Imágenes que se parten, largas esperas renderizando, cuelgues en el servidor, ruido intenso de los ventiladores a la mínima exportación... un mal equipo se deja notar bastante antes que un equipo optimizado.
Obviamente, no todos usamos las mismas herramientas: un proyecto amateur apenas necesitará recurrir al mapeo de audio con Audacity, texturizar con Substance, gestionar diálogos con Twine y un motor sencillo con librerías gratuitas como Unity. En cambio, habrá quienes, para otro proyecto, tengan que contratar actores y realizar pruebas con Pro Tools, animar 3D en Maya y exportar a Unreal, o acudir a Ansys (software de simulación asistida) y Altair para simular distintos tipos de compilación y comprobar errores en la programación.
Cada profesional de la creatividad digital tendrá unas exigencias específicas en desempeño y prestaciones de su equipamiento informático. Pero todos comparten una serie de necesidades comunes, inviolables.
Los espacios de color
Centrémonos ahora en ese concepto, la precisión de color. Es vital para los creadores. Hubo un tiempo en el que muchos profesionales tenían que recurrir a las cartas de color impresas en cartulina, cotejando sobre monitores mal calibrados e improvisando más de la cuenta.
A día de hoy aún se recurre al formato analógico para ciertas referencias, pero está claro que los equipos han ampliado enormemente su capacidad de representar el color hasta una profundidad similar a la real.
Hemos oído mil veces hablar de RGB, pero no siempre conocemos su importancia. Cuando un diseñador trabaja en la maqueta, ya sea para un magazine o libro, necesita elaborar un plan de color. ¿El proyecto será en offset, blanco y negro y solo necesita un perfil para la cubierta o sobrecubierta? ¿Se elaborará sobre estucado (papel satinado), con gramaje alto y con alta densidad fotográfica? Habrá que corregir con un extra de luz.
Quien lidia diariamente con estas necesidades sabe que en artes gráficas existen dos espacios, RGB y CMYK, siglas del modelo aditivo y sustractivo de los colores. El perfil de color sirve para marcar una referencia de apariencia. Es decir, cómo se verá la impresión sobre un material o un equipo específico. Ya que cada imprenta cuenta con sus propios calibrados y piezas, hasta la menor imperfección o ajuste puede modificar el resultado.
Aunque estos ajustes vienen consensuados por el International Color Consortium (ICC), dependiendo de la edición y compresión de una foto podemos llevarnos un buen susto imprimiendo, por ejemplo, en los conocidos FOGRA 39 o FOGRA 27. Es por ello que el monitor donde veamos las imágenes debe tener, principalmente, la capacidad de representar con fidelidad, sin artificio.
Hay webs como Color Hex o Toolstud.io que nos pueden servir para aproximarnos a los valores Pantone y los parámetros de luminosidad, complementarios, etc. Pero nada como una pantalla fiable, sin imperfecciones o con las mínimas debilidades posibles. Ese ha sido el objetivo de Acer al construir su gama ConceptD, respaldados por la certificación Pantone Validated y un valor Delta E muy bajo, inferior a 2. Lo que vemos en pantalla será idéntico a lo que veremos materializado. Y esto, vaya que sí, aporta mucha tranquilidad.
Una familia para agruparlos a todos
Tanto si estás comenzando en el audio mediante FMod y GarageBand como si eres un estudiante que necesita modelar en Blender, Houdini o FreeCad e incluso si tu rol requiere además aplicaciones de gestión y comunicación como Slack, Trello, Notion.so o Contaplus, la familia ConceptD ha sido desarrollada para todo tipo de perfiles. Se basa en tres pilares fundamentales: fidelidad en el color, potencia y rendimiento, así como un estilizado diseño que protege ante corrosiones, vertidos accidentales y arañazos.
En primer lugar, encontraremos los portátiles ConceptD 3, 5, 7 y 9. Mientras los primeros están mejor orientados a usuarios amateur, los dos últimos son ideales para profesionales del diseño gráfico. Y quien busque mayor especialización, los modelos Ezel cuentan con pantalla abatible y lápiz táctil incluido, imprescindible para cualquier diseñador.
Los Ezel Pro, en último lugar, incorporan GPU de última generación —optimizadas para el trazado de rayos—, gama de color Adobe RGB 100 % y suficiente músculo para la producción de vídeo 4K.
Si vamos a trabajar en un escritorio durante ocho horas con After Effects, la gama ConceptD también cuenta con una serie de sobremesas: ConceptD 100, 300, 500, 700 y 900. Los primeros cuentan con arquitectura Pascal y pueden elevar su desempeño hasta los iCore 5 de 9ª generación, 32 GB de RAM DDR4 y una ranura para disco SSD M2 PCIe de 256 GB.
Los segundos disparan sus capacidades al sumar dos procesadores Intel Xeon Gold 6148 y una tarjeta NVIDIA Quadro RTX 6000. Un delirio para un simple principiante en 3ds Max o Zbrush, pero una garantía de potencia y velocidad para aquellos usuarios que requieren ejecutar varias suites profesionales de manera simultánea como, por ejemplo, exploración sísmica.
Pensemos por ejemplo en los F1 de competición. Cada uno de estos monoplazas cuenta con más de 90 piezas impresas en 3D. De cada modelo se imprimen varias versiones hasta dar con la ideal. Sabiendo que uno de estos motores puede alcanzar los 2.600 ºC, los ingenieros no se pueden conceder ni un despiste, ni un fallo. Para ellos existe este ConceptD 900.
Finalmente, si buscamos entre los distintos monitores, nos toparemos con cinco referencias: CM2, CM3, CP3, CP5 y CP7.
El primero cuenta con una resolución Full HD, espacio de color RGB del 99 % de Adobe, una media Delta E de ≦21 y una profundidad de mil millones de colores. Por su parte, el segundo presenta resolución UHD 4K, precisión certificada Delta E <1, Display HDR 1000 y una cobertura del 93 % del espacio de color DCI-P3, además de la total compatibilidad con G-Sync de Nvidia y tasa de refresco “overclockeada” de hasta 144 Hz, para quien juega a los últimos lanzamientos entre jornada y jornada laboral. Si eres diseñador, este monitor te ahorrará seguir buscando.
La garantía de la Certificación ISV
Atrás quedan aquellos humildes tutoriales del primer Photoshop para aprender a quitar un elemento en una imagen, aquel primer montaje de 1990 que se hizo viral. En la actualidad, con un equipo con 16 GB de RAM y una gráfica relativamente potente podemos sacar adelante encargos complejos. Pero siempre nos encontraremos con limitaciones, obligados a seguir ampliando el sistema.
Los ConceptD, en cambio, han sido desarrollados mediante la experiencia y consultoría de expertos. No es que monten suficiente memoria RAM y procesador para trabajar con motores gráficos como Unity y Unreal Engine, sino que están pensados para lograr el más alto desempeño en suites como PTC (empresa responsable de software CAM, CAE y CAD), Adobe, Autodesk, el software para creación de audio y vídeo de MAGIX, o Luxion, de KeyShot, utilizado en el etalonaje cinematográfico.
No en vano hablamos de equipos con certificación ISV, el sello establecido por los proveedores de software independiente a los equipos más confiables.
En la práctica significa que los ConceptD han sido testados específicamente para demostrar un alto desempeño a través de las herramientas más comunes del mercado. El mejor aval para el creativo profesional y la garantía de que, más allá de la potencia, está la imaginación. Y sin las herramientas adecuadas sería muy difícil sacarle provecho.
En resumen, no existe una única forma de responder a la pregunta del titular. Depende de a quién interrogues: la precisión del color sí es un must para cualquier creador digital, mientras que el grado de potencia varía en función de las exigencias de su sector de actividad. Aunque todos coincidirán en algo: no conviene escatimar porque, al final, lo barato sale caro.
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