Este sensor flexible y transparente se adapta a los dedos y sirve para diagnosticar cáncer

Este sensor flexible y transparente se adapta a los dedos y sirve para diagnosticar cáncer
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Dentro del campo de la medicina, detectar la presencia de algún tipo de cáncer no es una tarea sencilla, se requieren de diversos estudios para confirmarlo, lo que conlleva tiempo y en ocasiones se trata de estudios invasivos y molestos para el paciente. Por ello, uno de los puntos clave que se persiguen en los últimos desarrollos es hacerlo con prontitud y de forma eficiente, ya que el factor tiempo es determinante en este tipo de enfermedades.

Bajo esta idea, surge un proyecto desarrollando en conjunto entre la Universidad de Tokio y la Universidad de Harvard, que consiste en un avanzado sensor de presión capaz de doblarse, que se adapta a los dedos de la mano como si se tratase de un guante, y el cual servirá para detectar tumores en etapas tempranas.

El remplazo de las mamografías

Los sensores de presión no son nuevos, existen desarrollos desde hace algunos años, donde su principal problema es su falta de eficiencia una vez que se doblan, lo que los hace útiles sólo en superficies planas, no curvas, además de que no funcionan en superficies en movimiento.

Ahora gracias a este desarrollo, podría suponer un gran avance sobre todo en la detección de cáncer de mama, donde al día de hoy se depende casi en su totalidad de mamografías, un estudio doloroso e invasivo que sigue a la detección táctil. Con este nuevo sensor la idea es evitar las mamografías, ya que todo se detectaría de forma inmediata por medio de un estudio táctil, gracias a que los sensores se pueden adaptar a los dedos para un examen.

El sensor será capaz de identificar un pecho normal y uno con tumores, esto con sólo aplicar una pequeña presión, ya que se trata de una palpitación digital que mide hasta 144 localizaciones a la vez. Su grosor es de apenas ocho micrómetros (milésima parte de un milímetro) y está fabricado con transistores orgánicos, interruptores electrónicos hechos de carbono y oxígeno, además de una estructura de nanofibras sensibles a la presión.

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Esto hace que pueda medir con exactitud radios de hasta 80 micrómetros, superado la barrera de 100 micrómetros que tenían los sensores previos. Pero sin duda el elemento que lo hace más atractivo, es su flexibilidad, con lo que se podrá medir diversas partes del cuerpo humano sin importar que se doble.

Sungwon Lee, líder del proyecto en la Universidad de Harvard, ha comentado:

"Hemos probado el funcionamiento de nuestro sensor en una vaso sanguíneo artificial y hemos encontrado que puede detectar hasta pequeños cambios en la presión y en la velocidad de la presión al propagarse".

Lamentablemente la limitante en el precio y la disponibilidad de sus materiales, entre los que se encuentran cuero de flúor y nanotubos de carbono y grafeno para la conducción, hace que su producción a gran escala sea casi imposible al día de hoy, por ello, sus creadores están trabajando en una solución para poder usar otro tipo de materiales. Mientras tanto, tienen pronosticado tener una versión final para su comercialización en algún momento de 2019.

Más información | Nature
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