Hace tres días, John Carmack, director de tecnología de Oculus VR, recibía un premio a toda su trayectoria durante la tercera gala de los VR Awards. Dicho premio no sólo premiaba su labor en el campo de la realidad virtual, sino "una ilustre carrera que ha abarcado varías décadas" y que comenzó en el campo de los videojuegos, con la fundación de ID Software y el lanzamiento de clásicos como 'DOOM' y 'Wolfenstein 3D'.
Tras triunfar en esta industria, y probar suerte también con la startup aerospacial Aramadillo Aerospace, Carmack entró a formar parte de la plantilla de Oculus, con la misión de contribuir al desarrollo del dispositivo de realidad virtual Oculus Rift. Y en ello había centrado sus esfuerzos durante los últimos 6 años.
Pero el día que recogió su premio en los VR Awards, Carmack no sólo expresó sus dudas sobre lo "prematuro del mismo", sino que dejó claro su abatimiento con el estado actual del sector:
"Suelo estar de mal humor en la oficina porque no estoy demasiado satisfecho con el ritmo de los progresos que estamos llevando a cabo. Cuando miro la realidad virtual aún siento que la magia existe, pero mi cerebro no hace más que vomitar enormes listas de tareas por hacer. Así que me llevará algo de tiempo alegrarne por mis logros [...] Toda esta tecnología no sirve para mucho mientras no se ponga al servicio al usuario".
Desde la organización de los premios se mostraron seguros de que "a medida que el hardware y la tecnología continúen evolucionando, con toda seguridad John liderará la innovación en el sector de la realidad virtual".
Un giro inesperado: de una tecnología lenta a otra (por ahora) inexistente
Sin embargo, no sabemos si porque recibir este premio le hizo reflexionar sobre sus objetivos vitales, o porque coincidió con una decisión ya tomada, hace 21 horas Carmack sorprendía al mundillo tecnológico anunciando vía Facebook su dimisión como CTO de Oculus VR (aunque mantendrá una vinculación como consultor de la compañía) con el fin de poder dedicarse a un viejo sueño y a otro campo de la tecnología: la inteligencia artificial.
Concretamente, el objetivo declarado de Carmack es dedicar sus energías al desarrollo de la 'IA fuerte' o 'inteligencia artificial general', el siguiente paso de la evolución de la actual IA limitada e hiperespecializada que manejamos hoy en día. Un paso, por ahora, teórico, puesto que tanto la definición exacta de la misma como la mera posibilidad de su existencia son cuestiones aún sujetas a debate.
"Cuando pienso acerca de todo lo que he logrado en el sector de los videojuegos, en el aeroespacial o en el de la realidad virtual, me doy cuenta de que siempre he sentido que, al menos, tenía a la vista una solución, incluso si ésta era poco convencional o no estaba probada.
Pero a veces me he preguntado cómo me iría abordando un problema cuya solución no estuviera realmente a la vista. Decidí que debía darte una oportunidad antes de que me hiciera demasiado viejo".
Carmack ha explicado que la principal motivación para este repentino cambio profesional reside en que le proporciona "una oportunidad nada desdeñable de marcar la diferencia", y afirma que por el momento trabajará en este proyecto desde su casa, al estilo de un "caballero científico victoriano".
Vía | TechCrunch & PC Gamer
Imagen | QuakeCon
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