Una empresa china llamada OrienSpace lanzó el jueves su cohete Yinli 1, conocido a este lado del mundo como Gravity-1. Es un lanzador particular por muchas razones, pero nos vamos a quedar con dos: se ha convertido en el cohete de combustible sólido más potente del mundo y lo han lanzado desde un barco.
Ha sido brutal. Miles de personas vieron el lanzamiento desde la costa de la ciudad de Haiyang, en la provincia de Shandong (al este de China). El Gravity-1 despegó desde la cubierta de un buque similar a un petrolero en el mar Amarillo. El encendido fue como una erupción volcánica: violenta, explosiva y con una gigantesca columna de gases.
El cohete tiene una altura modesta de 30 metros, pero se divide en tres etapas y es capaz de lanzar hasta 6,5 toneladas a la órbita baja terrestre. Las tres etapas son de combustible sólido. La primera lleva acoplados cuatro propulsores laterales que le dan un aspecto rechoncho a todo el conjunto.
Además del cohete de combustible sólido más potente en servicio, es —según OrienSpace— el único cohete de carga media con cuatro propulsores laterales, igualmente propulsados mediante combustible sólido.
Los motores de combustible sólido son más sencillos y baratos que los de combustible líquido, pero también tienen desventajas: no pueden reencenderse, no pueden ajustar la combustión para controlar el empuje y suelen liberar más partículas y gases nocivos en la atmósfera.
En este primer lanzamiento de prueba, Gravity-1 lanzó tres satélites meteorológicos que formarán parte de una constelación de 90 satélites de la empresa Yunyao Aerospace. El cohete los colocó con éxito en órbita polar.
En cuanto al barco, fue construido exclusivamente para lanzamientos espaciales y lo comparten varias empresas privadas y estatales. Tiene una eslora de 162 metros y una capacidad de carga de 22.000 toneladas. En las imágenes se puede ver que hay una trinchera o rampa deflectora de llamas bajo la plataforma de lanzamiento del cohete.
OrienSpace, fundada en 2020, planea enfocarse en el lanzamiento de constelaciones de satélites. Su próximo cohete, Gravity-2, tendrá una primera etapa de combustible líquido capaz de aterrizar, como el Falcon 9 de SpaceX. Con dos propulsores laterales de combustible sólido, podrá lanzar hasta 26 toneladas.
Imagen | OrienSpace
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