No somos muy conscientes de la importancia del riñón. Es un órgano discreto, duplicado y, en cierta medida, sustituible; pero nada de eso significa que no sea sencillamente vital. De hecho, si rebuscamos en la lista de las principales causas de mortalidad del mundo, ahí estarán las enfermedades renales.
Por eso hoy es un gran día.
Ozempic, el conocidísimo medicamento que ha revolucionado la pérdida de peso a nivel mundial, reduce el riesgo de complicaciones en la enfermedad renal crónica.
Al menos, en diabéticos. Que es en la población en la que se ha investigado. Primero, porque la Oszempic es esencialmente una medicación para controlar la diabetes (y es fácil estudiar los efectos en pacientes que lo consumen). Y segundo porque la diabetes es un factor clave para la enfermedad renal.
A nivel general, los altos niveles de azúcar en sangre que están relacionados con la diabetes afectan a los vasos sanguíneos de los riñones de la misma forma que tienen a generar problemas cardiovasculares. De esta forma, alrededor de un tercio de diabéticos acaban desarrollando enfermedad renal crónica.
Menos si usan semaglutida. Las inyecciones semanales de semaglutida (el principio activo del Ozempic) reducen el riesgo severo de enfermedad renal diabética en alrededor de 24%. Por 'riesgo severo' hablamos de pérdida significativa de la función renal, insuficiencia renal y la muerte. El estudio ha seguido a 3.500 personas de 28 países distintos con una edad media de 31 años y medio.
Y los resultados son increíblemente prometedores. No es solo que hubiera menos eventos en el grupo que usaba semaglutida que en el que usaba placebo, es que en el grupo de tratamiento la función renal disminuyó más lentamente, hubo un 18% menos de problemas cardíacos y el riesgo de muerte "por cualquier causa" fue de un 20% menor.
Un auténtica revolución. Hace unos días, un grupo de investigadores independientes llegó a decir que estos medicamentos eran "el mayor avance médico desde las estatinas" para tratar problemas cardiovasculares. Afecta también a la fertilidad y a los problemas con el alcohol. Ahora sabemos que tiene efectos también en el riñón. O sea, de una tacada reduce (y muy sensiblemente) tres de los grandes riesgos sanitarios del mundo.
Pero lo mejor es que estamos solo al principio de una revolución que puede poner bocabajo todo lo que sabíamos sobre algunas de las enfermedades más letales del mundo.
Imagen | Chemist4U
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