Tras un 2023 turbulento en el que se alejó de sus últimos máximos históricos, cuando en noviembre de 2021 rozó los 70.000 dólares, Bitcoin ha arrancado 2024 con fuerza y los más de 51.000 dólares que marca su valor actual le permiten superar nuevamente el billón de dólares de capitalización bursátil, la cual multiplica el valor actual por el número de monedas emitidas, que ahora asciende a unas 19,6 millones.
Este hito ha consolidado un renovado optimismo en la comunidad cripto, que ve en en este repunte el inicio de una nueva era a las puertas del próximo halving, esperado para abril de este año 2024.
Regulaciones, pre-halving e inflación
La barrera psicológica del billón de dólares permite también a Bitcoin consolidarse en el décimo puesto de activos mundiales por capitalización de mercado, tras Meta, que lleva un año de espectacular remontada, y por encima, precisamente, de Berkshire Hathaway.
No es una comparativa justa más allá de atender a una simple curiosidad, en cualquier caso.
El momento pre-halving no es una cuestión menor: en todos los anteriores el valor se disparó durante el año posterior, algo que da alas a quienes confían en un fuerte aumento para los próximos meses. Cosa que por supuesto nadie puede asegurar.
Este nuevo rally alcista ha llegado de la mano de un aumento de la adopción institucional y de una regulación más clara que en años anteriores, lo cual genera confianza en los inversores. Por ejemplo, con la aprobación de MiCA en la Unión Europea hace unos meses para "poner fin al salvaje oeste del mundo cripto", como lo definieron algunos europarlamentarios.
El crecimiento del ecosistema DeFi (finanzas descentralizadas) también ha ayudado a consolidar la credibilidad de las criptomonedas por parte de los inversores, que cada vez ven a DeFi como una alternativa a las finanzas tradicionales. Bitcoin, como activo colateral y como medio de intercambio en estas plataformas, juega un papel fundamental en ellas.
Y si algo ha cambiado desde el último halving, en primavera de 2020, ha sido el cambio de los tipos de interés y el aumento de la inflación tanto en Estados Unidos como en la Eurozona. La incertidumbre económica y la necesidad de proteger los ahorros ante dicha inflación impone la búsqueda de valores refugio para evitar que el capital acumulado pierda valor.
Bitcoin no es visto de forma unánime como uno de ellos por su alta volatilidad, pero sí está extendida su aceptación al menos como un destino interesante para una fracción del patrimonio.
Ahora que vuelve a marcar parte de la agenda financiera con su nueva escalada por encima de los 50.000 dólares quizás veamos un interés en aumento por incorporarlo a las carteras de inversión y a la especulación básica, como ocurrió en 2017 o en 2021.
Imagen destacada | Xataka con Midjourney
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