Pregunta de Trivial: “¿Sabrías decir cuándo se fabricó el primer neumático?”. Si tu respuesta apunta hacia finales del siglo XIX, has ganado una ficha más para el quesito. Pero si hubieras señalado la Edad del Bronce, tampoco hubieras ido del todo desencaminado. ¿Por qué? Pues porque la historia de este invento es casi tan vieja como la propia rueda y ya en la edad de oro de Mesopotamia había expertos artesanos que recubrían las ruedas de los carros con pieles para mejorar su rodadura bajo ciertas circunstancias.
Sin embargo, la creación del neumático moderno hace poco más de 100 años supuso una revolución casi tan grande como la de la propia rueda. El descubrimiento de las propiedades del caucho, con sucesos tan extraordinarios como la fiebre económica desatada en Brasil a comienzos del siglo XX, su papel crítico en la industrialización del Sudeste Asiático y la posterior formulación de los compuestos de estireno de alta resistencia que acabaron sustituyendo al caucho natural, ha tenido una importancia capital en la historia reciente de la humanidad. E incluso estas darían para unas cuantas novelas de espías.
En la actualidad, los neumáticos modernos son cuidadosas obras de ingeniería con propiedades que nadie imaginaría hace tan solo unos pocos años. Esto es especialmente cierto en el caso de los modelos específicos para vehículos eléctricos como los fabricados por Michelin, que deben brindar un rendimiento propio de un neumático de altas prestaciones incluso para compactos aparentemente prosaicos. ¿Pero qué hace exactamente que los neumáticos de hoy sean invenciones dignas del célebre Departamento Q de la saga ‘James Bond’?
Pisada ligera, máxima aceleración: neumáticos con mucho músculo y poco ruido
Películas como ‘Contra el imperio de la droga’ (1971), ‘Ronin’ (1998) y ‘GoldenEye’ —esta última con Pierce Brosnan en la piel del agente 007— tienen algo en común: una espectacular persecución automovilística que pone a prueba el equipo de sonido de las salas de cine. El bramido de los motores se confunde con el chirriar de los neumáticos, generando una cacofonía que abruma al espectador y le impide prestar atención a nada que no se vea en la pantalla. ¿Le hubiera gustado a Steve McQueen cambiar su Pony Ford por un eléctrico para una hipotética secuela de ‘Bullitt’ (1968)? No sabemos la respuesta —aunque conociendo su pasión por los coches, hasta podría sorprendernos—, pero sí tenemos la certeza de que no hubiera sonado igual. Y no solo por la falta de cilindros.
Una de las características que definen los neumáticos Michelin diseñados específicamente para coches a baterías es su extraordinario silencio
Aunque toda la gama de neumáticos Michelin es compatible con vehículos eléctricos e híbridos, una de las características que definen los modelos diseñados específicamente para coches a baterías es su extraordinario silencio. Y no es casual, sino una elección realizada cuidadosamente por sus ingenieros. Puesto que los automóviles eléctricos poseen motores que no generan ninguna clase de ruido, tienen el curioso ‘defecto’ de realzar el sonido que provocan los neumáticos en su contacto con el firme y, de hecho, este es el único ruido que se aprecia en entornos urbanos.
Ante esta circunstancia, Michelin ha tomado una decisión radical: sus neumáticos poseen una capa interna de espuma de poliuretano que absorbe a través de su estructura de microburbujas cualquier vibración generada durante la marcha y la filtra, reduciendo así el sonido que se transmite al habitáculo. El resultado es un mayor confort de marcha y un mejor aislamiento de las irregularidades.
¿Pero qué sucede con la resistencia? Esa es una buena pregunta. Y es que, en la actualidad, vehículos eléctricos como un Tesla Model 3 pueden generar cifras de potencia y par motor sostenido muy superiores a los de un muscle car de los años 60 o 70. Tanto es así que, unido al peso añadido por las baterías, se ha hecho necesario un inusual esfuerzo para crear materiales más resistentes, capaces de soportar unos arrancones que hubieran dejado lívido al doble de Matt Damon en ‘The Bourne Identity: El caso Bourne’ (2002).
Para prevenir peligrosos deslizamientos al salir y transmitir la máxima cantidad de par al suelo en los momentos que demandan una mayor aceleración, los neumáticos Michelin utilizan la tecnología MaxTouch Construction, que, a través de su forma y un diseño de relieve específico, logran repartir de forma uniforme las fuerzas de aceleración, cerrada y deriva en curva, todo ello al tiempo que se produce un desgaste más uniforme. Finalmente, una construcción que mezcla hilos de aramida —utilizados en la creación de cascos antibalas— y nailon ayuda a proporcionar un tacto más fiel al volante y permite dominar potencias tan extraordinarias como la del superdeportivo superdeportivo Rimac Nevera, que utiliza neumáticos Michelin al igual que siete de cada diez fabricantes de vehículos eléctricos.
Cómo Michelin da aire a tu batería: hasta 50 km más de autonomía solo con escoger los neumáticos adecuados
Un buen neumático te puede salvar la vida como a James Bond en ‘Panorama para matar’ (1985) aunque no tengas que recurrir a él para respirar bajo el agua. O simplemente puede ayudarte a llegar a tu destino sin tener puesto un ojo en el contador de la batería y otro en el mapa para vigilar los kilómetros que te faltan por recorrer. Una situación que puede acontecer con los vehículos eléctricos, particularmente si somos aficionados a ‘darles zapatilla’.
Los ingenieros de Michelin han logrado lo que parece imposible: fabricar neumáticos de altas prestaciones que ayudan a reducir el consumo
Aumentar la autonomía de un vehículo eléctrico sin un impacto negativo en su capacidad de aceleración o control no es nada fácil. Pero los ingenieros de Michelin han logrado lo que parece imposible: fabricar neumáticos de altas prestaciones que ayudan a reducir el consumo. La línea e.PRIMACY, por ejemplo, utiliza un dibujo especial que la convierte en la campeona de su categoría, con un nivel de eficiencia A en firme normal gracias a una resistencia al rodamiento singularmente baja.
El resultado, fruto de combinar materiales especialmente formulados con un dibujo muy estudiado, supone un aumento en la autonomía de hasta el 7 % según cálculos de Michelin. Esto equivale a sacar aproximadamente 50 km extra con una sola carga o, si los utilizáramos en un coche con motor de explosión, una reducción de 0,21 l/100 km, con un ahorro estimado de 80 euros durante la vida útil del neumático.
Mantenimiento y vida útil: neumáticos ‘verdes’ de principio a fin
Pero para auténtico objetivo de superespías e intrigas internacionales, la química de los neumáticos. El auge de los vehículos eléctricos y sus singulares necesidades —el mayor peso y el brío de sus motores desgastan los neumáticos un 20 % más rápido— ha hecho necesario formular nuevos materiales. Y, así, las antiguas fundas de elastómero han dado paso a diseños mucho más complejos. En el caso de Michelin, sus ingenieros han incrementado la durabilidad de sus neumáticos usando compuestos con propiedades diferentes para la banda interna y los laterales. Su química es un custodiadísimo secreto industrial que tiene un agradecido efecto secundario: al durar más que otros, también contaminan menos.
Michelin aspira a ser neutra en emisiones de carbono para 2050 y contribuye a proyectos que ayudan a compensar el CO₂ liberado en sus neumáticos e.PRIMACY
Michelin, de hecho, aspira a ser una compañía neutra en emisiones de carbono para el año 2050; todo un hito dada su actividad. Para ello, ha logrado reducir las emisiones de sus fábricas en un 25 % desde 2010 y contribuye a proyectos que ayudan a compensar el CO₂ liberado en la producción de sus neumáticos e.PRIMACY. Todo el ciclo de vida se monitoriza de principio a fin, de la extracción de las materias primas al reciclaje. Y es que de poco serviría conducir un vehículo eléctrico si todo salvo el motor sigue contaminando igual que siempre.
Este énfasis en la ingeniería de materiales y la reutilización de residuos adquiere todavía más relevancia con la participación de la compañía en iniciativas como la Global Platform on Sustainable Natural Rubber (GPSNR), asociación que aglutina a los mayores fabricantes de neumáticos, empresas de plantaciones de árboles de caucho y ONG como BirdLife International, Rainforest Alliance y WWF. ¿El objetivo? Brindar una mayor transparencia a los procesos de extracción de materias primas y promover las plantaciones sostenibles. Porque si hasta Bond presumía de eco-friendly en ‘Sin tiempo para morir’ (2021) al conducir un coche 100 % eléctrico —se trataba de un Aston Martin Rapide E, por cierto—, los neumáticos no podían ser menos.
Imágenes | Michelin