Más de cien premios Nobel piden a Greenpeace que cambie su postura sobre los transgénicos

Más de cien premios Nobel piden a Greenpeace que cambie su postura sobre los transgénicos
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Más de cien premios nobel han iniciado una campaña para pedir a Greenpeace que cambie su punto de vista sobre los organismos genéticamente modificados y acabe con su oposición. En la carta, se pide a Greenpeace y al resto de grandes organizaciones ecologistas que cesen en sus esfuerzos para bloquear la introducción y el uso de estos productos. En especial, el uso del arroz dorado, una variedad que puede reducir drásticamente el déficit de vitamina A que causa medio millón de casos de ceguera y dos millones de muertes cada año en todo el mundo.

La carta está dirigida a Greenpeace por su implantación global y liderazgo social, pero en realidad es toda una llamada de atención al movimiento ecologista para que cambie su posición ante una de las grandes herramientas de la biotecnología actual.

Cien científicos a favor de los transgénicos

Golden Rice

"Urgimos a Greenpeace y a sus aliados que reexaminen la experiencia de agricultores y consumidores por todo el mundo con cultivos y alimentos mejorados a través de la biotecnología, que reconozcan los hallazgos de la comunidad científica y las agencias regulatorias, y que abandonen su posición contra los organismos genéticamente modificados, en general, y contra el arroz dorado en particular", dicen los firmantes. Y añaden que aunque apoyan gran parte de las actividades de Greenpeace, esperan que la campaña les ayude a "admitir que este es un asunto en el que están equivocados".

Pese a la oposición de los científicos, los transgénicos son una de las líneas rojas de Greenpeace y el resto de grandes organizaciones ecologistas.

No es sencillo. Los organismos genéticamente modificados son una de las líneas rojas tradicionales tanto de Greenpeace como del resto de grandes organizaciones ecologistas. Su oposición, ha sido larga y (en muchos casos) exitosa. Sin ir más lejos, el año pasado se consiguió frenar el cultivo de soja transgénica en México y el arroz dorado lleva más de una década perdido en el limbo regulatorio, pese a su enorme potencial para reducir y eliminar el déficit de vitamina A en numerosos lugares de África y el Sureste asiático.

La Organización Mundial de la Salud estima que 250 millones de niños sufren déficit de vitamina A, incluyendo el 40 por ciento de los niños que viven hoy en países en desarrollo. Y según los cálculos de UNICEF, se podría prevenir en torno a dos millones de muertes al año y medio millón de casos de ceguera infantil con el consumo de arroz dorado. Por el otro lado, como contamos hace unas semanas, el consenso científico actual es que los transgénicos no son más peligrosos que cualquier otro organismo y que no hay pruebas de su supuesto peligro para la salud ni del daño medioambiental producido.

El miedo a los transgénicos

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Aunque lo que más preocupa a los científicos no es la batalla judicial, sino la "estrategia del miedo". "Es sencillo ver que el trabajo de Greenpeace [en este tema] es peligroso y anticientífico", explicaron al Washington Post los impulsores del proyecto, Richard Roberts y Phillip Sharp, ambos ganadores del Premio Nobel de medicina y fisiología en 1993.

Precisamente, esta semana se ha publicado que el debate mediático sobre los problemas y beneficios de ciertas medicaciones, tiene un impacto real en los pacientes. En este caso, la discusión en Reino Unido de los posibles riesgos de las estatinas (una medicación para el colesterol que usaban siete millones de pacientes con riesgo de enfermedad cardiovascular) hizo que más del 10% de las personas que las usaban dejaran de hacerlo pese a que no había ninguna recomendación médica en este sentido.

Por mucho que el arroz dorado (o cualquier otra variedad transgénica) supere las trabas legales y sanitarias, la 'estrategia del miedo' puede tener efectos muy preocupantes que inciden, sobre todo, en los que más lo necesitan. Por eso, la campaña reivindica la responsabilidad de las grandes organizaciones medioambientales para liderar un cambio real en este sentido.

Actualización: Greenpeace ha hecho público un comunciado en respuesta a la carta de la que hablamos en el artículo.
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