Los consumidores han aceptado con los brazos abiertos todo tipo de dispositivos smart o inteligentes. Hay buenos motivos para ello, comenzando por la facilidad de uso que brindan características como los asistentes virtuales o el ahorro en agua y energía resultante de actualizar la casa con sistemas domóticos. Lo que mucha gente no sabe —porque no repara en ello— es lo que implica la mera existencia de esa ‘inteligencia’: la capacidad para procesar vastas cantidades de información. Una actividad que no se realiza localmente ni en tiempo real, sino captando datos de uso y ambientales que son transmitidos a miles de kilómetros de distancia para su estudio por parte de terceras partes no siempre identificadas.
Sucede entonces que cuando alguien se fija en el volumen de gigas que puede transmitir su lavadora —sí, una humilde lavadora—, saltan todo tipo de alarmas. Y el caso de los coches es aún más peliagudo. No en vano, un automóvil genera y puede captar cantidades ingentes de información sumamente interesantes para los fabricantes, sus socios e incluso las aseguradoras.
Una práctica muy extendida y que amenaza la privacidad de los conductores, tal y como pone de relevancia un estudio realizado por la Fundación Mozilla, utilizado por ExpressVPN para comprobar cuánta información recopilan los coches más populares de EE.UU.
Tu coche dice mucho de ti... también a través de internet
Si bien el uso de datos —como la telemetría— no es algo nuevo en la industria automovilística, generalmente esta información se almacenaba localmente y solo era accesible en el servicio técnico o de forma muy puntual por el propio conductor. La llegada del LTE, el 5G y el uso del teléfono móvil como medio de conexión a internet para ofrecer todo tipo de servicios ha marcado un antes y un después. Y donde antes un coche se limitaba a registrar las revoluciones por minuto en curva como parte de la configuración racing del navegador, ahora el fabricante sabe hasta cuándo enciendes la radio.
Esta monitorización constante —por no decir invasiva— ha sido constatada por ExpressVPN durante su investigación, que muestra el almacenamiento de todo tipo de datos.
Estas son algunas de las formas utilizadas por los fabricantes de coches para rastrear un automóvil y su utilización, según ha podido apreciar ExpressVPN:
- Datos de encendido del coche, uso del aire acondicionado y ventanillas.
- Patrones y comportamiento de conducción.
- Seguimiento de la ubicación y registros de viaje.
- Activación de los elementos de seguridad (airbags, por ejemplo).
- Consumo de contenidos multimedia.
- Datos relacionados con el reconocimiento de voz.
- Información de mantenimiento.
Todos estos datos pueden ser utilizados para crear un extraordinario perfil del conductor, permitiendo generar una imagen sumamente precisa de sus hábitos de uso. En un principio, con el propósito de crear productos más duraderos y adecuados a sus gustos. ¿Pero será siempre así?
¿Qué riesgos tiene la recopilación de datos?
El informe de ExpressVPN, que analiza la sensorización de los coches más vendidos de EE.UU, señala algunos de los riesgos que presentan estas políticas de captación de datos casi indiscriminadas.
Un actor malicioso que se hiciera con una base de datos desprotegida podría conseguir información tan sensible como datos personales y biométricos, detalles de ubicación y huella digital, facilitando todo tipo de estafas y maniobras de suplantación de la identidad. Pero también su seguimiento físico. A esto se suma su potencial abuso por parte de gobiernos que no cuenten con protecciones de privacidad lo suficientemente robustas.
Ya desde un prisma totalmente lícito —que no por ello cómodo éticamente—, la transmisión de datos usando la conexión a internet del vehículo o el teléfono del usuario —utilizado para asociar un perfil o utilizar servicios como el desbloqueo remoto— también sirve para proveer con valiosa información a empresas como intermediarios de publicidad o incluso compañías de seguros. Y una vez recogida y comercializada —porque numerosos fabricantes ya tratan los datos del conductor como una parte más del negocio—, es difícil seguir el rastro de la información para saber dónde acaba. Solo se puede confiar en la promesa de que se le dará un uso ajustado a la ley.
¿Cómo puedes proteger los datos que captura tu coche?
Protegerse de la captación de datos de conducción es extremadamente difícil, puesto que cada vez más coches poseen sus propios mecanismos de conexión a internet y la implementación de sistemas avanzados de asistencia al conductor o ADAS apuntan a un vehículo continuamente conectado. No obstante, los consumidores pueden optar por automóviles más antiguos o básicos, desprovistos de cualquier clase de conexión a internet. También pueden denegar cualquier caso de participación en esquemas de ventas de datos o publicidad dirigida, desactivar la función para compartir la ubicación y anular los asistentes de voz.
Si el vehículo utiliza el teléfono móvil para conectarse a internet, también se debe considerar no instalar la aplicación oficial del fabricante, que suele ser utilizada para mantener registros de rutas, abrir las puertas o poner el aire acondicionado y la calefacción antes de salir de casa. Y en el absoluto peor de los casos, si el coche ejerce de punto wifi o no es posible eliminar la app oficial del móvil, puede ser muy recomendable instalar una VPN como la de ExpressVPN para dificultar la interceptación de los datos transmitidos.
Tus hábitos de navegación en casa (o en el móvil) son incluso más explícitos
Pero si un automóvil dice mucho de nosotros, nuestros hábitos de navegación y aplicaciones dibujan un retrato robot próximo al hiperrealismo. Con un detalle añadido: no es un fabricante el que capta nuestros datos, sino cientos de ellos —tal vez miles—. Bien sea cada vez que visitamos un sitio web o cuando utilizamos cualquier tipo de herramienta. ¿Y quién accede a esa información? Es difícil saberlo, pero contar con una VPN puede ser crítico a la hora de evitar peligrosas fugas.
Gracias al aislamiento de la información transmitida por nuestros equipos —ordenadores, teléfonos, tablets o incluso el televisor— y el cifrado de punta a punta, gobiernos, sniffers de conexiones wifi y empresas con comportamientos muy poco éticos no podrán acceder a un enorme y continuo torrente de datos. ¿Por ejemplo? Direcciones de correo y números de tarjetas de crédito que no siempre están lo suficientemente bien ofuscados o tratados de origen, mejorando así nuestra protección contra todo tipo de eventualidades. Una capa extra de seguridad que puede evitarnos muchísimos disgustos.
Imágenes | Jonas Leupe, Kenny Eliason, Malte Helmhold, Donny Jiang, Scott Graham, ExpressVPN
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