de inversión está disponible día y noche y desde dispositivos tan versátiles como smartphones o un ordenador conectado a Internet. Las apps para iOS y Android de Bitpanda permiten acceder a las herramientas de trading tras un proceso de registro, verificación de identidad y depósito de crédito, que son los pasos iniciales para entrar en la plataforma.
El proceso de comprobación pasa, como sucede con otras aplicaciones en las que se realizan movimientos de capital (incluyendo la de Loterías y Apuestas del Estado), por tener un documento de identidad en vigor y digitalizarlo a través de la app. También es necesario responder a algunas preguntas de índole financiera, exigidas por las normativas en vigor en cuestión de blanqueo de capitales dentro del ámbito de la UE.
A partir de ahí, podremos trabajar tanto con metales como con acciones, NTFs, criptodivisas o criptoíndices con las ventajas de la plataforma de Bitpanda, en la que es posible invertir cantidades a partir de 1 euro gracias a las modalidades de inversión fraccionada. Bitpanda consigue ofrecer estas facilidades y exención de comisiones en operaciones de trading, o recargos de tan solo el 1,495 en compra y venta de criptomonedas, gracias a que cuenta con una estructura llamada “contrato de derivados”. Es la única plataforma que ofrece este tipo de servicios en Europa.
Además, cuenta con su pasarela de pago Bitpanda Pay y emite una tarjeta de débito, la Bitpanda Card, compatible con Samsung Pay o Google Pay, con la garantía y fiabilidad de VISA, que usa los fondos de cualquiera de los monederos, ya sea de fiat (dinero convencional que podemos depositar en la plataforma de Bitpanda), criptomonedas, acciones o metales. El movimiento de nuestros fondos es fácil e inmediato. No obstante, insistimos, los riesgos existen y las operaciones han de estar siempre bien informadas para minimizarlos.
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