La vida ha cambiado por completo en los últimos 30 años. El equipo de Fórmula 1 de Renault ahora se llama Alpine F1 Team. Aquellos brutales motores V10 de la década de los 90 han dejado paso a los actuales V6 híbridos que tuvimos la oportunidad de conocer a pie de pista. Y, aunque alguna se ve, las ideas locas parecen haber pasado a mejor vida.
Al menos las más brutales y desmesuradas. De hecho, Renault nos ha ofrecido hace unos pocos días lo que es una reinterpretación del mítico Renault R5 Turbo en versión eléctrica y pensada por y para el drift. Un deportivo que ha gustado por su diseño pero en el que muchos echan de menos aquellas ideas salvajes de antaño.
Ideas salvajes como coger un motor de Fórmula 1, tomar el monovolumen más conocido de Renault y hacer de él un coche capaz de superar los 200 km/h en poco más de seis segundos. Sí, hablamos del mítico y único Renault Espace F1.
Celebremos por todo lo alto
La década de los 90 fue una buena época para Renault en la Fórmula 1. En 1991, Nigel Mansell quedaría subcampeón, para hacerse con la corona el siguiente año, con Riccardo Patresse, ambos miembros del equipo Williams que llevaba motor Renault, como escudero en la clasificación final de 1992.
En 1993, Alain Prost volvería a firmar un campeonato para la firma del rombo y Damon Hill y Jacques Villeneuve harían lo propio en 1996 y 1997. En 1994 y 1995, Michael Schumacher sumó sus dos primeros campeonatos pilotando para Benetton, un equipo que, en su segunda corona, montaría propulsor de la firma francesa. Si sumamos los podios finales de aquellos años, Renault había protagonizado 14 de los 21 peldaños posibles entre 1991 y 1997.
Años antes de que esto sucediera, un boceto de un nuevo coche corría por la industria del motor. Ese boceto acabaría por convertirse en el Renault Espace, un éxito de ventas que no se entiende sin su interior modular y asientos individuales giratorios que permitía viajar cómodamente a siete personas en un espacio que apenas medía 4,25 metros.
Llegado 1995, tocaba fiesta. El Renault Espace llevaba 10 años en el mercado (30 años después alcanzaría 1,25 millones de unidades vendidas) y la presencia en la Fórmula 1 no podía ser más exitosa, dominando la década de los 90 casi por completo. Era el momento de celebrarlo. ¿Cuándo si no era ahora?
Con esa idea, alguien en Renault tuvo la loca idea de hacer algo tan especial como convertir al Espace en un auténtico misil con cuerpo de monovolumen y entrañas de Fórmula 1. Y, por algún motivo, los dirigentes quedaron convencidos y dieron un cheque en blanco. Así nació el Renault Espace F1. ¡Muchas gracias!
Renault Espace F1, el monovolumen de los 312 km/h.
Con esta premisa, la división deportiva de Renault se puso manos a la obra. Lo primero, retocar el brutal motor V10 de 3,5 litros y 40 válvulas que entregaba 700 CV para conseguir extraer 800 CV de puro músculo. Era el mismo motor que montaba el monoplaza de 1993, el Williams-Renault FW15C.
Lo siguiente sería situarlo, lo que era sencillo teniendo en cuenta el tamaño del Renault Espace. Iría en posición central para mejorar la estabilidad y el reparto de pesos, sólo se necesitaba vaciar el interior del coche por completo. En lugar de los asientos de serie, se retiraron todas las butacas y se instalaron cuatro baquets de competición para disfrutar de semejante joya en familia. Entre los dos asientos posteriores se situó el enorme propulsor.
Un enorme alerón y una carrocería ensanchada (para acoger los neumáticos slicks de la fórmula 1 pero con llanta de 18 pulgadas en lugar d ellas 15 pulgadas empleadas por entonces) ya nos dejaba entrever que el interior también había sido retocado. El motor enviaba la potencia directamente a las ruedas traseras y se empleó un cambio de marchas secuencial activado con botones en el volante.
Por supuesto, nuevas suspensiones (exactamente iguales que la del monoplaza de Alain Prost) y unos frenos carbocerámicos fueron claves para conseguir que este Renault Espace F1 se detuviera tras alcanzar una velocidades de infarto:
- 0 a 100 km/h: 2,8 segundos.
- 0 a 200 km/h: 6,9 segundos.
- Velocidad punta: 312 km/h.
Todo el conjunto generaba una bestia única que se puso a prueba en el circuito de Paul Ricard en 2002. En el vídeo que tienes más arriba puedes comprobar algunas muestras en un documental francés que recogía lo que sería un monovolumen hasta entonces impensable y en este otro vídeo encontrarás imágenes desde el interior. Si eres de los que disfrutaba con el sonido de aquellos monoplazas de la década de los 90, recomendamos ponerse unos buenos cascos y subir el volumen.
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