Todo comenzó sobre las 17:00 PM del martes 7 de mayo. En apenas una hora se sucedieron los reportes de apagones en varias zonas de México (Toluca, Ciudad de México o Pachuca). Cuando se pensó que ya estaba arreglado, más apagones, ahora en mitad de la noche. CENACE, el Centro Nacional de Control de Energía, comunicaba los detalles de las dos alertas que se habían activado. El problema es que estos cortes de energía y apagones no son nuevos. De hecho, es ya la cuarta emergencia en 12 meses. ¿Qué está pasando con la electricidad?
Demasiado calor, demasiada demanda. El problema de ayer está detectado, la solución a futuro es otro cantar. En las alertas de las últimas 24 horas el problema de fondo fue sencillamente que el sistema eléctrico nacional no tuvo el margen de reserva operativo necesario para evitar una sobredemanda dada por el uso excesivo de aires acondicionados, ventiladores y otros aparatos eléctricos en todo el país.
Cuando se decreta un Estado Operativo de Emergencia de este tipo, se puede dar por varias razones, desde la escasez de gas natural, el mismo que es utilizado para la generación de electricidad (y como sucedió a inicios de 2024 debido a las heladas en Texas), hasta los episodios extremos de temperatura, por olas de calor u olas de frío, que también pueden generar excesiva demanda de electricidad y provocar que la capacidad de generación del sistema quede rebasada.
Un problema de fondo. Como decíamos, estos apagones no son nuevos. El verano pasado ya se reportaron cortes en zonas del país durante los días de mayor intensidad de calor. En 2024 las emergencias fueron activadas a mediados de enero de 2024, en septiembre de 2023 y en junio del mismo año.
La CFE descartó entonces que fuera por falta de capacidad, pero los analistas no lo ven tan claro, apuntando, por ejemplo, a un aumento de la demanda eléctrica en promedio del 8 al 10% respecto al 2022, un amento derivado del incremento de las altas temperaturas. Además, los analistas también señalan que el problema no tiene por qué ser de generación, sino de distribución y transmisión ante una saturación.
¿Falta de inversión? Ante la más que previsible escalada del aumento de calor en el tiempo, existe preocupación por la falta de infraestructura necesaria. Sin ir más lejos, hay estudios que acusan de esa falta de inversión que, unida a otros factores como la sequía (hay plantas de energía que generan su electricidad con la fuerza hídrica), las olas de calor o el aumento de la demanda, puede crear un caldo de cultivo de difícil solución en el futuro próximo.
¿Soluciones? Idealmente, la autosuficiencia energética debería paliar los problemas, pero parece que se ha debilitado con AMLO, según un estudio del Instituto Baker. Otras propuestas, todas únicamente sobre el papel hasta le momento, apuntan a más inversiones en construcción con plantas generadoras, modernización de las redes de transmisión o promover las energías renovables.
Imagen | PXHere
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