Tecnología y sexo: todo lo que se podría por tu placer

Tecnología y sexo: todo lo que se podría  por tu placer
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El estudio de las relaciones sexuales es el principio de toda la vida. Sin embargo, nos sentamos como cavernícolas mojigatos en la oscuridad plagada de vergüenza y culpa. - William, Master of Sex.

Uno de los campos en los que la tecnología lleva desde hace años poniéndose a nuestro servicio es el del placer más carnal.

Pornografía, buscar relaciones sexuales en redes sociales… Hay muchas formas en que la tecnología como medio nos ayuda a obtener placer. De hecho, el futuro que nos espera es de lo más placentero. Muchas formas de disfrutar de ello y también de quitarnos complejos a la hora de hablar, vivirlo y explorarlo de formas que jamás habíamos pensado.

El control de nuestro placer estará en un mando a distancia

Cuando James Olds y Peter Milner estaban experimentando con ratones en 1954 hicieron un hallazgo que no esperaban al estimular el área septal del cerebro. La sensación, según estos dos investigadores, era parecida a la de un orgasmo y lo único que necesitaban era pulsar un botón para lanzar una corriente eléctrica y producirle placer al animal.

Hasta aquí algo normal: habían logrado dar con una forma científica y precisa de producir placer sexual a un ratón sin necesidad de que hubiera algún tipo de actividad física que lo produjera. Lo impresionante fue cuando a los ratones se les permitía elegir entre comer y recibir el estímulo: preferían recibir placer y morir de hambre.

Saltamos en el tiempo para dirigirinos al año 2008 cuando Mortel L. Kringelbach y su equipo de investigadores presentaron un artículo académico titulado como “Translational principles of deep brain stimulation”. Un trabajo en que se estimulaba la corteza orbitofrontal de un paciente para estimular la zona del cerebro donde se encuentra el placer sexual o el de comer.

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En rojo, la corteza orbitofrontal. En azul, el área septal.

En palabras de Kringelbach, en diez años podríamos tener implantes cerebrales que nos permitan tener placer sexual sin necesidad de tener relaciones o recurrir a otras técnicas de estimulación. Suena bien, un chip instalado en nuestro cerebro que nos permite gozar en cualquier momento y con solo pulsar un botón. Fácil y sencillo.

Sin embargo, este tipo de tecnología entraña muchos problemas y dudas por resolver. Resulta imposible no acordarse de un experimento del año 1986 donde a una mujer se le implementó un chip parecido en el cerebro para poder auto estimularse al momento de forma sencilla y directa.

Los resultados obtenidos de este estudio demostraron que los hábitos del sujeto cambiaron hasta el punto de que prefería estar todo el día dándose placer a realizar otras actividades del día a día. Eso sí, sirvió para cumplir el objetivo principal de esta investigación: aliviar el dolor postoperatorio que sufría la paciente. A continuación un fragmento del trabajo y algunas de las conclusiones as las que llegaron:

Al poco de introducir el electrodo nVPL, el paciente notó que la estimulación también producía sensaciones eróticas. Esta respuesta placentera fue en aumento por una estimulación continua al 75% de la amplitud máxima, aumentando frecuentemente por pequeñas dosis a máxima amplitud. Aunque se producía una excitación sexual, no se producían orgasmos durante el estudio al incrementar la intensidad de la estimulación. A pesar de varios episodios de taquicardias paroxiales atriales y el desarrollo de comportamiento adversos y síntomas neurológicos durante las situaciones de máxima estimulación, desarrollándose un uso compulsivo del sistema desarrollado.

¿Por qué la utilización de esta tecnología puede ser problemática? Muy sencillo: nuestra naturaleza. A veces olvidamos que nuestro cuerpo está diseñado de una forma en particular y que ciertos aspectos como, por ejemplo, limitar el placer sexual a momentos muy determinados (el coito). ¿Estamos preparados para poder tener placer sexual de forma tan inmediata, precisa y satisfactoria? Vistos los resultados de este estudio, queda claro que no es sencillo.

El estudio de 1986 nos enseña que puede ser problemático para una persona volver a un ritmo normal de vida tras probarlo de forma intensiva. Probablemente dentro de unos años estos chips sean una realidad pero no serán tan fáciles de comprar como otros dispositivos tecnológicos que usamos a diarios. Quizá su uso, como vimos en 2008, se limite a circunstancias muy puntuales como por ejemplo tratar a pacientes con dolores de todo tipo. Aún así, Kringelbach no pierde la esperanza y cree que dentro de poco estarán disponibles. Ya lo veremos.

Tener sexo con robots será una realidad

Hace muchos años el sexo entre robots y seres humanos era algo más propio del mundo de la ciencia ficción. De hecho, pensar en ello todavía resulta algo inquietante. Por supuesto cuando hablamos de robots no lo hacemos solo del arquetipo de autómata hecho con piezas de metal desnudo o con una carcasa de aspecto futurista.

Hablamos también de los geminoides, robots que buscan parecerse a los seres humanos a través de acabados de látex que buscan ser algo más cercanos y realistas. Hablando breve y rápido: muñecos hinchables tecnológicas capaces de satisfacer necesidades sexuales sin ningún tipo de filtro.

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De los casos más recientes, el más icónico de todos es Roxxxy. Un geminoide femenino con una altura de 1,70m y un peso de 54kg. Desarrollado por TrueCompanion, tuvo un coste de desarrollo que oscila entre los 500.000 y el millón de dólares. En 2010 se pusieron a la venta las primeras unidades a un precio de 7.000 a 9.000 dólares según el modelo.

Roxxxy contaba con un sistema de aprendizaje que se encargaba de conocer los gustos de cada dueño y así ajustarse a las necesidades de cada uno. Con un módulo de voz, era capaz de expresar diferentes estados desde la amante sumisa a un perfil más pasional y dominador. Cada modelo que se produjo de este robot era personalizado y se podía modificar diferentes aspectos de su cuerpo.

Además de dar placer sexual, sus creadores vendieron a Roxxxy como un robot capaz de entablar una conversación o de expresar “emociones” según el momento y cómo se usaba. En su momento afirmaron haber llegado a realizar 4.000 reservas pero no hay datos oficiales sobre el número de muñecas que se han vendido hasta entonces.

¿Hay futuro para los robots sexuales? Según Pew Research sí:

Los compañeros robóticos para el sexo se convertirán en algo común aunque esto provoque asco y división de opiniones, la forma en la que hoy se critican los selfies es un indicador de todo lo que está mal en este mundo.

Lo cierto es que este estudio señala otros datos como por ejemplo que los robots acabarán en algunos sector por sustituir de forma definitiva a los humanos. ¿Escorts robóticos? Personalmente creo que es pronto para afirmar que vayamos a ver “robopilinguis” dentro de poco.

¿Por qué? Lo primero porque la tecnología tiene una serie de límites que serán difíciles de superar. ¿Qué esperamos de un robot sexual? Personalmente y visto ejemplos como el de Roxxxy es de esperar que no se trate más que versiones vitaminadas de consoladores o de vaginas en lata. Ir más allá, a corto plazo parece que no será posible.

Hay proyectos que intentan mitigar un poco la falta de sensaciones y ofrecer un feedback más completo. En Japón hay un proyecto de robot sexual donde la respuesta varía en función de qué tocamos y cómo lo hacemos mientras que en Alemania llevan años experimentando con autómatas que transmitan calor para hacerlo un poco más humano.

De momento parece que los robots tipo Gigolo Joe no son una realidad aunque sean una tendencia tecnológica a seguir. De hecho, David Levy (Love and sex with robots) y Michelle Mars (Robots, Men and Sex Tourism) afirman que de aquí al 2050 tener sexo con robots será algo normal. Teniendo en cuenta que es una previsión a tantos años, hay que reconocer que es un poco vaga. Sorprende que en Reino Unido a una de cada cinco personas no le importaría tener sexo con un robot.

La viagra femenina está en camino para dar más placer

La viagra se ha convertido en una medicina capaz de ayudar a muchos hombres. Un avance importante contra la disfunción eréctil pero pensada para nosotros y sin ninguna contrapartida para las mujeres, a pesar de que ellas también sufren este problema. Tan solo tenemos que pedirla en la farmacia, si tenemos receta médica.

¿Qué ocurre con la mujeres? También habrá un tipo de viagra para ellas en el futuro y servirá para potenciar el placer sexual y hacer que los orgasmos sean más placenteros. Laura Berman y Jennifer Berman ya han hecho las primeras pruebas preliminares con este medicamento en un grupo de pacientes muy reducido.

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Lo que hace este medicamente es aumentar el flujo sanguíneo de una zona localizada, en este caso los genitales de la mujer, para incrementar la sensación de calor y sensibilidad. De momento los resultados dejan un poco que desear. En algunos casos sí se ha conseguido el propósito pero la medicación todavía tiene ligeros efectos secundarios. De momento se queda en desarrollo a la espera de que se comercialice una versión definitiva pero está claro que la viagra en el futuro no solo va ser para hombres.

Los juguetes eróticos los haremos en casa

Si ahora pensamos en juguetes eróticos hechos en casa, lo normal es que pensemos objetos que tenemos por casa para darles un uso improvisado. Sin embargo, desde hoy mismo (y puede que en el futuro se popularice) ya podemos crearlos a nuestro gusto con impresoras 3D. Sí, alguien ha pensado ya en esta posibilidad.

MakerLove es una página que recoge archivos Maker para que podamos imprimir consoladores de todo tipo. Su catálogo incluye desde los modelos más clásicos a propuestas un poco inquietantes como uno con forma de cabeza de Justin Bieber. Para gustos colores, supongo.

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Posiblemente en el futuro esta tendencia vaya a más porque uno de los problemas que entraña las impresoras 3D a día de hoy es la calidad de los materiales que se utilizan. Los objetos necesitan bastantes capas para ser consistentes y el acabado rugoso no ayuda precisamente a que los usemos en nuestros momentos más íntimos.

¿La solución? En MakerLove encontramos algunos remedios para suavizar la superficie de estos juguetes y hacerlos más agradables al tacto. Todo ésto muy en la tónica de la cultura maker: un poco de silicona, papel de lija y paciencia para crear juguetes sexuales a nuestra medida.

La distancia se acabará en las relaciones de pareja

Hay parejas que pasan mucho tiempo separadas. Normalmente es por trabajo y eso hace que llevar una vida sexual regular, sin engaños, sea bastante complicada. Sin embargo, hay ropa interior inteligente que se puede controlar con el móvil para estimular a tu pareja a distancia y aliviar un poco esa falta de contacto físico.

Durex con su Fundawear ha sido pionero en la creación de este tipo de prendas que vibran en diferentes puntos para estimular a la pareja pulsando una serie de botones en el móvil. Veremos si se trata solo de una prueba piloto o termina siendo una tendencia a seguir en el mundo del placer sexual.

Lo cierto es que esta propuesta es bastante más cómoda y sutil que la que vimos en la distópica película “Tomás está enamorado” (Pierre-Paul Renders, 2000) donde unos trajes que parecían bolsas de plástico nos proponían algo similar. A esto esto hay que sumarle wearables y otros juguetes sexuales como las fundas para el iPad.

A esta propuesta hay que sumarles otras como por ejemplo Vibease, un vibrador que funciona al ritmo de ciertas historias eróticas o donde nuestra pareja o amante puede ir marcando el ritmo a distancia con el móvil. Otra idea igual de interesante, y más equitativa, es la de Love Palz compuesta por dos partes.

Hera Design

Un vibrador y una vagina en lata que funcionan al mismo tiempo para dar placer a distancia cuando las dos personas están lejos. Más que una tecnología de futuro es una realidad ya que el pack se puede comprar por 189 dólares en su tienda online. Lo que está claro es que lo del cybersexo y los chats eróticos ya son cosa del pasado. Hay juguetes para todos.

Buscar pareja será más fácil

Por último, abandonamos el contacto artificial para volver, si me permitís la expresión, al sexo de toda la vida. Ya sabéis, con personas de carne y hueso y no con máquinas o tecnología de por medio. Bueno sí,con esta última sí. Encontrar pareja, o amantes, será cada vez más fácil.

¿De un día a otro todo el mundo va a volverse más lujurioso? No, pero las redes sociales y servicios de contactos cada vez serán más precisos y utilizados para encontrar gente afín a nosotros. Aplicaciones como Blendr, Tinder o Grindr ya son parte del día a día y la tendencia es que cada vez se utilicen más.

Tinder Sueca

Es cierto que todavía entrañan algunos problemas: encontrarse perfiles falsos o gente que va demasiado directo al tema y no son precisamente de nuestro gusto. Todavía queda mucho que hacer pero encontrar personas a través de internet cada vez es más habitual y no un motivo de vergüenza como ocurría hace unos años.

Hay casos donde esta tendencia irá a más ya que por ejemplo hay laboratorios de genética donde por unos 50 euros hacen tests de saliva para saber si somos compatibles con esa otra persona que parece tan especial. De paso nos sirve para conocer su historial genético y saber cosas sobre la otra persona que pueden ser muy sustanciales de cara a herencias de enfermedades o ciertos atributos.

Como veis la tecnología nos tiene preparado un futuro con muchas posibilidades en lo que respecta a todo lo relacionado con el sexo. Aún siendo algo tan natural, es indiscutible que es un aspecto más en el que su presencia acabará transcendiendo como lo han hecho en otros aspectos de nuestro día a día como la comunicación, la creación de recuerdos o el entretenimiento. Veremos, eso sí, si todas estas promesas acaban siendo realidad.

Foto | Flickr

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