El ser humano tiene comportamientos interesantes, sobre todo esas veces en las que caemos en contradicciones. Por ejemplo, valorar mucho el trabajo fuera del hogar pero no hacer lo propio con las tareas domésticas cuando es evidente que un hogar requiere cuidados diarios : aspirar el suelo, lavar la ropa, llenar el frigorífico, etc.
Cuando volvemos a casa -no hablemos ya de los fines de semana- nos espera una buena cantidad de trabajo. Pero, ¿y si se descubriese que las tareas del hogar ayudan a que seamos más felices? ¿Y si actuasen como válvula de escape o tratamiento terapéutico? ¿Podemos usar las tareas domésticas como ancla ante el estrés?
Nuestro cerebro solo puede centrarse en dos tareas (y no muy bien)
A menudo bromeamos diciendo que los varones no pueden concentrarse en más de una cosa a la vez. Y es parcialmente cierto, porque el cerebro humano no es multitarea, sino _bitarea_. Podemos conducir y hablar con el copiloto; o cocinar y hablar por teléfono. En el momento en que agregamos una tercera tarea, perdemos el hilo de una de las anteriores.
No somos multitarea, sino bitarea
Etienne Koechlin, neurocientífico del Instituto Nacional de la Salud y la Investigación Médica de París, y coautor de varios estudios sobre el _multitasking_ (ejemplo), ha demostrado cómo un par de tareas pueden ocupar nuestros dos hemisferios. Si entra una tercera hay que desechar alguna de las anteriores.
¿Qué tiene que ver esto con las tareas del hogar como pasar el aspirador? Que nuestro cerebro está parcialmente ocupado en algo. Como veremos más abajo, eso es magnífico para nuestra felicidad.
El hemisferio izquierdo de las personas diestras (derecho para las zurdas) está ocupado con estas tareas, dejando muy poco margen para distracciones, que ocuparían el “hemisferio vago”.
Necesitamos una válvula de escape a las obsesiones
Lo anterior es muy importante en una sociedad en la que las obsesiones son constantes. Llegar a fin de mes, perder esos kilos de más, no olvidar ninguna tarea, contestar todos los mensajes del chat, dar 10.000 pasos diarios y un larguísimo etcétera. Necesitamos despejar la mente.
Limpiar la casa ayuda a distraerse de las obsesiones
Aunque multitud de técnicas de meditación como el _mindfulness_ están viendo discutida su efectividad por la ciencia, no cabe duda que las obsesiones no son saludables; y que contar con una mente despejada y en calma ayuda a conservar un mejor estado de salud. Por tanto, a ser más felices.
Es en esta intersección en la que entra Keisuke Matsumoto, licenciado en Filosofía por la Universidad de Tokio, con un máster en administración de negocios y… monje budista del templo Komyoji. Matsumoto escribió el libro 'Manual de Limpieza de un Monje Budista' y se ha convertido en embajador de la importancia de hacer uno mismo las tareas del hogar.
¿Por qué aspirar la vivienda evita los pensamientos recurrentes?
Las tareas más sencillas son las más fáciles de automatizar mentalmente. Caminar o bajar las escaleras son algunos ejemplos de actividades que realizamos sin concentrarnos demasiado. En el ámbito doméstico existen aspiradores, como el Rhapsody de Hoover, que han sido específicamente diseñados para que su manejo resulte sencillo; y que no ofrezcan resistencia, haciendo que se produzca esta automatización despejando nuestra mente.
Si el cerebro está ocupado limpiando, evitamos otros pensamientos
En sus charlas, Matsumoto relaciona la higiene con un ambiente agradable. También los espacios pulcros con el bienestar físico, y el ser nosotros quienes los limpian con un ejercicio más mental que corporal. ¿Cómo ayudan las tareas domésticas a evitar obsesiones?
En primer lugar, porque es algo que tenemos que hacer sí o sí. Es japonés, pero Matsumoto suscribe el refrán castellano de _no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy_, y es que “lo que importa es mantener la actitud de no postergar lo que debería hacerse hoy”.
Hacerlo genera entornos de estrés acumulativo a los que luego es complejo enfrentarse. ¿Quién no ha tenido una noche en vela por dejar algo sin hacer? Cuando vamos postergando muchas tareas seguidas, nuestro nivel de estrés se dispara. Los cacharros en la pila, limpiar el baño, pasar el aspirador…
En segundo lugar, encargarnos nosotros del hogar focaliza nuestra atención en una sola tarea importante (limpiar es importante aunque no se pague). Aspirar o planchar puede ser un modo de ser más felices, como lleva décadas demostrando la presentadora británica Kirstie M. Allsopp. Y si es con música, mejor.
Pasar el aspirador con música en los oídos
La música ayuda en la concentración durante periodos cortos de tiempo
¿Te has preguntado alguna vez por qué pasamos el aspirador con música? De la mano del neurocientífico Etienne Koechlin hemos apuntado que el cerebro tiene dos canales a ocupar con dos tareas; y con Keisuke Matsumoto que la limpieza del hogar se encarga a la perfección de mantener el hemisferio primario activo.
La música es un muy buen elemento para “bloquear” de algún modo el segundo hemisferio, especialmente en personas con baja capacidad de concentración o propensas a procrastinar. Pero también a las menos activas y más perezosas. A esas a las que les cuesta levantarse del sofá.
El efecto Mozart, la “mejoría específica en el desempeño de habilidades visuoespaciales [...] después de escuchar música de Mozart” está ampliamente demostrado. La música activa nuestro cuerpo y nos ayuda a desembarazarnos de la pereza.
La limpieza del hogar, no sin tecnología
Ciencia y tecnología son piezas clave en higiene y felicidad
La higiene doméstica y la felicidad personal están estrechamente relacionadas con el nivel tecnológico de la sociedad. Un mayor nivel de desarrollo mejora parámetros como la longevidad, la educación o la renta, y disminuye factores como la mortalidad infantil. La tecnología es nuestra aliada, también en el hogar.
El aspirador Hoover Rhapsody, una herramienta capaz de adaptarse a nuestro frenético ritmo de vida, no solo facilita la limpieza doméstica transformándose en aspiradora de mano cuando la necesitamos, sino que está pensada para facilitarnos la vida después de aspirar.
La tecnología HSpin-Core hace uso de un sistema de separación entre partículas que empuja el polvo, suciedad y pelo hacia el fondo del depósito. Esto hace que su mantenimiento sea mínimo y se espacie mucho en el tiempo. Pero también que podamos vaciar el depósito (sin bolsa) sin necesidad de entrar en contacto con el polvo y suciedad aspirados. Esto es clave en personas con asma o alergia a los ácaros.
Si vivimos con mascotas, la _Tobera Mini Turbo_ viene a la perfección para eliminar pelos; y las ruedas adherentes están pensadas para limpiar el suelo sin arañarlo o que se escurra. Incluso podemos aspirar las zonas más difíciles gracias al _Sistema Easy Driving_.
Realizar las tareas de la casa, que por otro lado son claves para mantener un hogar ordenado y saludable, es muy importante. ¿Por qué no transformar esta actividad que consideramos desagradable en nuestros diez minutos de tranquilidad? Incluso podemos dividir las tareas domésticas en pequeñas fracciones de 15-20 minutos diarios, espaciando el trabajo (y no hacerlo todo en fin de semana).
La ciencia, y la tecnología, están de nuestro lado, solo necesitamos un pequeño esfuerzo para dar el primer impulso y levantarnos del sofá.
Imágenes | PxHere, Andrés Nieto Porras, Karolina Grabowska