Hace unos días, el usuario de Twitter @NerdyAndNatural publicaba un hilo donde mostraba su indignación con la compañía de VTC Uber. Los motivos de tal arrebato no eran otros que constatar mediante imágenes que la aplicación de transporte le estaba cobrando más dinero cuando la batería de su móvil se encontraba a nivel más bajo. Una manera de aprovecharse de la urgencia y los infortunios de los usuarios en su día a día.
Concretamente, explicaba que cuando su batería estaba al 18%, el viaje (que normalmente cuesta entre €20 y €25) subía hasta €70. Y que vio el precio cambiar instantáneamente. Sin embargo, el precio bajó una vez que cargó su teléfono al 25%. No es algo nuevo. Durante los últimos años, otros usuarios de la plataforma han manifestado de igual manera su descontento.
I wanted to backed this up yesterday but I couldn't find the screenshots until this morning. You can see my battery is at 18% and the ride (which is normally $25-$30) is hiked up to $81. I saw it change instantly. The price dipped once I charged my phone to 25%. https://t.co/cy2S5YyTAr pic.twitter.com/ZaKpB7JZi0
— Unfriendly Black Techie (@NerdyAndNatural) August 17, 2021
Algunas veces sube el precio. En realidad, Uber lleva años inflando sus precios en determinadas situaciones. Por ejemplo, cuando la demanda de viajes supera la oferta de vehículos. También cuando hay un cambio inesperado en el clima, como una tormenta eléctrica o en un día de celebración como puede ser el día del Orgullo o un mundial de fútbol.
La misma empresa ha defendido que el aumento de precios generalmente tiene dos efectos y respuestas. Por un lado, los usuarios que no tienen prisa se esperan a que bajen los precios, y por el otro, los conductores de Uber tienden a dirigirse a esos vecindarios que tienen precios al alza. Debido a estos cambios en la oferta y la demanda, los tiempos de espera y los precios finalmente vuelven a caer.
Curiosamente, los de batería baja pagan más. Pero todo cambia cuando también el algoritmo del sistema aprovecha datos como el nivel de batería del móvil del demandante. Hace años, Keith Chen, jefe de investigación económica de Uber, era entrevistado en el podcast Hidden Brain de NPR, donde reveló un interesante detalle. Aparentemente, es más probable que los usuarios de Uber paguen más si la batería de sus teléfonos está baja.
Todo recae en que las personas que tienen poca batería temen quedarse “colgadas” en algún sitio. Sobre todo, por la noche, por lo que están mucho más dispuestas a gastar más. Y los usuarios de Uber con teléfonos completamente cargados tienen la flexibilidad de poder esperar más tiempo para ver si el aumento de precios cambia después de 15 a 20 minutos.
Uber, por supuesto, niega que mire esto. Ahora la pregunta es cómo puede Uber saber si la batería está baja. En la declaración de privacidad de Uber, la compañía explica que recopila ciertos tipos de datos de los dispositivos de sus usuarios. Esto incluye el modelo de hardware, el sistema operativo, el idioma preferido y la información de la red móvil. Uber también puede detectar información de la batería para determinar si se debe pasar al modo de ahorro de energía.
¿No podría Uber usar estos datos para aprovecharse de los clientes que tienen poca batería? La empresa lo niega rotundamente: "No usamos eso para empujarlo a un precio más alto, pero es un tipo interesante de hecho psicológico del comportamiento humano", explican.
Una usuaria de Twitter, @eightyknots, les contradice y adjunta algunas imágenes de su experiencia a modo de prueba:
Otras subidas injustas. El aumento de precios puede ir desde tres a nueve veces el valor inicial. Un ejemplo igualmente polémico fue cuando, en diciembre de 2014, Uber tuvo que disculparse después de una hinchada de precios brutal durante una crisis de rehenes en Sidney, Australia. La compañía terminó ofreciendo viajes gratis a las personas que estaban evacuando el área manteniendo el pago de tarifas altas a sus conductores.
La Universidad de Chicago publicó un estudio basándose en un incidente en la víspera de Año Nuevo cuando Uber sufrió un problema técnico que provocó que los precios de aumento en Nueva York fallaran durante 26 minutos. Concluía que, sin ese aumento de precios, Uber no es capaz por sí solo de servir a su demanda. ¿Por qué? Cuando se inflan los precios por un evento importante, es menos probable que las personas soliciten viajes y casi el 100% de las solicitudes se completan sin afectar mucho a la hora estimada de llegada. Pero cuando no hubo aumento, la cantidad de solicitudes de viajes creció, sólo se completaron el 25% y hubo un tiempo de espera mucho mayor.
10 peor que 9,7. Y para más inri, también se juega con la psicología del usuario. Los datos de Uber también revelan que los clientes reaccionan peor al multiplicador de precios cuando es un número redondo. Es decir, cuando pasa de 1.9 a 2.0, se aprecia una caída en la demanda seis veces mayor que la que se ve al pasar de 1.8 a 1.9. Aquí, amigos, todo cuenta.
Imagen: @eightyknots