En la última semana ha corrido como la pólvora un bulo. Uno relativo a un supuesto semáforo, instalado en Madrid y con una cuarta luz de color blanco. Sí que existe un semáforo, ubicado en la Plaza de Castilla, con un total de cuatro luces. Pero la función no tiene nada que ver con lo descrito en los rumores.
No hay ningún semáforo con una cuarta luz blanca y experimental. Madrid no ha instalado "el primer semáforo de cuatro colores" con la idea de regular la conducción autónoma. La información errónea hace referencia a una cuarta luz blanca, nacida para agilizar la circulación de vehículos autónomos.
Desde el Ayuntamiento de Madrid, como recoge Autobild, desmienten que se haya instalado ningún semáforo con una luz blanca. Mucho menos con el fin de que los coches autónomos -apenas presentes en la capital- guíen el tráfico.
De dónde sale esta luz. Este supuesto escenario nace de una propuesta del año pasado, en la que un grupo de investigadores proponía el uso de una cuarta luz blanca. Estos ingenieros de transporte de la Universidad Estatal de Carolina del Norte ponían sobre la mesa un sistema que permita a los vehículos autónomos reconocer de forma inalámbrica la información del semáforo, con el objetivo de mejorar el tráfico.
"La luz blanca es una señal que indica que los vehículos autónomos están coordinando su movimiento para facilitar el tráfico a través de la intersección de forma más eficiente. Cualquier vehículo no automatizado (conducido por una persona) simplemente tendría que seguir al vehículo que tiene delante: si el coche que tiene delante se detiene, se detiene; si el coche que tiene delante pasa por la intersección, pasa por la intersección."
“Y, para que quede claro, el color de la 'luz blanca' no importa. Lo que importa es que haya una señal que los conductores puedan identificar claramente”.
En concreto, la luz blanca actuaría como señal curiosa: "siga al vehículo que tiene delante". De esta forma, los vehículos autónomos seguirían la señal blanca y actuarían como guías de tráfico para el resto. Un complejo sistema que, por razones evidentes, no se ha puesto aún en marcha.
Sí que hay luces blancas en España, pero con otros fines. Hay un escenario que, según el reglamento de tráfico, recogido en el BOE, se refleja el posible uso de luz blanca en un semáforo. No tiene nada que ver ni con la propuesta de expertos de Estados Unidos ni con coches autónomos.
El uso de la luz blanca está permitido en semáforos de ocupación de carril, los cuales afectan exclusivamente a los vehículos que circulen por el carril sobre el que están situados o en el que se indique en el panel de señalización variable. En el apartado C, en el que se explica el significado de las luces, se recoge lo siguiente.
c) Una luz blanca o amarilla en forma de flecha, intermitente o fija, apuntada hacia abajo en forma oblicua, indica a los usuarios del carril correspondiente la necesidad de irse incorporando en condiciones de seguridad al carril hacia el que apunta la flecha, toda vez que aquel por el que circula va a quedar cerrado en corto espacio.
El semáforo de la discordia. Sí que hay un semáforo con cuatro luces en Madrid, pero poco tienen que ver con este propósito. Este, ubicado en Plaza de Castilla, cuenta con cuatro posiciones.
- Verde
- Amarillo
- Rojo
- Flecha de desvío
No hay luz blanca alguna, tan solo un espacio adicional para advertir el cierre del túnel ubicado en las inmediaciones.
No es tan fácil inventarse una señal. Según el Art. 7 de la Ley sobre Tráfico, Circulación de Vehículos a Motor y Seguridad Vial, los criterios de señalización de las vías de utilización general no corresponden a los Ayuntamientos, son competencia de la Administración General del Estado.
Desde la DGT, confirman a Xataka que esto no es posible:
"Un ayuntamiento en sus ordenanzas municipales no puede contradecir nunca lo dispuesto en el Reglamento de Circulación. Los artículos 145 y siguientes describen la señalización semafórica en los que hay casos incluidos de luz blanca."
Pese a ello, se han dado casos en los que el propio Tribunal Supremo ha desestimado denuncias de la AEA (Automovilistas Europeos Asociados) en las que se planteaba que el Ayuntamiento de Madrid señalizaba plazas de estacionamiento mediante la utilización de marcas viales de colores.
Sea como fuere, y pese a este caso excepcional, la legislación es clara. Un ayuntamiento no puede inventarse señales a su antojo. En este caso, es algo que ni siquiera ha sucedido.
Imagen | Leonardo AI
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