WhatsApp no es una aplicación caracterizada por su natural filiación a los cambios. Desde que llegara y tomara por completo nuestras vidas hace un lustro, el servicio de mensajería instantánea por antonomasia (al menos en España, donde su reinado es indiscutible) se ha mantenido más o menos igual. De forma reciente hemos experimentado pequeñas revoluciones, eso sí: nos han cambiado el botón de "añadir foto", nos han cifrado las conversaciones (¡bien!) y nos han regalado negritas y cursivas (ok, inesperado, pero ok).
Ahora la aplicación ha dado otro paso más, uno aún más pronunciado, hacia aquel reducto nostálgico del pasado llamado MSN Messenger: ha incluido una nueva tipografía. FixedSys, una suerte de Courier. Bienvenida, era 2000.
Antes de todo, ¿cómo lo hago?
Fácil, vía comandos.
WhatsApp, al contrario que nuestra aplicación de mensajería favorita antes del reinado de los smartphones, no tiene un editor de texto al uso, así que todo ejercicio de ornamentación pasa por o bien la utilización abusiva de emojis o bien por la utilización de comandos. En el caso de que quieras escribir un mensaje con la nueva tipografía, tan sólo tendrás que añadir tres acentos graves al principio y al final del texto seleccionado. Estos: ` (pista: el tipo de puntuación que no existe en castellano, pero sí en catalán o francés).
Queda así:
Fácil, sencillo y para toda la familia.
Inexorable dirección hacia MSN Messenger
Cualquier lector que pasara su adolescencia entre el inicio del nuevo siglo y el fin de la pasada década estará ampliamente familiarizado con el derroche ornamental desplegado más arriba. Más aún: le parecerá un ejercicio casi intolerable de austeridad, un mero juego de aficionados al que el ojo entrenado no teme. La respuesta es sencilla: hace una década, MSN Messenger ya había inventado todo esto. Lo había creado, exagerado, deformado y convertido en un sinfín de tipografías repletas de colores chillones, nicks con la bandera del arcoiris desplegada a lo largo de 800 caracteres. El barroco, el horror.
Huérfanos desde su marcha, WhatsApp parece encaminado ahora hacia el mismo punto. ¿Cómo hacer de algo que ya es perfecto tal y como está un objeto más preciado, más atractivo, con más funcionalidades? La virtud de WhatsApp frente a Telegram, en muchos sentidos, es su sencillez. Es una aplicación realmente aburrida. Por eso funciona. Pero necesita nuevos estímulos, y los está encontrando en el adorno. Es algo que ya experimentamos con MSN Messenger, repleto de comandos para colorear un mundo de fantasía adolescente.
WhatsApp es el sucesor natural: sus grupos, su capacidad de dirigirse de tú a tú, su capacidad de convertirse en el foro social donde acudimos todos cuando estamos aburridos, la nueva plaza del pueblo, todo lo que fue MSN Messenger. Y todo por lo que terminó pereciendo: aquella democratización de la estética convirtió nuestro día a día en una exhibición emocional donde el gusto por lo comedido era una extravagancia. Mensajes cifrados, dedicatorias, Comic Sans color violeta fosforito por doquier, letras de canciones desperdigadas por los estados. Se convirtió en un retablo español del siglo XVIII.
Para todos aquellos que vivimos aquella época, FixedSys es un peligroso precedente. ¿Qué será lo siguiente? ¿Colores? ¿Más tipografías? ¿Qué puede resultar de sumar todo lo anterior a emojis y fotos? Quizá el fin de los tiempos, quizá una emigración en masa. En todo caso, aquí dejamos un breve listado-propuesta de tipografías que bajo ningún concepto WhatsApp debería incluir si no quiere absorber del todo el espíritu MSN Messenger: