Este mes de enero se ha hablado mucho de la subida de la luz. Y es que debido a una concatenación de diferentes factores -mayor consumo, menos lluvias y viento, aumento del precio del gas y parada de centrales nucleares en Francia- el precio medio del kWh en enero ha subido un 43% con respecto a enero del año pasado.
Sin embargo, en otro países de Europa la electricidad no es tan cara (de hecho, España es de las más caras), así que hemos investigado un poco y hemos descubierto que Serbia es el país con la electricidad más barata, y no te sorprenderá por qué.
La evolución del precio de la electricidad en España
Antes de meternos en harina, conviene explicar un poco cómo nos afecta esta subida y cómo ha ido evolucionando el coste de la electricidad en España recientemente.
Esta subida de la luz solo afecta a los usuarios acogidos al PVPC
Primero de todo, es importante aclarar que esta subida afecta directamente "solo" a la mitad de los usuarios (el 46%, concretamente), que son quienes tienen contratada la tarifa PVPC (Precio Voluntario para el Pequeño Consumidor), cuyo precio se establece por horas en función del precio de la electricidad en el mercado diario de la jornada anterior.
Los que están en el mercado libre, como tienen precios fijos -permitidme el chascarrillo- se libran. Al menos, de momento, porque de mantenerse los precios al alza, probablemente sus comercializadoras suban el precio en la próxima revisión del contrato.
El precio del kWh ha subido un 43% en un año. Y un 73% si ignoramos el peaje, que es fijo (0,04€)
También es importante esclarecer que esta es una subida "temporal". No es como antes de la entrada en vigor de este sistema de tarificación en 2014, que cuando subía la luz, era para quedarse. Lo normal es que, con la llegada del buen tiempo, los precios vayan bajando. Aunque si observamos la evolución de los precios, hay una clara tendencia al alza, tanto en España como en Europa.
¿Dónde es la electricidad más barata en Europa?
Si observamos el último informe de la Comisión Europea (de julio de 2016, con datos del segundo semestre de 2015), se observa claramente que España está a la cabeza de los países con la electricidad más cara, solo detrás de Dinamarca, Alemania, Irlanda e Italia.
España compra la electricidad mucho más cara que sus vecinas Francia y Portugal
Y eso que, además, de entre los países de la cabeza, somos de los que menos impuestos pagamos (fijaos en Dinamarca y Alemania). Por tanto, también somos los que más cara compramos la electricidad (solo nos ganan Irlanda y Reino Unido, dos islas), más que la vecina Portugal y muchísimo más que Francia, que es de los grandes países centroeuropeos donde más barata es.
Sin embargo, el paraíso de la luz no es otra que Serbia (y toda la región balcánica, en general), donde con todos los impuestos y gastos incluidos (también la parte fija de la factura), pagan una media de 0,0641 €/kWh. La comparación con España es odiosa (0,2185 €/kWh), pero es que también languidecemos frente a Francia (0,1685 €/kWh).
¿Por qué los serbios pagan tan poco por la electricidad?
En Serbia el mercado todavía está fuertemente regulado por el estado, que en algunos casos asume pérdidas
La respuesta es bastante sencilla, y creo que a nadie le sorprenderá: la principal compañía eléctrica del país es de propiedad pública, y aunque se ha abierto el mercado en los últimos años, sigue en una posición dominante.
Además, los consumidores pueden optar por el mercado libre a acogerse a los precios regulados por el estado, que lucha para que no suban -una petición constante del FMI- incluso asumiendo pérdidas. Aún así, sus precios subieron un 12% en 2015 y un 3,8% en 2016 debido a las presiones del FMI.
Otra de las razones de su menor coste tiene que ver con la producción, que según su informe de 2015, depende en un 70% de plantas de carbón (poco eficiente y muy contaminante, pero barato) y un 30% de energía hidroeléctrica.
En el caso de Francia, sin embargo, las razones tienen más que ver con una gran importancia de la energía nuclear (en torno al 75%) lo que mantiene los precios bajo control (la energía nuclear, que debe estar en constante funcionamiento, sale siempre a subasta). Sin embargo, la parada en verano de 21 de las 58 centrales nucleares para una revisión inesperada ha puesto en jaque al sistema y disparado los precios en el país galo y sus vecinos.
Lo que es más preocupante es que, en España, con un mix eléctrico muy equilibrado (36% fósiles, 22% nuclear, 42% renovables), compramos la electricidad tan cara como en Italia (65% de energías fósiles, las más costosas) y mucho más cara que Alemania, que a pesar de sus avances hacia las energías renovables, sigue dependiendo en un 62% de energías fósiles. Algo no acaba de cuadrar.
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