Estamos acostumbrados a usar nuestros dispositivos tecnológicos en "condiciones amables". Es lo habitual y cotidiano en el día a día. Sin embargo, antes o después, todos nos encontramos ante situaciones o escenarios menos idílicos; por ejemplo, esa altura insalvable que hace añicos cualquier pantalla o esa piscina, río o (incluso) wc que termina con el móvil enterrado en arroz buscando un milagro.
Por fortuna, hay compañías como Cat Phones que han pensado en esos otros escenarios menos amables y ofrecen soluciones capaces de soportar condiciones de uso que otros smartphones no es fácil que resistan.
Además, se trata de terminales que integran en algunas ocasiones tecnologías preparadas para ver lo que los ojos no ven y detectar potenciales situaciones de riesgo, incluyendo aumentos de temperatura anormales en las personas. Estamos viviendo un tiempo complicado y, por fortuna, existe una tecnología apta para superar tiempos complicados sin fricciones.
Qué son los teléfonos rugerizados
Los llamados teléfonos rugerizados son terminales especialmente diseñados para resistir condiciones de uso agresivas para su electrónica y su integridad estructural. Los convencionales pueden soportar, con suerte, caídas leves o sumergirse en agua, pero con letra pequeña. Por ejemplo, la inmersión tiene que ser en agua dulce y temperatura ambiente, sin cloro u otros elementos. Por supuesto, el agua de mar no está contemplada en la ecuación. Además, los teléfonos, cuando se mojan, dejan de ser operativos en la parte táctil, por lo que no podremos usarlos normalmente.
Las caídas son más una cuestión de jugar a la lotería que de certeza. Aunque sea desde poca altura, nos arriesgamos a que la pantalla se raje o lo haga el cristal de la parte posterior.
La construcción de los teléfonos rugerizados se ha ido refinando, y ya no es incompatible tener uno que sea delgado, ligero y con elementos de diseño, como los bordes curvados
Teléfonos rugerizados —como los que Cat Phones comercializa en El Corte Inglés y PC Componentes— pueden acabar dentro de líquidos en los que nosotros podamos sumergirnos, aunque sea agua salada, piscinas con cloro o incluso agua caliente, pero solo hay que enjuagarlos para que estén listos de nuevo. Aguantan el uso de jabones y agentes desinfectantes. Y también las caídas de un modo mucho más fiable que en el caso de los móviles tradicionales. Su construcción, además, ha ido refinándose, de modo que ya no es incompatible tener un teléfono rugerizado que sea delgado, ligero y con elementos de diseño como los bordes curvados.
Además, dependiendo del modelo, encontramos tecnologías como la cámara térmica del Cat S61, que permite medir la temperatura de los objetos que caen dentro de su campo de visión, ya sea un motor, cables eléctricos o personas con una temperatura corporal elevada. Eso sí, hay que tener claro que estamos ante una herramienta de detección preliminar, no un instrumento de diagnóstico médico. Así que el sensor de imagen términa no debe usarse como un sustituto de un termómetro certificado.
Dónde se usan los teléfonos rugerizados
Terminales como el Cat S61 se emplean sobre todo en entornos industriales. Nos daremos cuenta si nos fijamos en el teléfono que usan los técnicos de mantenimiento, incluyendo aquellos que revisan nuestra caldera del gas; los ingenieros que inspeccionan obras, maquinaria o infraestructuras; o el personal de seguridad, que también los emplea para, por ejemplo, medir la temperatura de las personas en eventos o lugares donde haya mucho trasiego de gente.
Otros terminales son más versátiles. El Cat S52, por ejemplo, está diseñado tanto para un uso profesional como para su empleo por parte del gran público. Es un terminal delgado y ligero, pero con todas las cualidades de resistencia de los smartphones Cat. Es apto, por ejemplo, para que jueguen los niños sin temor a que se caiga al suelo, reciba golpes o termine sepultado en arena, comida o bebida.
Lavar y desinfectar el móvil, usarlo con guantes o con la pantalla mojada, detectar temperaturas altas entre la gente o afrontar caídas, son circunstancias que se dan en estos momentos a diario
También es un modelo recomendable para actividades deportivas o de riesgo, incluyendo el uso de la bicicleta o patinetes como medio de transporte urbano. Si usamos un teléfono convencional usando un soporte en el manillar y sufrimos un percance, es probable que no resista la caída si el soporte no está, a su vez, rugerizado. Con un terminal como el S52, el daño que sufra el dispositivo no será nuestra mayor preocupación.
Para excursiones en el campo, escalada, la playa o un festival de música, un móvil como el S52 hace posible que no tengamos que dejarlo en casa por temor a que el terminal no esté a la altura de estas actividades.
Terminales excepcionales para situaciones excepcionales
En un momento como el que estamos viviendo, los terminales rugerizados hacen valer sus cualidades en tareas que, casi de un día para otro, nos vemos abocados a afrontar. Sin ir más lejos, el móvil es uno de los vehículos de contagio de agentes patógenos como el Coronavirus y requiere que lo lavemos con agua caliente, jabón o con desinfectantes de manos.
Este tipo de acciones no son compatibles con los terminales convencionales. De hecho, si hablamos de agentes como el jabón o los desinfectantes, hay que estar seguros de que no van a suponer un problema para elementos como los conectores de carga o las rejillas de los altavoces. En cambio, los terminales rugerizados sí permiten este tipo de lavados, sin preocuparnos en absoluto por su integridad.
Además, terminales como los Cat permiten el uso de la interfaz táctil con guantes o con la pantalla mojada. Si nos enfrentamos a una situación potencial de contagio, estar en disposición de lavar el terminal inmediatamente es una ventaja frente a otros teléfonos. Sin olvidar que este tipo de acciones incrementan el riesgo de que el aparato acabe en el suelo.
De nuevo, un smartphone rugerizado permite que sigamos con nuestra actividad cotidiana sin preocuparnos por si el móvil seguirá funcionando o no.
Una solución para cada necesidad
Situaciones como la que estamos viviendo hacen visibles y patentes necesidades que en el pasado estaban latentes o se manifestaban únicamente en casos puntuales y escenarios de uso específicos y especializados.
Lavar y desinfectar el terminal, incluso con agua caliente, usarlo con guantes o con la pantalla mojada, detectar temperaturas altas de las personas o afrontar una mayor probabilidad de caídas son circunstancias que, especialmente en escenarios profesionales, se producen en estos momentos a diario.
Los empleados de establecimientos comerciales, repartidores, profesionales relacionados con la salud, personal en las residencias de ancianos, personal de seguridad en aeropuertos, centros comerciales y otros muchos lugares donde se concentren y circulen personas son potenciales beneficiarios del uso de terminales como los modelos Cat S61, capaces de hacer frente a estas nuevas reglas del juego.
Para usuarios particulares, además, terminales como el Cat S52 ofrecen tecnologías solventes para el día a día, como la cámara, la ergonomía o la biometría, al tiempo que ofrecen una resistencia excepcional a caídas, líquidos (incluyendo agua caliente), altas temperaturas o golpes.
Fotos | Cat Phones
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