Acaba de hacerse público que Nils J. Nilsson, uno de los pioneros de la inteligencia artificial, murió el pasado lunes 22 de abril a la edad de 86 años.
Nilsson era profesor emérito del Departamento de ciencias de la computación en la Universidad de Stanford y, mientras ocupó la cátedra Kumagai (financiada por la compañía japonesa homónima, y de la que fue el primer ocupante), dedicó su tiempo a escribir o co-escribir numerosas obras sobre el campo de la IA.
También fue miembro fundador de la Asociación para el Avance de la Inteligencia Artificial, organización de la que sería su cuarto presidente y que años más tarde la concedería el "Premio al Servicio Dintinguido", por los logros acumulados a lo largo de toda su trayectoria.
Su trayectoria académica comenzó en 1961, cuando se unió al Instituto de Investigación de Stanford a los 28 años, tras haber pasado tres sirviendo en las fuerzas aéreas. Permanecería 23 años en dicho instituto, que llegó a dirigir entre 1980 y 1984, justo antes de dar el salto en 1986 a la dirección del Departamento de ciencias de la computación.
Shakey, el abuelo del coche autónomo
Nilsson realizó varias aportaciones al ámbito de la IA cuando la disciplina daba sus primeros pasos, pero gran parte de su fama le viene de un único proyecto: Shakey, el primer robot inteligente.
Nilsson estuvo desarrollando este robot con forma de lavadora rodante con cámaras (una de TV y otra telemétrica) entre 1966 y 1972, bajo el liderazgo de Peter Hart, cuando la palabra "robot" era aún algo relegado al campo de la ciencia-ficción.
De hecho, el término estaba tan alejado del ámbito académico que, para evitar transmitir falta de seriedad y perder así la financiación, oficialmente a Shakey no se lo denominó 'robot', sino 'autómata móvil'.
Lo que hacía (y hace aún) especial al Shakey es el hecho de que fue el primer robot inteligente de la historia (sus antecesores eran meros robots de cadena de montaje), pues era capaz de planificar su propia ruta, y de ir moviéndose por una sala evitando obstáculos sin necesidad de ir recibiendo instrucciones humanas.
El procesamiento de datos no se realizaba en el propio dispositivo, sino en un ordenador PDP-10 del tamaño de un armario, que se comunicaba con el 'cuerpo robótico' a través de ondas de radio.
No parece algo especialmente destacable en los tiempos en la conducción autónoma, pero en aquellos tiempos la existencia de una máquina capaz de percibir qué le rodeaba y decidir qué hacer en consecuencia parecía algo imposible.
Hoy en día, la Univ. de Standford reconoce a Nielsson como el precursor de la clase de algoritmos en los que se basan hoy no sólo los coches autónomos, también las IAs de muchos videojuegos.
De hecho, una versión más avanzada del algoritmo "A*", desarrollado por Nielsson y sus compañeros para lograr que Shakey pudiera encontrar por sí mismo el camino más rápido entre dos puntos, es el que ha permitido al rover Curiosity explorar la superficie marciana.
Durante los 6 años que el proyecto Shakey estuvo activo, se acercaron a conocerle personajes ilustres en aquel momento (como Arthur C. Clarke, que acaba de estrenar '2001: Una Odisea del espacio') y otros que lo serían mucho después (como un jovencísimo Bill Gates). Ahora, cualquiera de nosotros puede acercarse a verlo en su urna de cristal del Computer History Museum de California.
Imagen principal | L.A. Cicero (Univ. de Stanford)
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