Hubo un tiempo en que las cámara réflex parecían inalcanzables en temas de calidad fotográfica. Hoy siguen siendo una de las mejores formas para sacar instantáneas, pero gracias a la evolución de la tecnología en los más recientes teléfonos inteligentes, esa diferencia prácticamente ha desaparecido.
Además, con los smartphones ya es posible obtener imágenes de alta calidad sin necesidad de accesorios adicionales, de una manera sencilla y con la opción de compartirlas al instante por diferentes vías con nuestros amigos y familiares.
Diferencias entre una cámara réflex y un smartphone de última generación
Más allá de las diferencias visibles, pues una cámara réflex o DSLR es de mayores dimensiones y generalmente más pesada, existen disparidades importantes que colocan al frente a los smartphones por su practicidad, tamaño y claro su cada vez mejor calidad de imagen. Pero veamos las diferencias en sus componentes y funcionamientos:
El sensor: es básicamente el corazón de una cámara, de manera que se trata de uno de sus elementos más importantes. Todo lo que haces para tomar una fotografía: desde el encuadre, el enfoque, hasta que disparas para capturar una instantánea, es con la finalidad de llevar luz -con el reflejo de la escena- al sensor.
Los sensores son chips formados por millones de componentes que al ser expuestos a la luz transforman la imagen en pixeles que quedan guardados en un archivo digital. De manera que los elementos fotosensibles que conforman este dispositivo tienen que estar a oscuras, pues tan pronto se exponen a una escena iluminada, la capturan y transforman en fotografías (es básicamente la versión electrónica de lo que ocurría en las películas de 35 mm de las viejas cámaras).
Ahora, entre más grande es el sensor, puede capturar una mayor cantidad de luz y por lo tanto las imágenes serán más nítidas, además de que en condiciones de baja iluminación disminuirán considerablemente el ruido.
Una cámara réflex posee un sensor de gran tamaño, pero en contraparte, el precio también puede ser exorbitante, dejando algunos modelos de réflex sólo para profesionales.
A pesar de esto, los teléfonos inteligentes más recientes han incorporado sensores más grandes y sensibles a la luz. Por ejemplo, muchos smartphones empezaron usando sensores de un tamaño 1/8", mientras que, por ejemplo, el Samsung Galaxy S7 integra uno de 1/2.5 pulgadas colocándolo como uno de los sensores más grandes en un móvil.
Los controles manuales: otra diferencia importante entre una cámara réflex y la de un smartphone, la encontramos en los controles. La primera suele tener mandos para gestionar la velocidad de obturación, la apertura y el ISO (sensibilidad de la “película”). Con ello es posible jugar con el tiempo y la cantidad de la luz captada a fin de obtener imágenes únicas, cosa que antes no se podía hacer con un smartphone.
Sin embargo, gracias a que algunos smartphones ya incluyen múltiples modos de captura, entre los que se encuentra el Profesional, los usuarios podemos ajustar los parámetros de la misma manera que ocurre en una cámara DSLR, ideal para los amantes de la foto.
Obviamente, ambos aparatos podemos colocarlos en modo automático para captar cualquier fotografía de manera rápida. Aunque claro, hay que decir la practicidad de sacar el celular es mucho may or.
Óptica: otra diferencia relevante es en la óptica, pues las cámaras réflex cuentan con una gran variedad de lentes intercambiables que le otorgan una gran versatilidad a estos equipos. El punto en contra es que muchos de los objetivos tienen un costo elevado; además de que al quitar y poner los lentes sin el cuidado debido se pueden dañar nuestros equipos o exponer los sensores al polvo o agua.
En smartphones de gama alta, los lentes han logrado avances importantes para alcanzar aperturas tan grandes como F/1.7 (en el caso del S7, que permite captar 95% más luz que su predecesor), lo que permite que entre una mayor cantidad de luz y podamos obtener imágenes que antes sólo hubieran posibles con cámaras réflex. Además no tenemos que estar preocupados por cambiar los objetivos, aunque existen algunos accesorios de bolsillo que te permiten jugar con los ángulos de visión a través de los celulares.
Por otro lado, teléfonos inteligentes como los Galaxy S7 y S7 edge cuentan con un lente de 26 mm e integran estabilización óptica que ayuda a tomar fotos claras y sin efectos borrosos por el movimiento. Todo lo anterior, ya viene incluido en nuestros móviles, así que de lo único de lo que nos tenemos que ocupar es de encuadrar y disparar.
¿Menos pixeles para una mejor calidad de imagen?
La palabra pixel viene de la unión de dos más (en inglés) que expresan justo lo que buscan nombrar: Picture-Element; y bueno, en una imagen son colecciones de puntos con brillo y color único que al colocarse sobre una misma superficie forman una escena. Actualmente, los sensores de las cámaras réflex o de los celulares son capaces de capturar desde 2, hasta 20 megapixeles, o más.
En el caso de los smartphones se ha trabajado en mantener diseños estilizados que, además de delgados y ligeros, sean resistentes. Además que las baterías han incrementado su tamaño para ofrecer más duración. Con eso en mente, la tecnología de los sensores fotográficos en los celulares se ha optimizado para obtener resultados de gran calidad, sin hacer que los equipos se tornen grandes y pesados, gracias a la combinación del tamaño del sensor de 1/2.5 pulgadas, con pixeles de 1.4 micrones que permiten captar mucha más luz, por lo que es posible obtener muy buenas fotos de 12 megapixeles. De hecho, en el caso del Galaxy S7, críticos y asociaciones como la DxOMark, lo ubican como el teléfono con la mejor cámara móvil, incluso rivalizando con cámaras réflex.
Estas son las ventajas de un smartphone frente a una cámara réflex
Más allá de lo antes mencionado, las mayores ventajas que tienen los smartphones frente a cámaras profesionales y semi profesionales son el tamaño y peso. Por ejemplo, una cámara réflex puede tener un peso de entre 300 y 500 g o más, a eso hay que sumarle el peso de la lente que puede estar ir de los 50 a los 300 g, en algunos casos llegan a un par de kilos. Mientras que el peso de un teléfono es de unos 152 g, como en el caso del Galaxy S7.
Además del peso, también está el tema del tamaño, en donde un smartphone cabe en los bolsillos del pantalón y una cámara profesional necesita su propio estuche, además de una bolsa o mochila para transportarla. Es por eso que es mucho más práctico nuestro teléfono, que una cámara réflex para llevarla a todos lados para y sacar fotografías.
Es por ello (y todo lo anterior) que las cámaras de los teléfonos celulares se han convertido en las preferidas de los usuarios gracias a que cargamos con uno todo el tiempo y casi a todas horas. Al traer un celular en la bolsa, automáticamente tenemos una cámara lista para capturar cualquier momento de nuestro día.
Además, con la llegada y auge de las redes sociales, se ha convertido en una rutina casi religiosa tomar fotografías y compartirlas con nuestros contactos de inmediato, haciendo que la experiencia sea totalmente social.
¿Por qué esperar a compartir y guardar tus fotos en la nube, cuando puedes hacerlo al momento en cualquier lugar y con muy buena calidad?
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