¿Le han puesto fecha de caducidad el streaming y los nuevos televisores al cine?

¿Le han puesto fecha de caducidad el streaming y los nuevos televisores al cine?
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El ocio basado en contenidos ha variado mucho en las últimas décadas: escuchar la radio en familia, la televisión en el salón, el tener una pantalla en cada dormitorio, el ordenador fijo familiar, el portátil personal, el smartphone e incluso la tablet. Siempre acompañados de la sombra del cine o pantalla grande, en la que la calidad de imagen y sonido era insuperable para las pantallas domésticas.

Sin embargo, la conectividad y contenidos en streaming, y la definición de imagen y sonido que tenemos hoy día en televisores, junto a otros factores, están desalojando las salas de cine y llevando el ocio de vuelta al salón de nuestras casas. El bajo coste de televisores de 1080p y 1920p, unido a emisiones con buen contenido han puesto fecha de caducidad al cine.

¿La gente está dejando de ir al cine?

Hace años, cuando la velocidad de conexión a Internet facilitó la tarifa plana, las redes P2P y las descargas directas o en torrent se masificaron, por lo que fue fácil señalar a la piratería (entendida no como el acto reivindicativo, sino la descarga de contenido audiovisual para no tener que abonar su coste) como la causa principal del declive de las salas de cine.

Entre 2000 y 2010 hubo un cierre masivo de salas clásicas, las salas de barrio, cuya caída beneficiaron durante un tiempo a cadenas de cine más grandes, con muchas salas y que basaban su actividad en el plus de calidad. Sin embargo, a medida que las televisiones 4K irrumpen en los hogares, ahora les está tocando a las salas grandes, que se han visto obligadas a ampliar su servicio a conciertos, retransmisión de eSports o partidos para llenar las salas.

El elevado precio de las entradas de cine es una barrera importante frente a otras opciones

Varios experimentos con precios, como la Fiesta del Cine, han demostrado que cuando el precio de la entrada se reduce las salas se llenan. El precio de una entrada ronda los 10 euros por persona y sesión, y supone una importante barrera en un mercado en el que dos horas de ocio tienen el mismo coste que un mes de suscripción a un servicio de televisión en streaming como Netflix o HBO, y seis meses en caso de Amazon Prime Video. Además, este coste se duplica o triplica en sala cuando se consumen palomitas o refrescos vendidos in situ.

Con las estadísticas en la mano, entre 2015 y 2016 el cine despuntó en casi toda Europa, con crecimientos económicos de hasta el 5,9% en nuestro país. Sin embargo, los críticos señalan que el sector lleva cayendo por lo menos durante siete años, y que una visión panorámica nos dan tasas de decrecimiento del -0,3% desde 2010 en número de entradas.

Los países centroeuropeos son los que más descenso acumulado tienen: Alemania (-13%), Austria (-10%), Suiza (-6,7%), Bélgica (-7%)... y se espera que países como España, Italia o Portugal les sigan en pocos años a pesar de los esfuerzos de los diferentes inversores por fomentar el cine.

El propio cine y contenido está cambiando

El entretenimiento está cambiando, y el cine ha ido modificando su significado. Hace unos años, noche de cine implicaba acudir a una sala. Ahora significa quedar con unos cuantos amigos en casa de alguno de ellos para ver una película estando juntos frente al televisor, que ha retomado progresivamente su puesto como el centro de entretenimiento del hogar.

Con esta premisa en mente, los televisores de TD Systems cuentan con un rango de tamaños que van de las 20" a las 65" orientados a un precio accesible y tecnología LED de certificación A+, así como con resoluciones de pantalla de 3840x2160 4K UHD, de las que hablaremos más adelante. Gracias a las varias tomas HDMI que incluyen se puede conectar un Chromecast, una Raspberry o un ordenador, ofreciendo así una mayor variedad de opciones de ocio.

el cine y contenido están cambiando

Además de la tecnología implicada, el contenido también se ha visto modificado, y lo hace rápido. Artistas como Kevin Spacey, por poner alguno, se mudó en 2013 al mundo de las series con House of Cards, disminuyendo de manera considerable sus películas dirigidas a la gran pantalla.

Tanto actores como espectadores se están acostumbrando a un nuevo tipo de contenido a la carta

Las series dan estabilidad y contratos largos a los actores, así como cierta « libertad creativa» que no pueden permitirse en la gran pantalla. De cara a las televisiones, aportan suscriptores a largo plazo, y los espectadores ganamos series de calidad a bajo coste.

Para muchos usuarios también es importante un gran abanico de contenido o que el servicio tenga un algoritmo que le recomiende películas y series afines a sus gustos. Hoy día las cadenas de pago por Internet han conseguido una masa crítica de fondo de armario, y resulta difícil no encontrar el vídeo perfecto para cada momento, inclusive cuando tenemos compañía.

La comodidad de ver el cine en casa con los amigos a un coste asequible

La comodidad sin duda es un factor importante a tener en cuenta, empezando por comparar el desplazamiento al cine frente a encender la televisión. Acudir a una sala implica a su vez comprar la entrada, bien a través de Internet como en taquilla, y en ocasiones usar el transporte público o incluso el vehículo privado.

La alternativa es ponerse cómodo en el sofá y pulsar un botón para acceder al contenido, con otras muchas ventajas asociadas como disfrutar de la compañía.

Los espectadores valoran la comodidad, el ahorro en tiempo y la compañía

En el cine, incluso cuando acudimos acompañados, ocupamos butacas individuales y se presupone el silencio (por educación). En nuestra casa, o en casa de amigos y familiares, contamos con la libertad y confianza para hablar, comentar y criticar el film. Son dos ambientes bien diferenciados.

La comodidad de ver el cine en casa con los amigos

Otro punto a favor de la comodidad es el control sobre la pista de vídeo. A muchos nos ha ocurrido que aguantamos las ganas de ir al baño en sala solo por no perdernos alguna escena, algo que tiene fácil solución en el hogar.

La calidad de audio y vídeo ya no es una excusa a favor del cine

Hoy día tenemos una elevada calidad de imagen y sonido en casa, sin desplazarnos

Desde hace unos años las salas de cine tratan de adelantarse a las tendencias del mercado con mejores proyectores y un sonido más nítido, así como con puntos originales como butacas que vibran con los bajos del audio. Por supuesto, con un mayor coste para el espectador.

La tendencia a la baja que mostraban los años 2000-2016 en cuanto a afluencia de gente al cine guardan relación con el aumento de las pantallas de los televisores, que llegan en segmentos moderados a las 40" de pantalla en 16:9; así como con el paso del HD (720p) al FHD (1080p), 2k (2048p), UHD (3840p) y finalmente el 4K (4096). A este último se le suele llamar cinema 4K precisamente porque nació del cine.

El cine hace tiempo dio el paso hacia la calidad digital, a la HD o al sonido Dolby. Sin embargo, cuando las pantallas ya tienen una resolución mínima de 1920x1080p, pantallas LED o sonido Dolby Digital Plus, el cine cuenta con poco margen de actuación y ventajas en comparación poco relevantes.

TD Systems

Si queremos comparar de manera objetiva la calidad de una pantalla de cine y nuestra televisión tendremos que hacer una regla de tres para adecuar la distancia a la que vemos la pantalla, el número de píxeles que tiene de horizontal cada una y la medida horizontal de la misma.

Por ejemplo, un proyector profesional 4K para salas de cine de hasta 19,5 m de pantalla dispone de una resolución de 4096x2160 píxeles de máxima, que sin duda parecen mucho si los comparamos con los 1920p de horizontal de un televisor, pero a los que hay que comparar junto a factores como la distancia a la que estamos sentados en comparación al ancho de la pantalla (que marcan los píxeles por grado de visión), la limpieza de la lona o la iluminación ambiente (en cines, por ley, ha de estar encendida la de emergencia).

Dicen que el cine está muriendo lentamente, aunque un modo menos drástico de verlo es que se está transformando. Gracias a los nuevos desarrollos tecnológicos, a soluciones de conectividad HDMI como el Chromecast y servicios de streaming mencionados arriba, el cine está entrando en nuestras casas.

En cierta medida es un renacimiento del cine, ya que nunca se había consumido tanto contenido como hasta ahora que los espectadores tenemos el control de qué ver, cuándo verlo, con quién y dónde. Esta revolución cultural sería imposible sin ese dispositivo que lleva décadas en nuestros hogares llamado televisor y que ha evolucionado hasta convertirse en el centro multimedia del hogar.

Imágenes | Julien Andrieux, Alex Munsell, jgryntysz, IMDB

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