Este coleccionable está pensado para que muchos futuros ingenieros descubran su vocación construyendo sus primeros robots

Coleccionable
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Los estudiantes de hoy construirán el mundo del mañana. La sostenibilidad de los núcleos urbanos, la calidad del transporte, la asistencia médica, las innovaciones en comunicaciones, e incluso facetas lúdicas como la realidad aumentada dependerán de cómo eduquemos y cuidemos las mentes del mañana. Términos como computación cuántica o aprendizaje profundo sonaban a literatura de ciencia ficción hace apenas unos lustros. Hoy son un abonado campo de investigación y desarrollo.

Hasta hace apenas dos décadas, los grados en Ingeniería Robótica y Mecatrónica eran carreras poco usuales y difíciles de localizar en nuestro país. Hoy son imprescindibles. Junto a las ingenierías informáticas, la industrial electrónica y automática, este espectro académico es uno de los que más atención están despertando. Seamos claros: aquellos que sepan programar lo tendrán más fácil para encontrar un trabajo.

Un reportaje de la consultora McKinsey ya alertaba de este cambio: la mecanización y robotización, tan solo en Estados Unidos, podría extinguir unos 50 millones de empleos para 2030. Más de 800 millones en todo el mundo. Esta cifra ha ido oscilando, subiendo y bajando. La realidad es que no importan las cifras sino los hechos, que la gran mayoría de sistemas y procesos se agilizan con la mecanización y la integración de inteligencias artificiales.

Divertirse y formarse para el futuro

¿Por qué no preparar a niños y jóvenes para ese futuro desde ya? Un simple juego puede ser hoy un divertimento para matar el rato, pero tal vez, mañana, sea la razón y el objetivo por el que trabajan.

Partiremos de una herramienta tan esencial como unas tijeras y terminaremos desarrollando la mecánica de nuestras propias máquinas, programando su inteligencia y sus rutinas de comportamiento

Bajo estos mimbres, El País acaba de lanzar una colección única, un ‘Curso de robótica y programación’ que nace con la intención de estimular y fomentar las vocaciones científicas desde una temprana edad. A partir de los 7 años, resulta ideal para todas esas mentes creativas que están estudiando Primaria o la ESO y que pueden encontrar en la robótica o la programación su futura vocación.

Coleccionables hay muchos, pero pocos tan divertidos e intuitivos como este. Aquí partiremos de una herramienta tan esencial y sencilla como son unas tijeras y terminaremos desarrollando la mecánica de nuestras propias máquinas, programando su inteligencia y sus rutinas de comportamiento. 1.200 páginas de contenido editorial, más de 60 robots y cientos de anécdotas y secretos sobre la historia de la informática, los lenguajes de programación, la industrialización —desde la creación del serrucho hasta los primeros aviones—.

60 entregas y mucho más que 60 robots

Como aquellos programas televisivos llenos de curiosidades, durante las primeras páginas de cada coleccionable obtendremos información clave sobre la historia de la robótica, en un lenguaje claro y accesible. Crónicas y leyendas llenas de fotos y diagramas que nos ayudarán a entender de un simple vistazo conceptos complejos, como las distintas propiedades físicas, mecánicas o ecológicas de los materiales o, por ejemplo, las múltiples utilidades de cada máquina simple (polea, palanca, etcétera).

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Pero este curso va mucho más allá. Cada semana son necesarias las piezas de la anterior entrega, de manera que las piezas se reciclan para ir construyendo robots cada vez más complejos. Una característica única que, durante la última fase, comprenderemos en toda su magnitud, al poder recombinar cientos de opciones. ¿Y qué fases son esas?

Durante la primera fase (los 10 primeros coleccionables), aprenderemos los aspectos más básicos y manipulativos, como es la psicomotricidad fina, creando robots robustos gracias al uso de remaches. Ruedas, pilas, sensores y algún que otro motor serán habituales, nada que requiera un gran esfuerzo.

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Sin embargo, y en paralelo, con cada número iremos aprendiendo los fundamentos de la programación. Y es aquí donde su valor crece y pasa de ser un simple pasatiempo, un juguete, a una verdadera herramienta de aprendizaje mediante el lenguaje de programación Scratch. Al principio solo tendremos que crear nuestro propio avatar, programar sus primeros diálogos: el gato Kedy primero habla, después se mueve, luego interactúa con objetos, etc. Una forma de sentir viva muestra interacción semanal.

Con cada número iremos aprendiendo los fundamentos de la programación. Y es aquí donde su valor crece: pasa de ser un simple pasatiempo a una verdadera herramienta de aprendizaje mediante el lenguaje de programación Scratch

Durante la segunda fase (de los coleccionables 11 al 20), se introduce la controladora, lo que permite la escritura y programación de ciertas rutinas. El robot ahora será inteligente, acatando las reglas precargadas en su placa. Conceptos como los diagramas de flujo se explican a fondo y se ponen a prueba con ejemplos.

Durante la fase 3 (del 21 al 35), se vuelve a subir la dificultad al introducirse las primeras capas de programación. A través de tarjetas educativas muy cómodas de asumir, el robot lee las tarjetas e interpreta las órdenes que debe realizar. Una manera muy intuitiva de identificar el tipo de órdenes que deseamos que ejecute el robot y cómo deben ser secuenciadas.

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Ya en la fase 4 (del 35 al 47), se da un importante salto. En estas entregas se trabajará en la construcción de una MRTxUno, una controladora compatible con Arduino, el popular sistema que ofrece una gran creatividad a la hora de programar. Es como adquirir un nuevo poder: las órdenes ahora se traducen en tiempo real. En esta fase necesitaremos un móvil o tablet con sistema operativo Android 4.4 o superior, o iOS 5 o superior.

Y, finalmente, durante la fase 5 (del 48 al 60), tendremos directamente que recurrir a un PC con sistema operativo Windows. Esto es así porque tendremos que empezar con la programación en Scratch 3.0. A partir de ahora, la inteligencia del robot está sujeta a la programática contenida en su cerebro, en su placa. Es decir, su comportamiento dependerá íntegramente de las rutinas que programemos y de cómo las ejecute, en tiempo real.

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Lo mejor de todo es que con esta placa podemos remontar los primeros robots desde el 11 hasta aquí, y cambiar o mejorar lo que nos apetezca, aprovechando los nuevos sensores y tipos de anclaje. Más funciones, más posibilidades.

Apoyo desde la web

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Para la construcción de todos estos robots, tendremos acceso a la web myrobotcourse.com. En esta web encontraremos vídeos con un montón de consejos, ideas creativas, además de todos los pdf con las directrices y fotos precisas para el ensamblaje de todos los robots incluidos en cada fascículo.

Esta colección rompe con esas tardes de domingo aburridas y anodinas y las transforma en un momento único para estimular el aprendizaje de las disciplinas STEM

¿Y por qué no ponerle algún nombre? "El ratito STEM del domingo". Este ‘Curso de robótica y programación’ rompe con esas tardes de domingo aburridas y anodinas y las transforma en un momento único para estimular el aprendizaje de las disciplinas STEM, para engrasar las neuronas y arrancar la semana con  ilusión y ganas por aprender.

Contando agujeritos y arandelas, prestando detallada atención a cada diagrama, los pequeños de la casa pondrán a prueba su pensamiento-lógico matemático y los mayores podrán romper con los miedos y entrenar las dotes básicas en programación con Scratch y secuenciación con Arduino.

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Y quien desee conocer más sobre los autores tras este curso, cabe apuntar que ha sido desarrollada por Logix5 Smart Solutions —con academina en Madrid—, un multidisciplinar equipo de expertos en robótica y programación con más de 10 años en su haber. Socios del HispaRob (Plataforma Tecnológica Española de Robótica) y en colaboración con el internacional Space Education Institute de Leipzig (Alemania), podemos considerar esta una de las iniciativas más útiles de la educación STEM actual.

Un coleccionable diferente

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La colección ‘Curso de robótica y programación’ de El País brinda una ocasión única. El primer número ya ha sido lanzado por 1,95 euros; los 59 restantes irán llegando, semana tras semana, por un precio de 9,95 euros. Cualquier niña y niño podrá crear un robot desde cero, pero también podrá llevar su mente mucho más allá, aprendiendo de forma progresiva sobre los rudimentos de las carreras ya no del futuro, sino de nuestro presente.

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