El mejor lugar del planeta para colocar un telescopio (y qué factores determinan esto)

El mejor lugar del planeta para colocar un telescopio (y qué factores determinan esto)
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Si quieres tener las mejores vistas de las estrellas desde la Tierra... vas a tener que abrigarte bien. El mejor punto del planeta para utilizar un telescopio es también uno de los puntos más fríos que se conocen (aunque cada vez se está calentando más rápido). En el interior del continente antártico, a unos 1.200 kilómetros de la costa, los científicos han determinado que es el lugar idóneo para ver el cielo. Hay varias razones para ello.

El corazón de la Antártida no es precisamente un lugar acogedor, de ahí que apenas haya personas y de ahí que sea uno de los lugares preferidos por los astrónomos para observar el Universo. Si bien hay varios puntos donde actualmente se han colocado telescopios gigantescos por sus buenas condiciones, en un estudio publicado en Nature investigadores de varios países han encontrado el que dicen que es el mejor de todos. La parte buena es que aún no ha sido utilizado, la parte mala es que va a ser complicado hacerlo.

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Bienvenidos al (inhóspito) Domo A

Según describen en el estudio, el mejor lugar para observaciones astronómicos es Domo A (o Domo Argus) de la Antártida. Este punto es realmente el punto más elevado de la Meseta Antártica y se encuentra en el interior del continente, aunque no llega a exactamente al punto central del Polo Sur. A diferencia de los picos más altos de todo el mundo, el Domo A no es una montaña. Domo A en realidad es un una planicie formada por el casquete de hielo de la Antártida Oriental, donde su punto más elevado alcanza algo más de 4.000 metros sobre el nivel del mar.

Mapa

Estar en medio de la nada en la Antártida y tener una altura de más de 4.000 metros sobre el nivel del mar también significa tener algunas de las condiciones más adversas del planeta. Se considera que Domo A es el lugar más frio de la superficie terrestre, con temperaturas que pueden bajar de los -90 °C.

Diversas expediciones científicas han llegado hasta ahí en las últimas dos décadas, con China como uno de los países que más ha apostado por ello. De hecho, han desplegado en la zona diversas estaciones metereológicas y hasta un pequeño observatorio automatizado llamado PLATeau Observatory que funciona de forma autónoma durante todo el año.

Por qué Domo A, Teide, Hawaii o el Desierto de Atacama en Chile

Si nos fijamos en algunos de los puntos donde se encuentran algunos de los observatorios más importantes del mundo vemos que tienen ciertos factores en común. El Observatorio del Teide en las Islas Canarias, el ESO en el Desierto de Atacama en Chile o el Mauna Kea en Hawaii se encuentran en puntos relativamente alejados de personas y en lugares altos. Dos factores que el Domo A de la Antártida cumple con creces.

No tener personas alrededor de un observatorio es importante para evitar la contaminación lumínica que puede provocar las luces de una ciudad por ejemplo. Sin embargo esto es un problema relativamente "menor" para telescopios gigantescos, donde tener una visión clara del espacio implica más que evitar la luz artificial. Lo que en realidad más buscan evitar los astrónomos es la turbulencia atmosférica.

Screenshot 1 ALMA en el Desierto de Atacama en Chile.

Los astrónomos tienen una medida para determinar cómo de buena es la visión del Universo desde un punto determinado del planeta. Esta métrica se llamada seeing o visibilidad astronómica y mide el efecto distorsionador de la atmósfera sobre las imágenes de los astros. Es decir, cuánto distorsiona la atmósfera los rayos de luz provenientes de objetos del espacio. Cuanto más bajo sea el numero, mejor es la vista. Por otro lado, cuanta mayor sea la cifra, más distorsionada y "temblorosa" se verá la imagen captada por el telescopio.

Observatorios a gran altura como el anteriormente mencionado Mauna Kea e Hawai consigue que esta cifra esté por debajo de los 0.5" segundos de arco mientras que si nos vamos a observatorios a baja altura difícilmente va a bajar de 1" segundo de arco.

Pero no afecta sólo la altura en sí, sino también el grosor de las capas de la atmósfera, que a fin de cuentas es lo que distorsiona los rayos entrantes. En la Antártida, en posiciones como el Domo C (sí, Domo A no es el único existente) se sabía que el seeing se colocaba entre 0,23" y 0,36" segundos de arco. Pero ahora el nuevo estudio ha determinado que en el Domo A las cifras pueden bajar más hasta estar entre 0,31" y 0,13" segundos de arco.

La Antártida además tiene una ventaja extra que no se disfruta en Hawaii o las Islas Canarias por ejemplo, sus larguísimas noches de 6 meses de duración. Esto permite a los astrónomos realizar observaciones mucho más prolongadas sin las interrupciones que causa la luz solar durante el día. Por otro lado, también se pueden conseguir imágenes más nítidas gracias a que se trata de una atmósfera más estable (menos contaminación y variaciones durante periodos prolongados).

Las ventajas de Domo A para colocar un observatorio son desde luego incuestionables. No obstante, la dificultad para hacerlo es algo que también se debe considerar. Viajar a la Antártida ya de por si es toda una aventura, conseguir construir ahí un observatorio completo y tener un equipo de astrónomos permanente es ya una odisea, el pasado nos lo ha demostrado.

Más información | Nature y Wikipedia

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