La lucha contra el cambio climático tiene como pilar principal la descarbonización atmosférica. A su vez, esta descarbonización requiere el cese de emisión de tantos gases de efecto invernadero como sea posible. Para lograrlo, ciudades de todo el mundo están ampliando sus zonas LEZ (zonas de baja emisión) al tiempo que los fabricantes de vehículos se adaptan a ellas.
La industria de automoción se está alineando con esta forma de desplazarse, de modo que los usuarios puedan descarbonizar su movilidad sin que esto penalice la calidad de vida: hablamos del vehículo eléctrico. Marcas de coches como Opel ya han manifestado su apuesta eléctrica comunicando que dispondrán de una versión electrificada de cada modelo de aquí a 2024, todo un hito de ingeniería.
¿Qué es una zona LEZ?
Una zona de bajas emisiones o zonas de emisiones bajas (del inglés Low Emission Zone, LEZ) es un área plana cerrada, generalmente urbana, en la que se regula la presencia y paso de vehículos contaminantes. En principio, de aquellos que más contaminan, aunque no hay una definición única. Cada país y ciudad tiene su propia catalogación y pueden tomar diferentes medidas.
Tampoco hay una forma única de vetar o minimizar el paso y aparcamiento de vehículos diésel, gasolina y otros térmicos. Así, algunas zonas LEZ permiten el paso de vehículos gasolina pero no diésel, otras evitan el paso a turismos de personas que no vivan en las inmediaciones, algunas bloquean completamente la zona a quien no conduzca un vehículo cero emisiones, y otras ponen un peaje a los vehículos que más emiten. Todas son medidas que ayudan a descarbonizar.
Incluso hay ciudades que se denominan LEZ, pero que usan mecanismos indirectos con el mismo resultado. Como ejemplo, ciudades como Pontevedra, Bilbao, León o Burgos se han convertido en ‘Ciudades 30’. Es decir, solo se puede circular a 30 km/h, un régimen de circulación que favorece mucho la motorización eléctrica.
¿Por qué las LEZ suelen estar en el centro de las ciudades?
Las ciudades presentan muchos factores por los cuales electrificar rápidamente la flota de vehículos, motivo por el cual es más frecuente ver coches eléctricos en ellas que en municipios de menor tamaño.
El primero y más grave de los factores son los altos índices de contaminación urbana en algunas ciudades. A pesar de que la contaminación per cápita de las ciudades sea mucho más baja que en el rural (por movilidad, climatización, etc.) el hecho de que haya tantos ciudadanos en un espacio tan limitado sube las emisiones. Madrid y Barcelona destacaron por esto hace unos años.
Además, debido a las distancias cortas que recorren los vehículos dentro de las ciudades en relación al tráfico interurbano, y a la baja velocidad en ellas con respecto a la movilidad entre municipios, hacen que la ciudad haya sido el escenario perfecto cuando, hace años, la autonomía de los vehículos eléctricos era baja. Ahora muchos superan los 300 km, como es el caso del Corsa-e o del nuevo Mokka-e.
A esto se suman otros dos factores clave: instalar puntos de carga eléctrico es más asequible cuanta mayor es la densidad poblacional; y la conciencia medioambiental suele surgir allí donde se dan muchas personas. Esto es: en los núcleos poblados de las ciudades donde, además, suele haber más proyectos de presupuestos participativos votados por la ciudadanía y donde, a su vez, conviven más modos de transporte. Este cúmulo de factores promueven la movilidad limpia.
Sabiendo todo esto, es coherente que las zonas LEZ nazcan de los núcleos urbanos y se extiendan lentamente a la periferia de las ciudades. Aunque también son muchos las ciudades de mediano tamaño que durante los últimos años han tomado medidas relacionadas, como son los casos de Valladolid, Valencia, Sevilla, Vitoria Gasteiz o Palma, entre muchas otras.
Así se está adaptando el mercado de fabricantes de coches
La proliferación de zonas LEZ, y elementos similares, responden a una demanda social por encontrar soluciones de movilidad de bajas o nulas emisiones. Solo en 2020, las ventas de vehículos eléctricos se han multiplicado por tres según un reciente informe de T&E (Transport & Environment) de octubre de 2020. Y se espera una tendencia positiva en muy pocos años. Estamos asistiendo a un cambio importante de mentalidad del consumidor.
Si estas previsiones de ventas se cumplen, todas las normativas que prohíben la compra-venta de vehículos de combustión hacia 2040 apenas tendrán aplicación. Influirá mucho más la tendencia de las ciudades por cuidar a sus ciudadanos, la creciente preocupación medioambiental de las personas y el avance del mercado de coches para adaptarse a estas nuevas demandas.
Ya desde hace años algunas marcas, como es el caso de Opel, se han posicionado a favor del mercado electrificado. En 2019 Michael Lohscheller, CEO de esta compañía, adelantó el eslogan “Opel Goes Electric” que redefiniría la estrategia del grupo hacia un mercado de bajas emisiones.
Dentro de dos años todos los vehículos de Opel tendrán un equivalente eléctrico con amplia autonomía, de modo que las zonas LEZ no afectarán a sus usuarios, que además podrán usar el vehículo para el día a día y para realizar viajes de larga distancia con cero emisiones.
LEZ, movilidad eléctrica y fabricación española
La demanda de vehículos cero en toda Europa es evidente. La electrificación es un valor en alza y la tendencia gira hacia la sostenibilidad de toda una industria, donde los vehículos 'cero emisiones' suponen un 9,9% de las matriculaciones en el tercer trimestre de 2020.
En España, en concreto en Zaragoza, donde se fabrica en exclusiva mundial el Opel Corsa, la versión 100% eléctrica ya supone un 16% de la producción total de este modelo. Es decir, uno de cada seis Opel Corsa que se fabrican pertenecen, a día de hoy, a su versión eléctrica. Un hito que demuestra el potencial de esta propuesta y el fuerte crecimiento de la demanda de vehículos cero emisiones en los principales mercados europeos.
Imágenes | Opel, , Urban Access Regulations, T&E
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