Dos décadas y media después de su estreno, 'Contact' de Robert Zemeckis, la película inspirada en la novela de Carl Sagan que acaba de llegar a HBO Max, mantiene intacta su capacidad de fascinación. Es una propuesta que se aleja por completo del cine de gran presupuesto de su época, y un blockbuster de género que, sin embargo, huye de todos los tópicos destrozones y anestesiantes que por entonces ya abundaban en el cine de gran presupuesto.
El mítico Cal Sagan escribió el tratamiento de 'Contact' para una película en 1979, pero la producción no terminaba de salir adelante. Entre los muchos obstáculos que se encontraba estaba la manía de los productores de querer introducir elementos que humanizaran y banalizaran a la protagonista, como la presencia de un hijo con el que no terminaba de entenderse. Sagan odiaba la idea y en uno de los muchos parones que tuvo la producción a mediados de los ochenta, acabó publicando su idea en forma de novela.
La historia de 'Contact' es la de la doctora Dra. Ellie Arroway (Jodie Foster), obsesionada desde hace años con el contacto con vida extraterrestre. Finalmente, encuentra una prueba radiofónica llegada del espacio que confirma sus teorías, unos planos para la construcción de una máquina, y se embarca en una odisea personal para trabar contacto, al fin, con vida inteligente fuera de nuestro planeta.
'Contact' sigue siendo venerada por el enfoque realista y, pese a todo, asombrosamente humano y emotivo, de la odisea de la doctora Arroway. Es una película asombrosamente preocupada para su época por la verosimilitud científica (el físico teórico Kip Thorne, que también asesoró en el rodaje de 'Interestellar', afinó los aspectos del guión relativos a los agujeros de gusano), y Zemeckis pone la guinda con su meticulosa puesta en escena, que incluye uno de los planos trucados-pero-invisibles más famosos e increíblemente sofisticados de la historia.
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