Alemania, Austria y Suiza tienen un montón de carreteras. Así que han empezado a cubrirlas de paneles solares

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A lo largo y ancho de Alemania se reparten cerca de 13.200 kilómetros de autopistas federales, una extensa maraña de viales que permite a sus conductores moverse por el país. Pero… ¿Y si pudiera dárseles otro uso? ¿Y si además de formar una de las grandes redes asfaltadas del mundo generasen "energía verde"? ¿Puede una infraestructura por la que durante años han circulado coches de combustión servir para todo lo contrario: reducir las emisiones contaminantes? En el país hay quien cree que sí. Y para demostrarlo se han puesto ya manos a la obra, con un proyecto de investigación que suma esfuerzos de Alemania, Austria y Suiza.

Si visitas la Bundesautobahn A81 podrás comprobarlo.

¿Una "autopista solar"? Exacto. No es la primera vez que Alemania habla de llevar paneles solares a sus carreteras. De hecho ya os contamos sus planes hace unos meses. La novedad es que ha pasado de la teoría a los hechos: hace unos días su ministro de Transportes, Volker Wissing, visitó el área de servicio de Hegau-Ost, en la A81, para ver por sí mismo el "primer techo solar sobre una autopista alemana". La cita fue importante tanto porque confirma los planes del Gobierno federal como por el valor estratégico de la instalación, un proyecto piloto que servirá para saber cómo de eficiente puede ser una cubierta de ese tipo.

¿Y cómo es ese proyecto piloto? Lo que han montado en Alemania es una cubierta de 12 por 14 metros compuesta por módulos fotovoltaicos que se alza a 5,5 m sobre el asfalto. Los paneles descansan en una estructura de acero fijado a su vez sobre el carril de paso al área de servicio Hegau-Ost, en la A81. Si se cumplen los planes que manejaban hace semanas las autoridades, quedará lista ya este mes.

¿Qué quieren hacer? La puesta en servicio de la cubierta será solo el primer paso. Una vez se active, los técnicos recabarán datos para conocer cómo funciona una instalación fotovoltaica bajo la que circulan vehículos con frecuencia. Aunque habrá que esperar para conocer sus resultados, de entrada los responsables del proyecto calculan que producirá hasta 40.000 kilovatios hora (kWh) al año, suficiente para cubrir las necesidades de diez hogares de cuatro personas.

"Supervisaremos científicamente el funcionamiento del piloto durante un año. De esta manera queremos asegurarnos de que los objetivos básicos están respaldados con las mejores soluciones técnicas posibles", comentaba en junio Markus Oeser, el responsable del Instituto Federal de Investigación de Carreteras (BASt). Que se hayan fijado en las carreteras tiene bastante sentido: Alemania acoge una amplia red de autopistas, con alrededor de 13.000 kilómetros de viales federales, cifra que aumenta de forma considerable si se añaden el resto de carreteras del país.

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¿Quién promueve la iniciativa? La pregunta es más interesante de lo que parece. Prueba del interés y potencial de la medida es que detrás no solo tiene a las autoridades germanas. El proyecto de la A81 se enmarca en un estudio financiado por Alemania, Austria y Suiza y de hecho fue diseñado por Fraunhofer ISE, un organismo con sede en Freiburg, Alemania, y Foster FF y Austrian Institute of Technology, entidades estas dos últimas ubicadas en Austria.

"El consorcio recibió el encargo de los ministerios de transportes de las tres naciones vecinas, Alemania, Austria y Suiza, como parte del estudio conjunto sobre infraestructuras", comenta el Gobierno germano. BASt reconoce que el objetivo del proyecto germano-austriaco-helvético que ahora se pone en marcha es ir más allá y demostrar que una estructura con paneles es "rentable y edificable en condiciones reales de tráfico", al margen de la teoría y los cálculos. De ahí que la prioridad de sus impulsores, al menos de momento, no pase por lograr grandes potencias.

¿Y más allá del proyecto de la A81? Como se ha encargado de recordar el propio Gobierno Federal de Alemania, la iniciativa del área de Hegau-Ost es solo un piloto. Las autoridades se han fijado el objetivo de que en 2030 las emisiones de gases de efecto invernadero estén por debajo del 55% de los niveles registrados en los años 90, un reto en el que el sector del transporte tiene mucho que decir.

"La propia infraestructura puede incluirse, haciéndola más eficiente a nivel energético en el futuro, usando más renovables y almacenándola localmente o poniéndola a disposición del tráfico”, apostillan desde BASt. Los responsables de Autobahn GmbH des Bundes se han fijado de hecho el objetivo de alcanzar ya en 2040 "la neutralidad climática" en el funcionamiento de las autopistas.

¿Hay más iniciativas? Más allá del experimento de la A81, Alemania ha dado pasos también a nivel normativo. En mayo el Gabinete federal aprobó un proyecto de ley que plantea acelerar la expansión de las renovables en las infraestructuras de transporte y se ha planteado que, en el futuro, cuando se construyan o amplíen nuevas autopistas federales, se valore si las instalaciones pueden acoger sistemas para generar energías limpias. “Se ha demostrado que las barreras acústicas son especialmente adecuadas como zonas de instalación”, recuerda el ministerio.

Wissing ya avanza que con la nueva ley se "acelerará y simplificará" la expansión de las instalaciones solares, tanto en las autopistas como en sus inmediaciones. Las  carreteras no son el único punto en el que se han centrado. El año pasado el estado de Mecklemburgo-Pomerania Occidental, por ejemplo, lanzó una iniciativa para impulsar los paneles fotovoltaicos en los balcones y en Suiza se han planteado también fijarlos al lado de las autovías o incluso en las vías del ferrocarril.

Imágenes: Jennifer Latuperisa-Andresen (Unsplash) y BASt

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