¿Alguna vez te ha llamado un cliente pidiendo un informe que no encuentra? Nosotros juraríamos que ya se lo enviamos, pero ahí aparece al fin, en borradores, en un rinconcito de la escasa pantalla de 15 pulgadas de nuestro portátil de empresa. Y el tiempo apremia, el 83% de los clientes espera interactuar con alguien de inmediato para resolver el problema.
Los espacios de trabajo han cambiado. O, como mínimo, la forma en la que emprendemos dichos trabajos. Una transformación mucho más inmediata y “agresiva” en empresas B2B y B2C, según Mckinsey —solo hace falta echar un ojo al incremento de Zoom para constatarlo—. Un cambio que exige agilidad en ambas direcciones y donde el fabricante Newline ha encontrado una solución: construir esa pantalla multipropósito que optimice esta transición y facilite la comunicación.
Una propuesta que responde a dos claves en torno al teletrabajo: la ergonomía y la optimización del espacio, tan valioso cuando hablamos de nuestro propio hogar.
Cambiando los ritmos
Pero los procesos de digitalización se han acelerado tanto que cuesta llevar el ritmo. Muchos usuarios ni siquiera contamos en casa con las herramientas adecuadas —en materia de ergonomía y comunicación— para esta transición. Esta es la realidad. Estamos en los albores de un punto de no retorno, un cambio social y laboral que nuestros hijos estudiarán en sus libros de texto. Y contra lo que pudiera pensarse, no pocas empresas han visto crecer su productividad.
Una productividad que nace de una mejor comunicación. Las dinámicas colaborativas son fundamentales en un momento donde no puedes levantarte de tu escritorio y realizar una consulta cara a cara. Es en este momento donde la calidad de una videocámara se hace latente. Si el ecosistema de las videocalls se ha transformado, la calidad de esa videollamada es determinante para nuestro trabajo, para mostrarnos naturales, empáticos.
Sin embargo, la gran mayoría de cámaras situadas en el marco superior de nuestros ordenadores solo son un añadido sin importancia. Están ahí porque deben pero no son sino lentes muy limitadas en términos de absorción lumínica, capaces de grabar vídeo a resolución escasa (720p habitualmente). Son ese ojo que incluso tapamos porque hemos oído que podía espiarnos.
Y es que nuestros equipos no están preparados o, mejor dicho, optimizados, para estas tareas ahora tan relevantes —algunos usuarios optan por una cámara dedicada, lo que implica un dispositivo más en nuestro lugar de trabajo, donde deberíamos apostar por la ausencia de cables y el minimalismo—. Es en este punto de necesidad donde la empresa Newline quiere contribuir.
Newline es uno de los fabricantes más relevantes en el territorio de las pantallas interactivas, una apuesta segura dentro del sector profesional que lleva años operando tanto para empresas como dentro del sector médico y educativo. Las pantallas de Newline están presentes, por ejemplo, en la Escuela Superior de Arte Dramático de Madrid, en varios museos del país, academias de idiomas, sedes de partidos políticos, universidades de todo Europa, bancos, oficinas de aseguradoras y un largo etcétera.
Flex, o la interpretación de una nueva ergonomía
¿Qué podríamos pedir a una pantalla ideal? Gran resolución y contraste por un lado, la mayor calidad de audio y vídeo posible por otro, a través de micros y cámara por encima de la media y, por último, la capacidad de interactuar con lápiz digital e interpretar nuestra escritura como tinta electrónica, simplificando el uso hacia un comportamiento mucho más analógico y ganando en ergonomía.
“Ergonomía” es una palabra que usamos con mucha frecuencia, aunque tal vez no conozcamos su verdadero significado. Nacido en la Antigua Grecia, este término derivado del έργον (‘trabajo’) y νόμος (‘ley’) hace referencia a la calidad de diseño en las herramientas con las que trabajamos. Y esa “calidad” es también sinónimo de comodidad. Tal y como indica nuestro diccionario, guarda relación tanto con el uso de un objeto como «con la comprensión de las interacciones entre los seres humanos y los elementos de un sistema».
Es cierto que una vez trabajas en casa la barrera entre tu vida privada y tu vida laboral, en cierta medida, se diluye. Es por ello que la ergonomía es tan importante, actuando como uno de los factores que ayudan a rebajar el nivel de estrés laboral. Cuanto más cómodo, seguro y agradable es el entorno laboral más fácil es conciliar trabajo y vida personal.
En oficinas, Flex es también una opción versátil, muy útil especialmente para salas de reuniones pequeñas o para espacios de trabajo "colaborativo" destinados a proyectos concretos o a rotación de personal externo.
En resumen, este es el objetivo de Newline Flex: servir un dispositivo construido bajo los preceptos de la ergonomía y ayudar a las empresas que han de suministrar las herramientas adecuadas para seguir trabajando y cumpliendo con las medidas de seguridad necesarias en dos ámbitos muy distintos.
¿Qué es Flex?
Flex un monitor all in one de 27 pulgadas, completamente táctil, con lápiz incorporado que funciona mediante tecnología capacitiva que ofrece una experiencia de escritura natural, lo que garantiza compatibilidad total con cientos de apps, y la posibilidad, por ejemplo, de escribir sobre cualquier documento —independientemente del software— y poder hacer subrayados, capturas, etc.
Este bolígrafo digital cuenta con dos teclas de acceso directo, una para borrar y otra que actúa como el botón derecho de cualquier mouse. Cuando no estemos usándolo, este bolígrafo digital puede imantarse en el lateral derecho; así no tendremos que preocuparnos por usar más espacio del necesario.
La pantalla LED cuenta con una cámara capaz de capturar vídeo a resolución 4K (3840x2160p) y un diseño que utiliza una bisagra a modo de bastidor para inclinar según necesitemos, de 10 a 45º. De esta forma podemos enfocar desde distintos ángulos dependiendo de la distancia o nuestra propia altura y altitud del escritorio donde nos encontremos trabajando. La cámara puede darse la vuelta, de manera que por ejemplo en una clase los profesores puedan enfocar a los alumnos para que los compañeros que estén en clase interactúen con el grupo.
Una de sus facetas más sólidas reside en su matriz de micrófonos. A todos nos ha pasado que, en mitad de una conversación el audio comienza a replicarse, a pitar o emitir un zumbido. El Flex suprime estas interferencias de fondo a través de un sistema compuesto por 8 micrófonos equipados con un sistema de cancelación de eco y ruido ambiental inteligente, de manera que solo emitiremos nuestra voz y nunca el ruido de fondo.
En el margen inferior de la pantalla, como podemos ver en la imagen, se disponen cinco botones para controlar el volumen, activar silencio (y mutearnos o desmutearnos al vuelo), apagar o encender la cámara, y abrir el menú de accesos directos. Botones pensados para usar durante cualquier videollamada y simplificar así el uso ante todo tipo de perfiles de usuario.
La seguridad es también una cuestión importante: Newline se integra con la herramienta de Microsoft Windows Hello para conectarnos mediante desbloqueo facial en vez de usar el habitual PIN. En cuanto a conectividad, Newline apuesta por un puerto de conectividad USB-C y HDMI para conectarnos al PC y tener así la posibilidad de usarlo como segundo monitor o monitor principal. Las funciones de esta pantalla inteligente se complementan con un sistema de altavoces 2.1 que garantiza una potencia de 20 W.
En palabras de José María Vicioso, director de desarrollo de negocio de Newline «Nuestro reto era reunir las herramientas necesarias para que la colaboración fuera lo más intuitiva posible. Buscábamos un dispositivo del tamaño correcto, que no necesite entrenamiento y con un diseño exquisito. Flex es ese producto».
En suma, Newline Flex se presenta como la respuesta a la pregunta ¿cómo mejorar la interacción y dinámicas dentro del teletrabajo? Y en una época donde las videoconferencias son un recurso inestimable en las rutinas laborales, Flex entiende que mejorar esos flujos pasa por diseñar un dispositivo que apele a la ergonomía y la practicidad.
Imágenes | Newline
