Jordi Parra es de Barcelona. Allí estudió Ingeniería técnica en diseño industrial pero pronto se cambió a los fríos países del norte de Europa para intensificar su labor creativa. Y nos alegramos mucho de que así fuera porque suya es la concepción y diseño de un reproductor personal para Spotify que ha dado la vuelta al mundo.
Este equipo es su proyecto final de máster realizado en colaboración con la compañía sueca Spotify, la cual podría llevarla a la realidad pronto.
A continuación recogemos la conversación que hemos mantenido con Jordi a raíz de su propuesta de reproductor personal para Spotify.
Xataka: Hola Jordi, antes que nada felicidades por el trabajo final. Ahora es cuando puedes confesar de dónde surgió la idea para el mismo.
Jordi Parra. Gracias. La verdad es que me interesaba mucho el tema. Spotify tiene un servicio genial y hace que acabes dejando iTunes de lado, pero también nos fuerza a estar más conectados aún al ordenador. En cierta manera, echo de menos las radios de toda la vida, esas que podías tener en la cocina, apretar un botón, y la música empezaba a sonar rápidamente. Hoy en día todo son pantallas y menús, así que pensé que sería interesante algo más sencillo aunque eso implicara menos funcionalidad, claro.
Aparte de esto, la música digital pierde todo su valor en cuanto la compras. No puedes venderla si te cansas de ella y ya no es algo que regales a tu novia o a un amigo porque sabe a poco. Parte de la idea era que pudieras comprar un aparato así para alguien cercano y que asignaras música a algunos tags para hacerlo más personal.
En cierta manera, echo de menos las radios de toda la vida, esas que podías tener en la cocina, apretar un botón, y la música empezaba a sonar rápidamente
Xataka. Y por supuesto, nada mejor que su autor para que nos explique de forma sencilla cómo funciona el reproductor personal Spotify.
J.P. El proyecto es un reproductor y 8 chips de radio frecuencia que enlazan a música en Spotify: albums, artistas, el resultado de una búsqueda… lo que quieras. El reproductor es muy simple. A cada chip se le puede asignar música y en cuanto se coloca encima del aparato, ésta suena, si lo quitas, se para… No tiene más. Los chips no contienen la música, tan solo le dicen al aparato qué música debe reproducir.
La tecnología RFID es barata. Los chips no cuestan más de 20 céntimos de euro y el aparato en si podría producirse por menos de 50 euros
Xataka. Para la sincronización de las listas de reproducción, ¿por qué pensaste en la tecnología RFID? A mi me parece que es una idea estupenda para simular esos discos de vinilo con recopilatorios.
J.P. Desde el principio, junto a Spotify, decidimos intentar hacer algo muy asequible. Hay maneras de escuchar música desde internet en casa sin la necesidad de un ordenador, pero son productos que siempre cuestan más de 200 euros. La tecnología RFID es barata. Los chips no cuestan más de 20 céntimos de euro y el aparato en si podría producirse por menos de 50 euros.
Xataka. Dices que el producto lo has creado con el apoyo de la propia Spotify, hay posibilidades de que llegue a convertirse en un producto comercial o lo tiene difícil con el empuje de los clientes del servicio para móviles?
J.P. Ahora mismo es sólo un proyecto de final de máster, pero les ha encantado el resultado y quizá si ven que no sería una inversión escandalosa, puede que se animen a hacer algo con él. En un par de semanas vamos a vernos para que vean el prototipo, porque hasta ahora sólo hemos hablado por Skype, ni siquiera nos hemos visto en persona, pero podría ser una buena opción para ellos. A Spotify le interesa conseguir más usuarios Premium y, aunque no ganaran dinero con el aparato en si, salir del ordenador y tener otras opciones podría ayudar. Hay gente como mis padres que usan Spotify y se maravillan de toda la música que hay ahí, pero que apenas lo utilizan a no ser que estén delante del ordenador trabajando porque es un engorro. Con algo así seguro que habría gente que sí se animaría a pasarse a Premium para no estar tan atado al ordenador.
Xataka. El diseño es espectacular, muy sueco como diríamos por España. ¿Hay diferencias entre el trabajo de diseño industrial en Suecia y en España?
J.P. En general hay más opciones, se cobra mucho mejor… Hay muchas empresas fuertes: Volvo, Saab, Ericsson, Skype, Spotify… son empresas grandes y tienen cultura de diseño, realmente valoran el valor añadido que aporta. En España, en cambio, muchas empresas todavía no quieren invertir en diseño y creen que lo pueden hacer ellos mismos o quieren conseguirlo “rápido y barato”. Estamos cambiando, pero estamos un poco por detrás en ese aspecto.
Las jerarquías también son más planas: los jefes aquí son menos jefes, saben delegar responsabilidades y todo el mundo gana. El jefe tiene menos faena, te sientes más valorado… es muy normal que, aunque seas un becario, te dejan tomar decisiones o estar en contacto con los clientes sin tener que ir a preguntar al jefe o esperar a que te den el visto bueno. Eso en España es bastante distinto: las prácticas se pagan fatal o ni se pagan y a veces ni te dejan presentar tu propio trabajo al cliente. Se nota nuestra cultura supongo, pero también es verdad que las cosas están cambiando. Hay un montón de estudios jóvenes de gente que ha montado su propia empresa e intentan hacer las cosas un poco mejor.
Desde Xataka deseamos a Jordi toda la suerte del mundo, le agradecemos el tiempo que nos ha dedicado, y esperamos que su reproductor personal pueda ver la luz porque nos parece un gadget muy bien pensado.
Más información | Zenona.
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